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La revolución digital en el Sistema Judicial: beneficios, desafíos y el riesgo de deshumanización

Las percepciones negativas que la sociedad tiene sobre la justicia, reflejadas en diversas encuestas, muestran una clara falta de confianza. Las razones principales son la sospecha de corrupción y la falta de celeridad en los procesos judiciales. La transformación digital de la justicia se presenta como una oportunidad.

En Argentina, el sistema judicial enfrenta un desafío crucial: la modernización. Las percepciones negativas que la sociedad tiene sobre la justicia, reflejadas en diversas encuestas, muestran una clara falta de confianza. Por ej. el 82% estuvo en desacuerdo cuando se le consultó si el sistema judicial castiga a quien son culpables sin importar quienes son (Fund.ar). Otras cifras muestran como Argentina está por encima de la región respecto a la percepción de celeridad que tienen los procesos judiciales.

Es decir que las razones principales detrás de esta desconfianza son la sospecha de corrupción y la falta de celeridad en los procesos judiciales, lo que genera una sensación de lejanía entre el ciudadano común y un sistema que debería estar a su servicio. En este contexto, la transformación digital de la justicia se presenta como una oportunidad para acercar el poder judicial a la gente, hacerlo más transparente, eficiente y accesible.

Digitalización de Expedientes: Eficiencia y Transparencia

Uno de los avances más palpables en la digitalización judicial es la migración de los expedientes del papel al formato digital. Esta transformación, además de contribuir significativamente a la reducción del uso de papel y espacio físico en los tribunales, ofrece otros beneficios cruciales.

En primer lugar, el acceso remoto a los expedientes garantiza una mayor eficiencia en la gestión de casos. Jueces, abogados y partes involucradas pueden consultar los documentos desde cualquier lugar, eliminando barreras geográficas y optimizando los tiempos procesales. Asimismo, la digitalización mejora la seguridad, ya que el uso de tecnologías avanzadas como el cifrado y el control de accesos dificulta la manipulación indebida de documentos, reduciendo el riesgo de pérdida o fraude.

Otro aspecto fundamental es la transparencia. Al estar los expedientes disponibles digitalmente, se facilita el control ciudadano y se incrementa la confianza en el sistema judicial. Esta visibilidad es clave para luchar contra las irregularidades y garantizar que los procesos se desarrollen de manera justa y equitativa.

Inteligencia Artificial: Uniformidad y Velocidad en las Decisiones Judiciales

El uso de IA en el sistema judicial podría ser una de las transformaciones más revolucionarias. La capacidad de analizar rápidamente miles de fallos judiciales y contrastar jurisprudencia permite reducir significativamente el tiempo que jueces y abogados dedican a investigar antecedentes. Esto no solo mejora la eficiencia, sino que también garantiza una mayor uniformidad en la aplicación de la ley.

La IA es capaz de detectar patrones, tendencias y divergencias en decisiones judiciales, ayudando a evitar contradicciones en fallos similares. Además, al eliminar gran parte de los errores humanos, la IA contribuye a una aplicación más rigurosa y precisa del derecho. En un contexto como el argentino, donde los tribunales suelen enfrentarse a grandes demoras, esta tecnología podría ser crucial para aliviar la carga procesal.

Chatbots en la Justicia: Accesibilidad y Eficiencia

La implementación de chatbots para la recepción de denuncias y la gestión de trámites menores también se presenta como una solución innovadora y eficiente. Los chatbots ofrecen una disponibilidad 24/7, lo que permite a los ciudadanos interactuar con el sistema judicial en cualquier momento, sin depender de horarios laborales o restricciones físicas.

Este tipo de tecnología no solo mejora la accesibilidad para quienes viven en zonas alejadas de los tribunales, sino que también reduce la carga administrativa de los juzgados, permitiendo que los recursos humanos se concentren en cuestiones más complejas. No obstante, si bien estos sistemas automatizados pueden acelerar procesos simples, el riesgo aparece cuando las situaciones se salen del esquema predefinido.

El Riesgo de la Mecanización: La Necesidad de Empatía y Trato Humano

Si bien los beneficios de la digitalización y la tecnología en el sistema judicial son innegables, es fundamental no perder de vista el aspecto humano. Existe un riesgo latente en la mecanización de los procesos judiciales, que podría llevar a una deshumanización en el trato a los ciudadanos.

El uso de chatbots es un ejemplo claro de este desafío. Aunque agilizan enormemente ciertos trámites, cuando el problema del usuario no está contemplado entre las opciones preestablecidas, la experiencia puede volverse frustrante y engorrosa. Aquí es donde la falta de interacción humana se vuelve un problema, ya que en muchos casos la solución no es solo técnica, sino que requiere de empatía y comprensión.

Esto es especialmente preocupante en situaciones judiciales delicadas, como denuncias de violencia doméstica o casos de vulnerabilidad social, donde el apoyo emocional y la orientación personalizada son esenciales. La automatización sin flexibilidad puede llevar a que ciertos ciudadanos se sientan abandonados o maltratados por el sistema, lo que va en contra del principio de justicia inclusiva.

Un Equilibrio Necesario

La digitalización del sistema judicial es una oportunidad para mejorar su eficiencia y accesibilidad, pero no debe implementarse a expensas del trato humano. Es crucial que estas tecnologías sean complementadas con la intervención de personas capacitadas para resolver problemas complejos que las máquinas no pueden abordar.

El desafío, entonces, reside en encontrar el equilibrio adecuado entre automatización y atención personalizada. La tecnología puede hacer mucho por mejorar los tiempos y la uniformidad en las decisiones judiciales, pero no debe sustituir la interacción humana donde esta es esencial. La justicia no es solo un proceso técnico; es, en su esencia, una labor profundamente humana que exige empatía, atención y sensibilidad hacia quienes recurren a ella.

La digitalización del sistema judicial, el uso de IA y la implementación de chatbots son avances que pueden mejorar considerablemente el acceso a la justicia y la eficiencia de los tribunales. Sin embargo, es fundamental que estos cambios se lleven a cabo con cautela, sin olvidar que detrás de cada expediente, cada fallo y cada trámite, hay personas con necesidades únicas. La tecnología debe ser una herramienta que potencie el sistema judicial, no que lo deshumanice. Encontrar el equilibrio entre la modernización y el trato personalizado será clave para garantizar una justicia más eficiente, inclusiva y justa para todos.

*Fuente: Encuesta sobre transformación digital del sistema judicial (fund.ar)

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