La realidad y los precios del INDEC
En su discurso ante la Asamblea Legislativa, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner ignoró el problema de la inflación, a pesar del efecto deletéreo que tiene sobre los ingresos, especialmente sobre los más bajo.
La dirigencia sindical tiene, por su parte, una percepción completamente diferente ya que parte de su actividad profesional consiste en discutir salarios e ingresos y, para eso tiene que tener en cuenta la evolución real de los precios.
Por este motivo, aún dirigentes sindicales oficialistas han manifestado en más de una ocasión que, en sus negociaciones, no toman en cuenta los índices del INDEC sino evaluaciones propias o ajenas, que ha sido denominadas como los índices del supermercado o de la góndola. Es así que, al día siguiente del discurso presidencial, Juan Carlos Schmid, del Consejo Directivo de la GCT dirigida por el oficialista Hugo Moyano, afirmó que los sindicalistas no discuten las paritarias "en una cápsula" y que toman como referencia "los precios de los supermercados y no los índices oficiales". Y el propio Ministerio de Trabajo, que tampoco puede moverse dentro de una cápusula que lo aisle de la realidad, convalida acuerdos con ajustes que refieren a los porcentajes que presentan mediciones privadas o provinciales.
La creciente distancia entre la inflación real y los índices oficiales, no desaparece con el silencio de los funcionarios y agrava las distorsiones que genera la ausencia de estadísticas confiables.