La reina de Inglaterra, vestida de amarillo y con una gran sonrisa
Al son de las trompetas, radiante, y con una gran sonrisa, la soberana llevó ataviada con un vestido amarillo prímula, un diseño de la modista Angela Kelly.
Vestida de amarillo, la reina de Inglaterra, Isabel II, esbozó una gran sonrisa al llegar a la abadía de Westminster, en Londres, donde su nieto, el príncipe Guillermo, contrae hoy matrimonio con Kate Middleton.
Al son de las trompetas, radiante, y con una gran sonrisa, la soberana llevó ataviada con un vestido amarillo prímula, un diseño de la modista Angela Kelly.
La reina eligió para la ocasión una pamela de rosas de seda hechas a mano, creación de la misma diseñadora, y del mismo color que el traje, y se cubrió con un abrigo de verano a juego.
Como complementos, la soberana lució un broche de diamantes y un bolso beige.
La soberana británica, de 85 años, y su esposo, el duque de Edimburgo, con uniforme militar rojo, abandonaron el Palacio de Buckingham a las 9.40 horas GMT en un Rolls Royce con el estandarte real e hicieron su llegada a la abadía, como estaba previsto, cinco minutos más tarde, a las 9.45 horas GMT.
Apenas unos minutos antes de la llegada de Isabel II y Felipe de Edimburgo, habían hecho su aparición el príncipe Carlos acompañado su esposa Camilla, duquesa de Cornualles.