La primera gran final
*Por Mauricio Maronna. Las elecciones internas de hoy en la provincia de Santa Fe tienen una importancia política inédita en toda la geografía, atento a que se definirán cuestiones clave hacia adentro de los partidos pero también impactarán en el escenario nacional.
Tras dos meses de campaña que se estiraron como un chicle, hoy es el gran día que deberá ser leído como un trampolín hacia el futuro.
El Frente Progresista sale a la cancha con tres perfiles diferenciados desde la impronta personal aunque en la tarea proselitista haya sido difícil merituar desequilibrios ideológicos o programáticos. Antonio Bonfatti transcurrió sus días tratando de imantar su figura a la de Hermes Binner, por lejos el dirigente santafesino mejor conceptuado transversalmente por la sociedad. El ministro de Gobierno arrancó intentando subir una cuesta raída en los sondeos sostenido a pie firme por el gobernador, que bajó a la interna del Partido Socialista a puro mandoble contra Rubén Giustiniani, el rival a vencer por los binneristas.
Giustiniani buscará hoy mantener la mayor cantidad de votos posibles respecto a las elecciones del 2009 en las que perdió apenas por un par de puntos con Carlos Reutemann. Aunque aquella vez la capacidad de tracción de Binner también quedó manifiesta, el senador nacional se hizo conocido en todos los rincones de la bota.
Esa división de votos en el campamento socialista es lo que debería aprovechar Mario Barletta, el candidato de la UCR, quien deberá hacer pesar el valor de municipios y comunas gobernadas por su partido. Claramente, la implementación de la boleta única no fue una buena noticia para los ucerreístas si se tiene en cuenta que el nuevo sistema difumina el poder traccionador de intendentes y presidentes de comuna.
No es un dato menor que más del 90 por ciento de las municipalidades y presidencias de comuna en manos del Frente Progresista sean comandadas por radicales. Alejado de la pelea aparece en todos los sondeos Luis Cáceres, un caudillo histórico del radicalismo que apeló en la campaña a rescatar el sentimiento partidario.
El resultado de los comicios en el Frente Progresista tendrá una inmediata lectura nacional. Ricardo Alfonsín estará esperando una definición rápida del socialismo respecto a la integración de una fórmula presidencial, algo que seguirá siendo puesto en el freezer por Binner. Si el triunfador es Bonfatti, el gobernador se posicionará como una nueva alternativa en el firmamento opositor nacional y descenderán abruptamente las chances de que sea candidato a vicepresidente de Alfonsín.
En el peronismo también habrá dos lecturas. Agustín Rossi, Omar Perotti y Rafael Bielsa pugnan por ganar la compulsa para posicionarse como referencias provinciales pero, además, quien resulte ganador, gozará en las elecciones generales a gobernador del 24 de julio del inestimable subidón que pegó la imagen de la presidenta de la Nación, Cristina Fernández.
El presidente del bloque kirchnerista en la Cámara de Diputados hizo su campaña con un eje exclusivo: su pertenencia a la Casa Rosada, pero en las últimas semanas Bielsa recibió el apoyo de funcionarios nacionales linkeados directamente con el cristinismo. Ese duelo parece haber consagrado la interna dentro de la interna. Perotti jamás mostró señales de ruptura hacia Balcarce 50 pero su sesgo estuvo más cercano a rescatar sus bondades de administrador en Rafaela. Mercier, históricamente vinculado a Carlos Reutemann (el gran ausente de la política santafesina de hoy) pugnó por diferenciar su marca (Soy Federal) de la política kirchnerista.
Otra de las novedades de los comicios de hoy es la aparición del humorista Miguel Del Sel como aspirante a la Gobernación con la camiseta del PRO. Los seguidores de Mauricio Macri en Santa Fe apuestan a que el integrante del trío Midachi logre superar los dos dígitos a la hora de terminar de contar los votos, porcentaje que sería un buen envión de cara a los comicios de julio.
Independientemente de cómo quede acomodado el tablero de los candidatos a gobernador, Rosario tiene un vibrante y seductor señuelo en las internas para decidir los candidatos a intendente. El socialismo apuesta sus 22 años de gestión en las espaldas de Mónica Fein, la candidata aupada por todo el partido, pero fundamentalmente por el actual titular del Palacio de los Leones, Miguel Lifschitz. Fein lidió al momento de su nominación con un alto índice de desconocimiento en contraposición con su rival, el radical Jorge Boasso. El edil juega su parada final con reales chances en estas lides y bosquejó su discurso de campaña en la necesidad de cambiar de signo luego de dos décadas de administración del socialismo.
El peronismo rosarino tiene dos nombres reservados para estas internas abiertas. Héctor Cavallero apuesta a quedar en condiciones de llegar a la Intendencia tras muchos años de campañas y, precisamente, de lo que dejó su paso por el Ejecutivo rosarino. Diego Giuliano se muestra como una cara nueva en el PJ. Ha tenido una campaña visible apuntando a la renovación del peronismo.
Como casi siempre en la provincia y en Rosario, serán los ciudadanos no alineados en ningún partido los que inclinarán las balanzas. ¿Qué frente político será más atractivo para los votantes? La respuesta traerá una buena explicación para los días por venir.
La convocatoria se completa con una abundante oferta para cargos legislativos provinciales y municipales. En estos segmentos, la boleta única promete deparar sorpresas y dejar de lado la habitual linealidad a la hora de leer los resultados.
Pese al bullicio de una campaña interna que se asemejó en su grandilocuencia a una elección general, apenas quedarán resueltos hoy los nombres de la grilla final. Sin embargo, las lecturas políticas sobrevendrán al cierre de los comicios.
Como una rareza estas elecciones han presentado un currículum de alta calidad en los protagonistas. No tan óptima, sin embargo, como los vaivenes de una campaña larga y demasiado ruidosa que, en la mayoría de los casos, no permitió distinguir a demasiados solistas. Algunos quedaron demasiado mezclados entre una orquesta desafinada.
Al fin, hoy será la sociedad la encargada de separarlos del enjambre.