La remodelación de la Ruta 6 es prioritaria para la Provincia y la Región
El próximo tratamiento en la Legislatura bonaerense de un proyecto que toma una deuda por 1.100 millones de pesos que se destinarán a las obras de reparación y ampliación de la Ruta 6 enfoca una cuestión que interesa profundamente a nuestra zona y a la Provincia.
El próximo tratamiento en la Legislatura bonaerense de un proyecto que autoriza al Gobierno provincial a tomar una deuda por 1.100 millones de pesos que se destinarán a las obras de reparación y ampliación de la Ruta 6 enfoca una cuestión que interesa profundamente a nuestra zona y a la Provincia.
Ello, más allá del análisis que merecerán en estas jornadas los cuestionamientos opositores a aspectos de ese financiamiento y a la presunta falta de precisiones sobre el plan de obras y el trazado que tendrá la ampliación prevista para esa vía caminera, especialmente en el tramo de ingreso a La Plata.
Bien se conoce que la falta de enlaces camineros importantes constituye uno de los factores negativos que más conspira contra el desarrollo de la Región y que, por consiguiente, pueden incidir para que la capital del primer Estado termine, en definitiva, como un gran dormitorio de la capital federal y resigne gradualmente, de ese modo, sus características de cabecera provincial.
Hace más de diez años se encarecía desde esta columna el trascendente aporte que, para nuestra región y la economía provincial, implicaba la repavimentación y ensanche de la Ruta 6 que vincularía a través de una multitrocha del puente Zárate-Brazo Largo con el Puerto La Plata y la Zona Franca, por medio del trazado vigente que une los distritos y localidades de Campana, Capilla del Señor, Luján, General Las Heras, Cañuelas, San Vicente y finalmente nuestra región, a lo largo de sus 217 kilómetros de extensión.
Se sabe también que la ruta funciona como el cuarto anillo de circunvalación a la capital federal y su recorrido conforma, en la práctica, una vía de conexión entre nuestra región, el sur del Conurbano y el norte de la Provincia, con proyección hacia países limítrofes, por el que se trasladan las producciones industriales y rurales.
Inclusive, en esa oportunidad, desde aquí se reclamó que se aprovechara la reconstrucción de la Ruta 6 para incorporarle la reserva de un espacio destinado al ulterior tendido de una línea ferroviaria, que permitiera no sólo empalmar con las actuales existentes -que salen o llegan a la capital federal, desde distintos puntos del país, lo que podría potenciar a un sistema de transporte ferroviario, fundamentalmente el de carga, que sufrió en las últimas décadas un inexplicable estado de decadencia- sino, específicamente, enlazar dos polos estratégicos, como el puente Zárate-Brazo largo con el Puerto y la Zona Franca de nuestra región.
Como se ha dicho ya, más allá de los reparos que pueda merecer y de las eventuales modificaciones que los legisladores consideren necesario incorporar, se está sin duda ante una iniciativa que es primordial para toda la Provincia, para su mejor y más armónico desarrollo económico e industrial. Ello, sin olvidar la sustancial mejoría para la funcionalidad y seguridad en el tránsito que implicaría.
En épocas en las que se conocen datos fehacientes sobre la progresiva carencia de rutas aptas en el país y en la Provincia, esta confluencia de factores aconseja claramente que, respetándose las diversas y muy complejas ecuaciones financieras y técnicas, no se demore la concreción de una iniciativa tan provechosa. Sobran los fundamentos económicos y geopolíticos que justifican la modernización del trazado de la Ruta 6.