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La trágica anécdota de Luis Bremer: "Encontré a mi vieja muerta en la puerta de mi casa"

Su madre fue víctima de una ex pareja. Veinte años después del brutal crimen, el periodista contó cómo hizo para salir adelante.

Un 14  de diciembre de la década del 90, el periodista y locutor Luis Bremer había cumplido 22 años. El festejo, sin embargo, se pasó para cuatro días, ya que estaba a punto de recibirse de locutor. Después la noche del 18 de diciembre, Bremer recibiría en su casa a sus familiares y amigos. Tenía todo listo, inlcuso la torta que su mamá, Manuela, le había hecho. Al aproximarse a su departamento, Luis llevaba consigo el diploma de locutor que le acaban de entregar. Venía de recibirlo.

 "Encontré a mi vieja muerta en la puerta de mi casa...".

Más de veinte años después,  el panelista de El Diario de Mariana ahora puede relatar lo que vivió en una charla con Andy Kusnetzoff en FM Metro, conversación que estuvo motivada por una preguna disparadora: "¿Cuál fue el tema que más te costó tratar en la televisión?"

Luego de que Andy hiciese esta pregunta en la emisión de su programa "Perros de la Calle de este Viernes Santo, Bremer contó: "En Canal 26, con la primera nota a (el femicida RicardoBarreda en la cárcel. Me negué a presentarla. Era muy pibe, no me podía parar de manos, y lo tuve que presentar con cara de póquer". Sucede que su oposición inicial estuvo motivada por lo que había sucedido con su mamá. "Tenía que ver con mi historia...", afirmó luego.

"(A Manuela la mató) la pareja que tenía en ese momento, que no se bancó que ella cortara la relación. Y ese día fueron las dos caras del teatro en la vida misma: por un lado la felicidad (por haberse recibido), y por el otro lado un pozo trágico donde uno se hunde durante algunos años hasta que salís a respirar la calle", explicó.

Es que, desde esa noche, vivió la "vergüenza pública del hijo varón". "Me meto en la pata cultural: que te toquen a tu vieja... te lastima en un lugar tan profundo que tardás en salir, porque te creés el mayor defensor de tu vieja. Y te preguntás: ¿cómo me pudo haber pasado esto a mí?".

Según precisó Luis, Manuela no había tenido una relación violenta con su homicida, pero recordó que al dar por concluido el noviazgo, empezaron las amenazas. "Vivimos más de seis meses de amenazas telefónicas. Y en la comisaría no tomaban denuncias en ese momento, sino presentaciones policiales. Se limpiaban el culo, como muchos harán hoy por hoy", acusó.

Debido a la falta de respuesta de la Policía, en la familia buscaron alternativas, pero Luis se lamentó al admitir que no lograron encontrarlas. "Pensamos mil cosas para rescatarla, como que se vaya a vivir a España, adonde tenía familiares. Pero no había guita. Estamos hablando de una clase media laburante. Imaginate lo que debe pasarle a alguien que no tiene recursos ni para tomarse un bondi para escaparse".

Y  un día llegó la tragedia, el asesinato de su madre. Algo "complejo de transitar", según sus palabras. "Tardé cinco años en volver a respirar. Los latidos de mi sobrino Axel, cuando los escuché cuando la madre estaba en trabajo de parto, me despertaron...". Axel es hijo de su hermano, quien estaba a su lado aquella noche que regresaron del Teatro Cervantes y encontraron ahí, a su mamá.

Para Bremer la autoayuda y "el 'sí se puede'" es "una pajereada". Cree firmemente en que hace falta la ayuda de los demás, porque "aparece gente divina". Y también la terapia es indispensable para "entender"; y ese entendimiento "te quita odio y te permite hacer tu propia vida".

Porque ese sinuoso camino a recorrer en la recuperación ofrece recovecos impensados. "Como ser humano te van pasando un montón de cosas. Te acercan hasta posibilidades de venganza: es una locura pero esto pasa... En ese momento te tenés que parar desde el lugar de la educación que recibiste y decir: 'Yo no soy la misma mierda que ellos'", sostiene.

Bremer pide mayor presencia y presupuesto del Estado en esta problemática. "(Hacen falta) refugios para mujeres que se tienen que ir de la casa porque las van a matar, y tienen cuatro hijos pero no tiene laburo", argumenta, si bien comprende que la responsabilidad es de todos. "El problema es cultural, político y tiene que haber un cambio de conciencia: dejar de criar machitos con la pelotita y princesitas con la muñequita", afirma.

Pero, ¿qué sucedió con el asesino? "Hubo una condena inicial muy leve, porque también hubo otro presidente, que fue Carlos Menem, que dijo que las personas de más de 70 años podían tener prisión domiciliaria. Al poquito tiempo creo que salió y después lo perdí de vista", asegura el periodista, quien fue uno de los grandes impulsores de la marcha Ni una menos.

Porque "esa imagen" fatídica que Luis vivió más de veinte años atrás, aquel 18 de diciembre en el que se recibió de locutor, "se repite una vez por día. Y eso es lo más terribe".