¿La Tota Santillán teme sufrir un atentado? "Si me pasa algo a mí, o a mis hijas, es responsabilidad de mi ex suegro"
El ex conductor de Pasión de Sábado rompió el silencio ante las cámaras de televisión tras el escándalo que protagonizó.
La Tota Santillán fue encontrado en un bar de San Telmo durante la tarde de este martes. "Hoy me dieron permiso para salir porque tenía que pagar el colegio de las nenas y otras cosas más", aclaró el conductor cuando le consultaron qué hacía allí, dado que ingresó a la Clínica Avril tras haber sido detenido por robo el viernes 7 de julio.
"Quiero aclara que he tenido un pico de estrés", justificó Santillán el duro momento que le tocó vivir en esa oportunidad. "Recuerdo haber subido al tren, me bajé en Caseros. Recuerdo que a la gente del lugar (por el bazar donde lo denunciaron) les había pedido dos muñecas para mis nenas. Y de repente aparecieron cuatro policías y me tiraron al piso. Fue muy feo. Todavía no caigo en lo que me pudo pasar ahí", aseguró.
En ese sentido, La Tota precisó que el forcejeo con los efectivos policiales le dejó dos costillas fisuradas a la vez que se sintió humillado. "No me dio vergüenza que me esposaran, sino la manera que lo hicieron. Me pasearon por todo Vicente López. Paraban y le decían a la gente: '¡Mirá, llevamos a La Tota!'. Eso lo recuerdo muy bien: cómo me llevaron y cómo me trataron. Yo sé que no hice nada", confió.
También volvió a cargar contra su ex suegro, Jorge Fiasche, quien "todo los días" le ponía "una traba en el camino". Sucede que el conductor televisivo estuvo casado con su hija, Sol Fiasche, con quien tuvo dos hijas, Camila (seis) y Mía (cinco). Según reclama, Fiasche le impide el contacto con ellas: pasó nueve meses sin verlas. "Lo único que (Fiasche) hizo en estos siete años, es daño. Él cree que con toda la plata del mundo va a tapar las cagadas que hace", se lamentó.
Sucede que su ex suegro es abogado de la feria La Salada. "Esto lo hablé (con el director de La Salada, Jorge) con Castillo en una oportunidad. Le pedí trabajo en su radio y me dijo que estaba completo. Nunca más molesté", reveló el ex presentador de Pasión de Sábado, y advirtió: "Si me pasa algo a mí, o a mis hijas, es responsabilidad de Fiasche".
"Quiero aclara que he tenido un pico de estrés", justificó Santillán el duro momento que le tocó vivir en esa oportunidad. "Recuerdo haber subido al tren, me bajé en Caseros. Recuerdo que a la gente del lugar (por el bazar donde lo denunciaron) les había pedido dos muñecas para mis nenas. Y de repente aparecieron cuatro policías y me tiraron al piso. Fue muy feo. Todavía no caigo en lo que me pudo pasar ahí", aseguró.
En ese sentido, La Tota precisó que el forcejeo con los efectivos policiales le dejó dos costillas fisuradas a la vez que se sintió humillado. "No me dio vergüenza que me esposaran, sino la manera que lo hicieron. Me pasearon por todo Vicente López. Paraban y le decían a la gente: '¡Mirá, llevamos a La Tota!'. Eso lo recuerdo muy bien: cómo me llevaron y cómo me trataron. Yo sé que no hice nada", confió.
También volvió a cargar contra su ex suegro, Jorge Fiasche, quien "todo los días" le ponía "una traba en el camino". Sucede que el conductor televisivo estuvo casado con su hija, Sol Fiasche, con quien tuvo dos hijas, Camila (seis) y Mía (cinco). Según reclama, Fiasche le impide el contacto con ellas: pasó nueve meses sin verlas. "Lo único que (Fiasche) hizo en estos siete años, es daño. Él cree que con toda la plata del mundo va a tapar las cagadas que hace", se lamentó.
Sucede que su ex suegro es abogado de la feria La Salada. "Esto lo hablé (con el director de La Salada, Jorge) con Castillo en una oportunidad. Le pedí trabajo en su radio y me dijo que estaba completo. Nunca más molesté", reveló el ex presentador de Pasión de Sábado, y advirtió: "Si me pasa algo a mí, o a mis hijas, es responsabilidad de Fiasche".