La sangre vuelve a correr
Por María Ana Rago. Pepe Cibrián y Angel Mahler. Volvieron con "Drácula", veinte años después. Con muchos cambios y mejoras y con Candela Cibrián, sobrina de Pepe, y Damián Mahler, hijo de Angel, en roles importantes. Ya tienen vendidas 10.000 entradas.
Después de 20 años, el recuerdo vuelve como una nueva realidad, tangible, soñada, posible. En 1991 se estrenaba Drácula , un musical majestuoso escrito y dirigido por Pepe Cibrián, con música de Angel Mahler, que a lo largo de todo este tiempo cosechó numerosos fanáticos. Jóvenes promesas de la escena debutaban sobre las tablas y la dupla Cibrián-Mahler apostaba por primera vez a una fórmula que luego se convertiría en su sello: una comedia musical totalmente cantada. Dos décadas más tarde, proponen una nueva versión de aquella puesta, que se ofrece desde el viernes en el Astral. Es un regreso con una fuerte marca emotiva: viene de la mano de sus creadores y ahora, también, de su descendencia: Candela Cibrián, sobrina de Pepe, y Damián Mahler, hijo de Angel, son de la partida.
Con un libro revisado y corregido, y arreglos en las partituras, este espectáculo, en el vigésimo aniversario de su primer estreno, regresa a un escenario nuevamente protagonizado por Juan Rodó, quien volverá a ser el conde Drácula. Pero ya no lo acompañarán Cecilia Milone y Paola Krum, entonces figuras desconocidas en el medio artístico. Ahora, Candela Cibrián se pondrá en la piel de Mina y Luna Pérez Lening -de sólo 16 años- es Lucy. Y Damián Mahler dirige la orquesta.
"En el ‘91, me encontraba en una situación económica desastrosa", confiesa Pepe, y cuenta cómo, a partir de esa crisis, logró inspirarse y crear una puesta que pronto se convertiría en una pieza emblemática de su carrera. Venía de hacer un espectáculo con su madre, la recordada Ana María Campoy, "al que no iba nadie. Estaba desesperado, mi padre se había enfermado de la cabeza y yo había perdido todo", repasa. Entonces se le ocurrió, sin anticiparle nada a su socio Mahler, ir a ver a Tito Lectoure, pero sin siquiera saber qué le iba a proponer. "En algún momento Tito había pensado en traer El Fantasma de la Opera , por eso decidí ofrecerle hacer un musical a él", cuenta. "A (los empresarios) Lectoure y a Ernestina Devecchi debo agradecerles todo. Creyeron en nosotros y nos dieron el Luna Park", reconoce. Para Cibrián-Mahler, que llevan 30 años trabajando juntos, Drácula del 91 fue su primer estreno en el Luna Park, lugar al que más tarde volverían con otros títulos.
Se cumplen 20 años de aquel momento en el que, tras haber convencido a Lectoure de producir un musical, la dupla se puso a escribir con velocidad y entusiasmo, y asumió el desafío de llenar 5.000 butacas todas las funciones, con una versión musical de la novela del irlandés Bram Stoker, de 1897. Si bien Drácula volvió a hacerse varias veces, con distintos elencos, este regreso es especial. Al menos, sus hacedores lo viven de ese modo. Y se emocionan hasta las lágrimas cuando repasan cómo nació Drácula , el "hijo predilecto" de esta compañía.
Las obras de Cibrián-Mahler tienen, en su mayoría, una fuerte impronta operística: son totalmente cantadas. A pesar de eso, Cibrián declara: "A mí la ópera me aburre". Y acota Mahler: "A él no le gusta, pero la lleva en la sangre".
Drácula fue la que impulsó esa forma que es un sello de este dúo. Lo curioso es que no fue una elección estética, sino fruto de la necesidad. "Originalmente, la obra era texto y canciones. Pero nosotros habíamos elegido voces maravillosas, a Paola y a Cecilia. Ellas no eran actrices todavía, y cuando hablaban era un desastre. Por eso le dije a Angel que le pusiéramos música a todo porque si no iba a ser un horror. Después se convirtieron en grandes actrices", dice Pepe.
En septiembre fueron las audiciones para armar el elenco de la nueva versión, que integran 30 artistas (más 20 músicos): se presentaron 3.500 potulantes. Pero además, entre los seleccionados están Candela y Damián. "Se suman dos emociones muy particulares. Uno es el hijo mayor de Angel, que tiene 22 años y que dirige la orquesta. Y la otra es Candela, mi sobrina menor, de 20 años, hija de mi hermano", relata Cibrián.
Angel fue el encargado de probar a Candela. "Vino a mi estudio, cantó un tema de la obra y en ese momento me emocioné muchísimo. Porque no sólo vi su potencial, sino que en su cara se reflejaba nuestra historia. Recordé a nuestros padres sentados en la fila 14 del Luna Park, donde estaban siempre, viendo Drácula . Y estuve seguro de que Candela lo podía hacer y muy bien", cuenta Angel. Después de eso, la joven debió someterse a las audiciones. "Si no sintiéramos que ella es brillante, como lo es cada uno de los chicos que están en el elenco, no estaría", agrega Pepe. Para Mahler, trabajar con su hijo le resulta muy movilizador. "Damián nació con Drácula . Tiene mucho criterio y es fantástico estar con él", dice el padre. "Esto es un premio de la vida", señala.
Pepe tiene otra sobrina, Magalí, de 23 años, que estudió cine con Manuel Antín y ahora estudia teatro. "Como mi hermano tiene una empresa muy importante de Internet y maneja el sitio de Drácula , Magalí edita todos los videos", cuenta. Pero hay más familia involucrada. La hermana y el tío de Angel están en la producción del espectáculo. Angel tiene un hijo más chico, Emanuel, quien también se perfila como músico, y que si bien se planteó la posibilidad de que se sumara al elenco, su padre consideró que todavía no está preparado.
Una publicación acompañará este regreso del conde a escena. "En marzo lanzaremos un libro con la historia de Drácula ", anticipa Mahler. Incluirá todo desde 1991 hasta ahora, con fotos. Los 20 años del estreno, sobrina e hijo en escena, hacer temporada de verano en Buenos Aires, el próximo lanzamiento de un libro... Tantas emociones los desbordan por estos días. "Nos gustaría hablar con el público antes de cada función, pero no va a poder ser", dicen.
"He modificado todo", sentencia Pepe, a la hora de hablar de Drácula como espectáculo. Por 20 años, la obra no había sufrido ningún cambio. "Y necesitaba otro ritmo, desde las orquestaciones -que son nuevas para esta versión-, la puesta, una profundización más aggiornada a la realidad que el mundo nos ha llevado a investigar", dicen. Así es que incluyeron escenas que en la puesta original no habían sido incluidas y quitaron otras. También se agregaron decorados y vestuario.
Insisten en que se trata de un estreno, porque aunque su autor y director, y su compositor son los mismos que crearon la puesta del ‘91, el tiempo los ha modificado y aquellos caminos que la vida les ha hecho transitar estas dos últimas décadas, los transformaron. "Soy otro Pepe; en todo este tiempo he sufrido pérdidas, depresiones, mis padres se murieron, también viví muchísimas alegrías", enumera.
Una de ellas es que te casaste.
Pepe : Sí, me casé con Santiago. Angel fue testigo del casamiento. Peleé por una ley (la del matrimonio igualitario), con mucho orgullo, pero de una manera desaforada, cosa que nunca hubiese supuesto. Al ver los videos de cuando estuve en el Senado, pienso que estaba loco, desquiciado... Creí en un ideal y peleé por él, con las mejores armas que pude, que son mi ética y mi dignidad. Y dicen que ayudó. Por eso digo que aunque soy el mismo, al texto lo veo de otra manera. Este Drácula es un estreno.
Hablan de "la sangre", esa misma que corre por sus venas y las de las nuevas generaciones de sus familias. Nunca más apropiado hablar de "la sangre", cuando se trata de un musical sobre el clásico vampiro. Fue ilusión, fue realidad. Y el dulce recuerdo que vuelve otra vez.