La seguridad es un derecho humano
Por Gisela Marziotta. La inseguridad es un tema transversal a todos barrios de la Ciudad de Buenos Aires.
La inseguridad es un tema transversal a todos barrios de la Ciudad de Buenos Aires. Si bien cambia el tipo de delito en función de la zona, todos los vecinos y vecinas me transmiten la misma preocupación. En los barrios que están más al sur de la ciudad, el principal temor es salir a la calle pasada la tarde porque saben que son potenciales víctimas de un robo a mano armada o incluso de perder la vida. En cambio en la parte norte de la capital el miedo es al arrebato.
La falta de confianza hacia el propio policía es un tema recurrente cuando converso con ellos. ¿De qué sirve más policía en las calles si los vecinos no se sienten seguros con su presencia? Esto es producto de varias cosas pero en principio tiene que ver con el mal traspaso que se hizo de las fuerzas de la Policía Federal a la Policía de la Ciudad de Buenos Aires. El problema no es el traspaso, que es algo que está contemplado en la constitución de nuestra ciudad y tiene que ver con llegar a una autonomía más plena, sino la manera altamente cuestionable en que se hizo. Porque en ese pasaje muchos oficiales perdieron su sentido de identidad y pertenencia. Y eso muestra que el ministerio de Seguridad, a cargo de Diego Santilli, no diseñó políticas que ayuden a crear nuevos sentidos en relación al nuevo espacio de trabajo.
Tampoco tenemos que dejar pasar por alto los bajos ingresos que percibe un oficial de policía, números que muchas veces están rozando la línea de pobreza. Esto quedó expuesto de una manera muy cruda en el ámbito de la seguridad vial con la reciente muerte de la agente de tránsito, Cinthia Choque. El suceso que también produjo lesiones graves a Santiago Siciliano desmanteló la política de precarización laboral que implementa en la ciudad el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta. Por eso una de las primeras medidas que haremos desde el Frente de Todos en la Ciudad de Buenos Aires es trabajar a la seguridad como un derecho humano y con perspectiva de género. Porque la seguridad también es libertad. Libertad de salir a la calle sin miedo, libertad de elegir a qué colegio queremos que vayan nuestros hijos y libertad de elegir donde queremos vivir. Porque somos nosotras las primeras víctimas de la inseguridad y somos nosotras las que tenemos miedo de salir a la calle y esperar un colectivo de noche.
Para que la seguridad sea entendida como un derecho humano tenemos que formar profesionales, porque el accionar de la policía que vimos últimamente en la calle muestra una absoluta falta de profesionalismo. No podemos aceptar que un oficial mate a una persona de una patada, como tampoco podemos aceptar que una veintena de policías hostigue e intente detener de manera arbitraria a un vendedor ambulante de paltas. Es urgente sacar a la policía de su rol represivo y construir en conjunto fuerzas de seguridad que esten para cuidarnos. Porque cuando todos y todas podamos salir a la calle y nos sintamos protegidos estaremos más cerca de la ciudad que soñamos.
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