La serie de irregularidades que provocaron la muerte de un joven en la fiesta trágica del Delta
La investigación de Arroyo Salgado apunta a graves negligencias. ¿Se tiró al agua a propósito? ¿Lo dejaron solo?
Por Federico Fahsbender (extraído de Infobae)
El 7 de marzo por la noche, David Uriel Peña, de 19 años, oriundo de Lomas de Zamora, trabajador en una empresa de construcción, grafitero y cultor del rap, padre de una hija de dos años, se encontró con un amigo en las inmediaciones del puerto de Olivos que lo haría ingresar a una fiesta flotante que lo llevaría al Delta del Tigre. El DJ Gastón Canovas celebraba su cumpleaños en el catamarán Libertad, frecuentemente alquilado para fiestas en el agua, que partiría desde el puerto de Olivos con más de 160 tripulantes. David no volvería a puerto, ni a su casa, ni a ver a su hija.
Casi tres días más tarde, la Prefectura Naval encontraba su cadáver flotando a pocos metros del Club Náutico Albatros, a la altura del kilómetro 26 del río Luján. La jueza federal Sandra Arroyo Salgado fue la encargada de comandar la búsqueda e investigar qué pasó en el cumpleaños de Canovas. Los relatos indicaban que Peña, supuestamente fuera de sí, se lanzó enloquecido por la borda, los testimonios sugerían a un joven drogado. Dos meses después, el expediente sugiere algo distinto, con sospechas de una fuerte trama de irregularidades detrás de la muerte.
El 21 de marzo pasado, menos de dos semanas después de la fiesta, la División Química Legal La Plata del Ministerio de Seguridad bonaerense le envió a Arroyo Salgado los resultados de las pericias toxicológicas sobre la sangre y el cuerpo de David, un análisis que incluyó muestras de contenido gástrico y una serie de hisopados: no se detectaron rastros de ninguna droga conocida.
Peña, sin embargo, había consumido alcohol, en una fiesta en donde el alcohol fluía libremente. "No se cobró entrada, compré algunas bebidas para compartir. No había barra ni se comercializaba, cada uno traía lo suyo", asegura Gastón Canovas a Infobae. La cantidad de alcohol detectada fue de 2,20 gramos por litro, casi cuatro veces más de lo permitido para manejar un auto en la provincia de Buenos Aires.
¿Esto era suficiente para que Peña se lanzara al rio Luján en medio de la noche? Voces cercanas a su familia aseguran que el joven no tenía antecedentes psiquiátricos o de adicción. Hay, por otra parte, un testimonio que contradice al relato general, el de un joven porteño que declaró en el juzgado de Arroyo Salgado y aseguró luego de que le mostraran una foto de David que lo vio cerca de la medianoche "bien, en sus cabales."
Por otra parte, hay otros relatos que llegaron a oídos de la familia Peña. Según la causa, había dos patovicas en el catamarán, dos empleados de seguridad para controlar a los 167 invitados: uno de ellos habría sido la última persona con la que David interactuó. ¿Hubo acaso una pelea fatal?
Todavía no hay imputados en el expediente. "Declaré la primera vez y no fui citado nuevamente", afirma Canovas. En paralelo, Arroyo Salgado claramente apunta a responsabilidades.
Un documento del Juzgado Federal N°2 contiene términos lapidarios. Afirma que los catamaranes Libertad "no cumplirían con las medidas de seguridad propias." La investigación por la muerte de Peña no es el primer roce de las embarcaciones-boliche con la ley: el Juzgado Federal N°1 de la jurisdicción ya les había iniciado una causa en 2016 por infracciones de drogas que luego fue archivada por inexistencia de delito. Los testimonios recolectados tras la muerte de Peña -que incluyen a los de Canovas y al menos un patovica- llevaron a Arroyo Salgado a afirmar que "se ha logrado constatar una descuidada organización en todas las cuestiones concernientes al control, seguridad y ejecución de los eventos nocturnos."
La jueza federal continúa con un punto de suma gravedad: "Se ha señalado que mientras la embarcación se encuentra en movimiento los tripulantes no pueden permanecer en su parte exterior. No obstante muchos de los testigos han indicado que los invitados permanecieron afuera cuando el navío navegaba... El personal no instruyó en ningún momento a los invitados en relación a los protocolos de seguridad." Uno de los responsables del barco declaró que Peña "habría saltado desde la cubierta inferior."
Lo que sigue es mucho más desolador. Los testigos, según el escrito, "señalaron que cuando se advirtió que Peña había saltado de la embarcación ésta continuó su rumbo y se fue alejando del lugar del accidente 'mientras los patovicas veían qué podían hacer'." Es decir, ni siquiera le lanzaron un salvavidas.
El documento firmado por Arroyo Salgado continúa con una nueva revelación que indica una clara falta de control: había, entre todos los pasajeros, dos varones menores de edad. "Yo esto no lo sabía", apunta Gastón Canovas.
Hay también en la causa otro detalle llamativo, una declaración de entrada y salida del puerto de Olivos firmada y sellada por autoridades de Prefectura firmada por el aparente patrón del Libertad, asegurando que zarparía con 164 pasajeros el 7 de marzo de 2018. La declaración detalla varias fechas de vencimiento de certificados: una, a simple vista, está modificada con birome, con una fecha sobrescrita para el año 2021.
La familia Peña, por lo pronto, tiene un abogado, el doctor Gastón Marano, que actualmente representa a la familia de la ahijada del Jonathan Fabbro que acusa al futbolista de haberla abusado sexualmente. Marano, acompañado del también abogado Guido Karp, ya tomó contacto con el expediente y formalizará su pedido para constituirse como querellante.
Marano asevera: "Debido a algunas versiones encontradas que han llegado a oídos de la familia y que se desprenden del expediente no descartamos la posibilidad de un crimen doloso. Sin embargo, lo que vemos claramente configurado es una negligencia tal en la forma en que llevó a cabo la fiesta que es posible que exista una responsabilidad penal en la muerte de David Peña."
Pablo, hermano mayor de David, recibió la noticia de la muerte de boca de Arroyo Salgado misma, en privado. Hoy, dos meses después, va más allá: "Nosotros pensamos que no fue una accidente. En ningún momento en arrojarse al agua, ni por motivos emocionales. Tampoco creemos que lo hizo bajo efectos de drogas, era obvio que a cualquier chico le iba a dar un positivo de alcoholemia, no es que estaba mareado, borracho o se quería hacer el gracioso. Queremos justicia, saber qué pasó realmente, no buscamos otra cosa que la verdad. Leímos los testimonios de los chicos que fueron, se contradicen mucho. Fue un abandono de persona total. Los que lo pudieron ver dijeron que estaba bien, que no estaba loco. Era un pibe de bien, laburante. Se levantaba a las 5 de la mañana cada día para ir a trabajar, estaba contento con su laburo y amaba a su bebé. Que se haya tirado no tiene ningún sentido."
El 7 de marzo por la noche, David Uriel Peña, de 19 años, oriundo de Lomas de Zamora, trabajador en una empresa de construcción, grafitero y cultor del rap, padre de una hija de dos años, se encontró con un amigo en las inmediaciones del puerto de Olivos que lo haría ingresar a una fiesta flotante que lo llevaría al Delta del Tigre. El DJ Gastón Canovas celebraba su cumpleaños en el catamarán Libertad, frecuentemente alquilado para fiestas en el agua, que partiría desde el puerto de Olivos con más de 160 tripulantes. David no volvería a puerto, ni a su casa, ni a ver a su hija.
Casi tres días más tarde, la Prefectura Naval encontraba su cadáver flotando a pocos metros del Club Náutico Albatros, a la altura del kilómetro 26 del río Luján. La jueza federal Sandra Arroyo Salgado fue la encargada de comandar la búsqueda e investigar qué pasó en el cumpleaños de Canovas. Los relatos indicaban que Peña, supuestamente fuera de sí, se lanzó enloquecido por la borda, los testimonios sugerían a un joven drogado. Dos meses después, el expediente sugiere algo distinto, con sospechas de una fuerte trama de irregularidades detrás de la muerte.
El 21 de marzo pasado, menos de dos semanas después de la fiesta, la División Química Legal La Plata del Ministerio de Seguridad bonaerense le envió a Arroyo Salgado los resultados de las pericias toxicológicas sobre la sangre y el cuerpo de David, un análisis que incluyó muestras de contenido gástrico y una serie de hisopados: no se detectaron rastros de ninguna droga conocida.
Peña, sin embargo, había consumido alcohol, en una fiesta en donde el alcohol fluía libremente. "No se cobró entrada, compré algunas bebidas para compartir. No había barra ni se comercializaba, cada uno traía lo suyo", asegura Gastón Canovas a Infobae. La cantidad de alcohol detectada fue de 2,20 gramos por litro, casi cuatro veces más de lo permitido para manejar un auto en la provincia de Buenos Aires.
¿Esto era suficiente para que Peña se lanzara al rio Luján en medio de la noche? Voces cercanas a su familia aseguran que el joven no tenía antecedentes psiquiátricos o de adicción. Hay, por otra parte, un testimonio que contradice al relato general, el de un joven porteño que declaró en el juzgado de Arroyo Salgado y aseguró luego de que le mostraran una foto de David que lo vio cerca de la medianoche "bien, en sus cabales."
Por otra parte, hay otros relatos que llegaron a oídos de la familia Peña. Según la causa, había dos patovicas en el catamarán, dos empleados de seguridad para controlar a los 167 invitados: uno de ellos habría sido la última persona con la que David interactuó. ¿Hubo acaso una pelea fatal?
Todavía no hay imputados en el expediente. "Declaré la primera vez y no fui citado nuevamente", afirma Canovas. En paralelo, Arroyo Salgado claramente apunta a responsabilidades.
Un documento del Juzgado Federal N°2 contiene términos lapidarios. Afirma que los catamaranes Libertad "no cumplirían con las medidas de seguridad propias." La investigación por la muerte de Peña no es el primer roce de las embarcaciones-boliche con la ley: el Juzgado Federal N°1 de la jurisdicción ya les había iniciado una causa en 2016 por infracciones de drogas que luego fue archivada por inexistencia de delito. Los testimonios recolectados tras la muerte de Peña -que incluyen a los de Canovas y al menos un patovica- llevaron a Arroyo Salgado a afirmar que "se ha logrado constatar una descuidada organización en todas las cuestiones concernientes al control, seguridad y ejecución de los eventos nocturnos."
La jueza federal continúa con un punto de suma gravedad: "Se ha señalado que mientras la embarcación se encuentra en movimiento los tripulantes no pueden permanecer en su parte exterior. No obstante muchos de los testigos han indicado que los invitados permanecieron afuera cuando el navío navegaba... El personal no instruyó en ningún momento a los invitados en relación a los protocolos de seguridad." Uno de los responsables del barco declaró que Peña "habría saltado desde la cubierta inferior."
Lo que sigue es mucho más desolador. Los testigos, según el escrito, "señalaron que cuando se advirtió que Peña había saltado de la embarcación ésta continuó su rumbo y se fue alejando del lugar del accidente 'mientras los patovicas veían qué podían hacer'." Es decir, ni siquiera le lanzaron un salvavidas.
El documento firmado por Arroyo Salgado continúa con una nueva revelación que indica una clara falta de control: había, entre todos los pasajeros, dos varones menores de edad. "Yo esto no lo sabía", apunta Gastón Canovas.
Hay también en la causa otro detalle llamativo, una declaración de entrada y salida del puerto de Olivos firmada y sellada por autoridades de Prefectura firmada por el aparente patrón del Libertad, asegurando que zarparía con 164 pasajeros el 7 de marzo de 2018. La declaración detalla varias fechas de vencimiento de certificados: una, a simple vista, está modificada con birome, con una fecha sobrescrita para el año 2021.
La familia Peña, por lo pronto, tiene un abogado, el doctor Gastón Marano, que actualmente representa a la familia de la ahijada del Jonathan Fabbro que acusa al futbolista de haberla abusado sexualmente. Marano, acompañado del también abogado Guido Karp, ya tomó contacto con el expediente y formalizará su pedido para constituirse como querellante.
Marano asevera: "Debido a algunas versiones encontradas que han llegado a oídos de la familia y que se desprenden del expediente no descartamos la posibilidad de un crimen doloso. Sin embargo, lo que vemos claramente configurado es una negligencia tal en la forma en que llevó a cabo la fiesta que es posible que exista una responsabilidad penal en la muerte de David Peña."
Pablo, hermano mayor de David, recibió la noticia de la muerte de boca de Arroyo Salgado misma, en privado. Hoy, dos meses después, va más allá: "Nosotros pensamos que no fue una accidente. En ningún momento en arrojarse al agua, ni por motivos emocionales. Tampoco creemos que lo hizo bajo efectos de drogas, era obvio que a cualquier chico le iba a dar un positivo de alcoholemia, no es que estaba mareado, borracho o se quería hacer el gracioso. Queremos justicia, saber qué pasó realmente, no buscamos otra cosa que la verdad. Leímos los testimonios de los chicos que fueron, se contradicen mucho. Fue un abandono de persona total. Los que lo pudieron ver dijeron que estaba bien, que no estaba loco. Era un pibe de bien, laburante. Se levantaba a las 5 de la mañana cada día para ir a trabajar, estaba contento con su laburo y amaba a su bebé. Que se haya tirado no tiene ningún sentido."