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La tragedia griega también tiene su Cleto

*Por Jorge G. Herrera. En medio del fragor de la batalla con el binomio franco-alemán "Merkozy", al primer ministro griego, Yorgos Papandréu, le apareció su "Cobos".

Así, el referendo propuesto por el jefe del Gobierno heleno sobre el rescate europeo se constituyó en una verdadera «Resolución 125 a la Lousteau» y el ministro de Finanzas griego, Evangelos Venizelos, emergió como el "Cleto" en esta tragicomedia.

Para dimensionar la jugada de ayer de Venizelos, sólo basta imaginar que Timothy Geithner, secretario del Tesoro de EE.UU., desautorizara al presidente Barack Obama en medio del G-20.

Sucede que ayer, y luego de haber estado de acuerdo con Papandréu respecto del referendo, el ministro griego llegó a Cannes, a la reunión de emergencia convocada por el francés Nicolas Sarkozy, diciendo que "el Gobierno (griego) debía descartar categóricamente un referendo sobre el crucial plan de rescate pidiéndole además hacer todo lo posible para llevar a cabo el acuerdo".

Para que no quedaran dudas, también publicó su declaración en su página web personal.

La misiva afirmaba que "la posición de Grecia en la eurozona es una conquista histórica del país que no se puede poner en duda. Este acervo del pueblo griego no puede depender de un referendo". Continuaba diciendo que el país debe sentirse seguro y estable, que es el primer requisito para que éste sea realmente seguro y estable. Los bancos griegos son totalmente seguros, como parte integral del sistema bancario europeo. Esto se hizo evidente ayer por la noche en la discusión en Cannes.

Ahora para Venizelos, según su sorprendente declaración, "lo importante es el sexto tramo a ser desembolsado, sin ninguna distracción o demora, de acuerdo con las decisiones del eurogrupo del 26 de octubre, que fue el resultado de 10 horas de arduas negociaciones".

"El siguiente paso es activar, antes de que finalice el año, el nuevo programa de apoyo que proporciona a Grecia otros 130.000 millones de euros y lleva a una reducción de la deuda soberana griega de alrededor de 100.000 millones de euros. La finalización de estos procesos es un proyecto nacional".

Luego en Atenas, mientras el jefe de Gobierno negociaba su suerte con sus parlamentarios, Venizelos decía sin tapujos que necesitaba el desembolso antes del 15 de diciembre.

Cabe recordar que Venizelos había apoyado inicialmente el referendo, para después romper filas con su primer ministro, argumentando que no era lo que Grecia necesitaba en este momento, y quizás apostando a deshacerse de su rival político.