La trampa del poder y el sexo

En la última quincena, el responsable del FMI, Dominique Strauss-Kahn, fue encarcelado por la agresión sexual contra una mucama en un hotel de Nueva York y el ex gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, reconoció haber tenido un hijo con una ex integrante del personal de su casa.

En EE.UU., en los últimos cinco años, escándalos sexuales obligaron a renunciar a cuatro miembros de la Cámara de Representantes y arruinaron las carreras de un ex candidato a la vicepresidencia y candidato presidencial, de dos gobernadores de Nueva York y dos senadores estadounidenses, y pusieron en ridículo a un tercero. Otros ejemplos abundan.

No existen datos confiables que confirmen si las figuras políticas son más proclives a las indiscreciones sexuales , aunque al parecer existe una alta probabilidad de que quienes están en esos puestos poderosos, políticos o de otro tipo, lo sean. Frank Farley, psicólogo de la Universidad de Temple en Filadelfia, tiene un rótulo para este rasgo: dice que muchos políticos adolecen de "personalidades de Tipo T", es decir, las que buscan nuevas emociones.

Él dice que un rasgo común de muchas figuras públicas y políticas es "correr riesgos" que se prestan a la negligencia personal.

"La gente reconoce que los políticos tienen defectos y en general no hay nada que guste más a los votantes que perdonar las transgresiones ", dice Tom Fiedler, decano de la Escuela de Comunicaciones de la Universidad de Boston y anteriormente periodista que descubrió las infidelidades del ex senador por Colorado Gary Hart hace casi un cuarto de siglo, una de las primeras historias importantes sobre la vida personal de un político.

"Lo que los votantes no perdonan es la hipocresía".

Por eso, el ex gobernador de Nueva York Eliot Spitzer tuvo que renunciar castigado después de quedar expuestos sus tratos con prostitutas. En su carrera inicial como fiscal, había hecho una cruzada en contra de las actividades ilícitas.