La revolución de Francisco: va a "descentralizar" el Vaticano
El Papa pidió en su primera exhortación apostólica, "La alegría del Evangelio", que le den sugerencias para "el ejercicio" de su ministerio.
Francisco ratificó hoy en su primera exhortación apostólica su idea de encarar una reforma del papado y de todas las estructuras de la Iglesia, además de dar una mayor colegialidad a las decisiones y priorizar la atención a los pobres.
En el documento "La alegría del Evangelio", difundido hoy por el Vaticano, el pontífice argentino subrayó su propuesta de una Iglesia más abierta y misionera, convocó a una renovación espiritual de todas sus líneas y propuso un regreso a la esencia del Evangelio.
"Como obispo de Roma debo estar abierto a las sugerencias que se orienten en un ejercicio de mi ministerio que lo vuelva más fiel al sentido que Jesucristo quiso darle y a las necesidades actuales de la evangelización", subrayó.
"No debe esperarse del Papa una palabra definitiva o completa sobre todas las cuestiones", dijo, y aseguró que "ni el Papa ni la Iglesia tienen el monopolio en la interpretación de la realidad social o en la propuesta de soluciones".
El pontífice argentino también reconoció que "no es conveniente que el Papa reemplace a los episcopados locales en el discernimiento de todas las problemáticas que se plantean en sus territorios".
Sugirió que las mujeres "deben tener mayor espacio y una presencia más incisiva" en la Iglesia, aunque les cierra la posibilidad al sacerdocio, y criticó "cierto estilo católico propio del pasado".
El Papa reclamó emprender "nuevos caminos" y "métodos creativos" que no encierren el mensaje en "esquemas aburridos" y sostuvo que prefiere una Iglesia "accidentada y herida por salir a la calle que enferma por el encierro y aferrada a sus comodidades".
En otro punto del documento, advirtió que la desigualdad y la exclusión social "generan violencia" en el mundo y pueden provocar "una explosión", criticó a quienes "viven en la idolatría del dinero" y alertó sobre "una corrupción ramificada y una evasión fiscal egoísta, que han asumido dimensiones mundiales".
"Hasta que no se reviertan la exclusión y la inequidad dentro de una sociedad y entre los distintos pueblos será imposible erradicar la violencia", aseveró en el documento de 142 páginas.
El Papa afirmó que "no debe esperarse que la Iglesia cambie su postura" sobre el aborto, al advertir que "no es progresista pretender resolver los problemas eliminando una vida humana" y ratificar que la defensa de la vida por nacer "está íntimamente ligada a la defensa de cualquier derecho humano".
Francisco admitió, sin embargo, que "es verdad que hemos hecho poco para acompañar a las mujeres que se encuentran en situaciones muy duras, donde el aborto se les presenta como una rápida solución para sus profundas angustias, particularmente cuando la vida que crece en ellas ha surgido como producto de una violación o en un contexto de extrema pobreza".
El Papa afirmó que "el verdadero Islam" rechaza la violencia e imploró "humildemente" a los países islámicos que garanticen la libertad de culto a los cristianos, además de subrayar la importancia del ecumenismo, el diálogo con otras religiones, tanto para la evangelización como para conseguir la paz.
"Evangelio Gaudium" o "La alegría del Evangelio" es la primera exhortación apostólica del pontificado de Francisco, recoge los trabajos del Sínodo de la Nueva Evangelización realizado del 7 al 28 de octubre, y constituye el segundo documento tras la encíclica "La luz de la fe" redactada a "cuatro manos" con el papa emérito Benedicto XVI.