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La productividad china

*Por Juan Carlos Micheltorena. Algunos compañeros míos que recientemente viajaron a China volvieron impresionados. Me hicieron llegar entonces una síntesis de reflexiones en base a lo visto.

Un producto del que Brasil fabrica un millón de unidades, China, en una sola fábrica, produce 40 millones. La calidad es equivalente y la velocidad de distribución impresionante. Los chinos colocan cualquier producto en el mercado en cuestión de semanas, a precios que son una fracción de los brasileños.

Una de las fábricas se está trasladando al interior porque los salarios de la región en que se halla instalada son demasiado altos: 100 dólares mensuales. Un obrero brasileño gana 300 dólares mínimo que sumados a los impuestos y otros beneficios equivalen a 600 dólares. Cuando los comparamos, con los 100 dólares que reciben los chinos sin prácticamente ningún otro beneficio nos hallamos frente a una esclavitud amarilla, y alimentándola...

¿Horas extras? En la China...Olvídelas!!! La gente allí está tan agradecida de tener un empleo que trabaja horas extras a cambio de nada...

Detrás de esta "situación'' está la gran trampa china. No se trata de una estrategia comercial, sino de una estrategia de "poder'' para conquistar el mercado occidental. Los chinos están sacando provecho de la actitud de los "comerciantes'' occidentales, que prefieren tercerizar la producción quedándose tan sólo con lo que le agrega valor: la marca.

Difícilmente podrá usted comprar en las grandes redes comerciales de los EEUU algún producto "made in USA''. Es todo "made in China'', con una marca estadounidense. Las empresas ganan riadas de dinero comprándoles a los chinos por centavos y vendiendo luego por centenares de dólares. Sólo les interesa el lucro inmediato a cualquier precio. Aún al costo de cerrar sus fábricas y generar una brutal desocupación. Es lo que podría llamarse "estrategia del precio''.

Mientras los occidentales tercerizan sus emprendimientos y ganan en el corto plazo, China aprovecha ese enfoque e instala unidades productivas de alta performance para dominar en el largo plazo.

Mientras las grandes potencias mercantiles se quedan con sus marcas, con el diseño, sus garras, los chinos se quedan con la producción, asistiéndolos, estimulándolos y contribuyendo al desmantelamiento de los escasos parques industriales occidentales.

Muy pronto ya no habrá más fábricas de zapatillas deportivas o de calzados en el mundo occidental. Sólo existirán en China. De modo que en el futuro próximo veremos cómo los producto chinos aumentan sus precios produciendo un "shock manufacturero'' como sucedió con el shock petrolero en los años "70. Entonces el mundo se dará cuenta de que levantar nuevas fábricas tendrá costos prohibitivos y deberá rendirse al poderío chino. Se dará cuenta de que alimentó a un enorme dragón y se convirtió en su rehén. Un dragón que aumentará gradualmente sus precios, puesto que será quien dicte las nuevas leyes del mercado y será luego quien mande, pues tendrá el monopolio de la producción.

Ya que será también el dueño de las fábricas, de los stocks y de los empleos y quien regulará los precios. Nosotros, nuestros hijos y nuestros nietos asistiremos a una inversión de las reglas de juego actuales, lo que producirá en las economías occidentales el impacto de una bomba atómica... china. En ese momento, cuando el mundo occidental se dé cuenta, será demasiado tarde.