La teoría conspirativa del falso alunizaje
En julio de 1969, Armstrong y Aldrin caminaron por la Luna. Pero hay gente que no lo cree.
La teoría conspirativa que afirma que el alunizaje fue lisa y llanamente un fraude es un mito perpetrado por mucha gente y organizaciones diversas, incluyendo a la Fox TV y a Bill Kaysing, entre los más importantes divulgadores del mito. Kaysing llegó a publicar un libro en 1974 llamado "We Never Went to the Moon" (Nunca fuimos a la Luna), y en febrero de 2001, la Fox emitió un programa: "Teoría Conspirativa: ¿Alunizamos?". Una encuesta hecha en 1999 dio como resultado que el 11% de los estadounidenses dudaban que el alunizaje hubiera tenido lugar. Esa cifra aumentó al 20% luego de la emisión del programa de la Fox, que tuvo una audiencia de 15 millones de personas. Luego de 40 años del alunizaje, en 2009, todavía había un 6% de la gente que la llegada a la Luna era un montaje hecho en la Tierra. Por supuesto, un 12% de los encuestados piensa que el alunizaje fue verdadero y fue el logro científico más grande de los últimos 50 años.
Alunizaje falso: las "claves"
No hay estrellas en el cielo lunar
Tampoco hay ninguna estrella en las fotos tomadas en la estación espacial internacional, en las misiones soviéticas o simplemente en el cielo nocturno terrestre. Ello se debe a que las estrellas, a simple vista, tienen un brillo muy escaso. Habría que darle a la fotografía un tiempo de exposición muy largo para que las estrellas salieran en la foto. Los telescopios lo logran justamente por eso. Pero con una cámara fotográfica común, tal vez habría que estar horas con una película de alta sensibilidad para que aparezcan las estrellas en una foto. Uno puede hacer la prueba, yendo a un lugar descampado para que las luces de la ciudad no "tapen" la luz de las estrellas y apuntar la máquina de fotos hacia el cielo para comprobar que las estrellas simplemente no aparecen en la foto. Por otra parte, el suelo de la Luna refleja mucho la luz del Sol y los trajes de los astronautas eran blancos, lo cual se "chupaban" toda la luz que podía retratar la cámara.
La bandera ondea
Lo que sostiene a la bandera no es un mástil. En realidad se trata de un armazón en forma de "L", invertida, donde la bandera simplemente cuelga del parante superior. Una vez que preparan el armazón, Armstrong y Aldrin despliegan la bandera que al principio se mueve y luego se detiene lentamente hasta quedar fija y sin moverse. La bandera no vuelve a moverse nunca más.
¿Quién filmó a Armstrong bajando de la escalera si no había nadie en la Luna?
Muchos llegan a sostener que el primero que bajó fue Aldrin y no Armstrong, de manera que cuando éste último bajó, había alguien que lo estaba filmando. Pero hay una explicación mucho más sencilla: había una cámara adosada a una de las patas de la nave. Si hubiera bajado Aldrin primero, podría haber hecho mejores tomas que las que se ven, con primeros planos, etc. Pero no, la imagen es relativamente pobre, lo cual indica que es mucho más probable que fuera tomada por una máquina fija y sin zoom.
¿Por qué no hemos vuelto a la Luna?
¿Para qué iban a volver? Había un objetivo: ganar la carrera espacial. Pero luego de ello, no había un plan para quedarse y lo que se hizo fue "ir, tocar y volver", como se dice coloquialmente. Fueron 7 misiones -contando la fallida del Apollo XIII- en tres años. La gente se olvida que esto era una carrera militar y espacial.
No había tecnología
Una de las razones que esgrimen los que sostienen la teoría conspirativa de que el hombre nunca llegó a la Luna es que en esa época no había la tecnología suficiente como para lograr semejante hazaña. Eso es mentira. No olvidemos que la computación, aunque estaba confinada a los grandes centros militares, militares y académicos, gozaba de una gran reputación. Lo que ocurre es que hoy los jóvenes se preguntan: "¿Pero... qué podría haber hace 44 años en materia de computación?" Y claro, no había tablets, ni notebooks, pero sí poderosas computadoras y equipos de centenares de hombres.
Preguntas que los "conspiranoicos" no pueden contestar
¿Y las rocas lunares? ¿De dónde salieron?
No hay que olvidar que los astronautas de las diferentes misiones trajeron a la Tierra unos 382 kilos de rocas lunares, que hoy tienen geólogos de varios países del mundo, los cuales también deberían haber participado de la tremenda conspiración para hacerle creer al mundo una mentira descomunal.
¿Quién puso en la Luna los reflectores láser? ¿Quién los dejó allí?
Para quien no lo sepa, hay reflectores láser dispuestos en la superficie lunar, de manera que enviando una rayo desde nuestro planeta, se puede obtener una respuesta inmediata, entre otras cosas, para medir la distancia que hay entre la Tierra y la Luna y cómo va variando con el tiempo.
¿Cuántas personas se hubieran tenido que callar para tapar el complot?
Llegaron a trabajar en la NASA y otras empresas del proyecto Apollo hasta 400.000 personas. A eso hay que sumarle la presencia de la URSS, principal enemigo de los Estados Unidos. La URSS admitió el alunizaje sin problemas, no emitió ni una duda. Por otra parte, los astrónomos aficionados y radioaficionados siguieron las misiones Apollo sin problemas. A todo esto se debe agregar algo en lo que pocos piensan: realizar un complot para fraguar el alunizaje hubiera sido mucho más caro que la misión misma de la Apollo XI, que por ese entonces costó nada menos que 20.000 millones de dólares. Tengamos en cuenta que el affaire Clinton-Lewinsky ocurrió entre dos personas en un recinto de la Casa Blanca y se enteró todo el mundo. ¿Qué podríamos esperar de una conspiración en la que hayan participado más de 400 mil personas?
La lección es clara
Hay mucha gente que toma tres o cuatro elementos de una historia y construye una completamente distinta, tal vez esperando colmar sus deseos de que la gente se entere de su astuta inteligencia. Es cierto que ha habido conspiraciones reales: el plan para asesinar a Hitler, por ejemplo, o la intervención de la CIA en la desestabilización de las democracias de Sudamérica en la década del 70. Pero las teorías conspirativas son demasiado atractivas y poco convincentes para ser ciertas. Y el caso del falso alunizaje es un ejemplo de ello.