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La terquedad de seguir agregando valor

*Por Débora Giorgi. Esa es la línea del pensamiento industrialista de este gobierno y de este modelo de crecimiento con inclusión social: agregar valor, ampliar el mercado interno, ganar mercados en el mundo, generar condiciones para que las inversiones sigan creciendo y generando más trabajo de mayor calidad para todos los argentinos."Por eso esta terquedad de seguir agregando valor a todo lo que hacemos", dijo la presidente Cristina Fernández de Kirchner.

El modelo productivo iniciado en 2003 y profundizado por Cristina Fernández de Kirchner como respuesta contracíclica a la crisis financiera internacional, ha generado un crecimiento de Argentina a tasas históricas, consolidando una industria más integrada y competitiva orientada a la generación de valor, potenciada en la innovación productiva y con un alto grado de emprendedurismo. Una industria que es el motor del crecimiento y que explica más del 20 por ciento del crecimiento del PBI.

Este modelo terminó con la dicotomía entre el mercado interno o las exportaciones. Hoy tenemos un mercado local fuerte y, al mismo tiempo, vendemos productos argentinos con valor agregado a los mercados internacionales sujetos a la más alta competencia. Se creó y se aceleró el círculo virtuoso: crece el mercado interno, llegan nuevas inversiones, lo que deriva en mayor producción, y eso genera nuevos puestos de trabajo y, por ende, una nueva expansión de la demanda local.

Cristina no quiere cualquier tipo de crecimiento. El crecimiento es transformar, es acumular capacidad de gestión, es incluir, es dar trabajo digno a todos y cada uno de los argentinos.

El modelo implementado desde 2003 generó cambios en la matriz industrial del país y gracias a eso se aprovecharon las oportunidades de un mercado regional demandante de nuestros productos, pero cuidando que las fuerzas del mercado no primaricen nuestro perfil productivo.

Nuestras exportaciones crecieron en un promedio anual del 18 por ciento entre 2003 y 2008, y luego de superar la peor crisis internacional de los últimos 80 años en forma privilegiada, las ventas al exterior vuelven a crecer a un ritmo del 24 por ciento y se acercan al récord histórico del 2008.

Si sumamos exportaciones e importaciones, hoy estamos en un 36,5 por ciento del PBI contra un 12 por ciento durante la década de los años ‘90. Esta es una manera muy clara de medir la inserción de Argentina en el mundo.

Las exportaciones crecieron en monto y en diversificación de mercados: ventas por más de 100 millones de dólares han sido realizadas a más de 60 países, cuando en 1998 ese monto se exportaba a sólo 37 países. Además, estamos desarrollando una estrategia que apunta a intensificar el comercio sur-sur, por las características de mayor dinamismo que presentan los países emergentes respecto de los desarrollados.

En estos años también consolidamos una canasta exportadora en la que los productos industriales tienen una participación creciente. Así, podemos asegurar con una enorme satisfacción que el 35 por ciento del total de lo exportado pertenece a Manufacturas de Origen Industrial (MOI), alcanzando el 6,5 por ciento del PBI y se convirtieron por primera vez en la historia en el principal rubro exportado, por encima de las MOA (Manufacturas de Origen Agropecuario), productos primarios, y combustibles y energía.

Como si eso fuera poco, el 15 por ciento de esas exportaciones de productos industriales proviene de 11.088 pequeñas y medianas empresas, un dato relevante considerando que en América latina el promedio de la participación de las pymes industriales en las exportaciones apenas alcanza el 5 por ciento.

Los números hablan por sí solos.

Y debe resaltarse que este proceso se dio simultáneamente con un fuerte impulso a la sustitución de importaciones, que permitió reemplazar en el último año compras externas por 9.200 millones de dólares, comparando contra 2008.

Fuimos y somos capaces de atender el incremento vigoroso de un mercado interno pujante y abordar con éxito los mercados internacionales sujetos a la más alta competencia y lo estamos demostrando con los niveles récord de crecimiento, exportación e inversiones sectoriales.

Por eso el desafío que nos planteamos es duplicar el PBI industrial en una década, consolidando un modelo exitoso que genera crecimiento e inclusión para todos los argentinos.