La prensa molesta si pregunta
*por Daniel Bilotta. La expresa prohibición que aplica de facto el gobierno nacional al periodismo para impedir su intervención activa...
... con la pretensión de convertirlo en reproductor pasivo de sus exposiciones acaba de ser justificada por el jefe de Gabinete Juan Manuel Abal Medina, para quien la insistencia en el reclamo de efectuar preguntas configura "un endiosamiento de determinada metodología" con la aviesa intención de "molestar" a los que "trabajan todos los días para mejorar la calidad de vida de los argentinos." Es extraño que quien defienda esa lógica sea precisamente un politólogo : no hay indicio de que en ese campo el diálogo entendido como tensión entre intereses divergentes sea rechazado como pilar de cualquier sistema democrático.
Tampoco que la elemental noción que animó a los primeros pensadores a cuestionar el poder y sus símbolos no siga siendo el más importante motor de búsqueda del ideal de libertad : es imprescindible poner en crisis lo que se da por cierto. Incluso para confirmar esa condición.
Y de convalidarse que vivimos en la necesidad de saberes específicos, donde los nuevos son producto de indagaciones sobre si los existentes responden a la expectativa sobre su eficacia que se traza el desarrollo y la innovación tecnológica, explicar para qué sirve interrogar e interrogarse sería lo más parecido a una redundancia distorsiva: su negación volvería incomprensible la historia de la humanidad.
Por otra parte, son firmes las versiones que sindican al jefe del Gabinete como uno de los más cuestionados durante la reunión que celebró la agrupación La Cámpora el pasado 15 de marzo en la desactivada sede del PJ nacional, alguna vez ámbito deliberativo natural de intendentes, legisladores y gobernadores de ese signo partidario.
Además de una propuesta superadora del clásico intercambio entre la prensa y representantes del Poder Ejecutivo, premisa que suele exigir el kirchnerismo a cualquiera que no acuerde con las propias, quedará por responder una pregunta menos inquietante y obvia: quién endiosa a quién.
Tampoco que la elemental noción que animó a los primeros pensadores a cuestionar el poder y sus símbolos no siga siendo el más importante motor de búsqueda del ideal de libertad : es imprescindible poner en crisis lo que se da por cierto. Incluso para confirmar esa condición.
Y de convalidarse que vivimos en la necesidad de saberes específicos, donde los nuevos son producto de indagaciones sobre si los existentes responden a la expectativa sobre su eficacia que se traza el desarrollo y la innovación tecnológica, explicar para qué sirve interrogar e interrogarse sería lo más parecido a una redundancia distorsiva: su negación volvería incomprensible la historia de la humanidad.
Por otra parte, son firmes las versiones que sindican al jefe del Gabinete como uno de los más cuestionados durante la reunión que celebró la agrupación La Cámpora el pasado 15 de marzo en la desactivada sede del PJ nacional, alguna vez ámbito deliberativo natural de intendentes, legisladores y gobernadores de ese signo partidario.
Además de una propuesta superadora del clásico intercambio entre la prensa y representantes del Poder Ejecutivo, premisa que suele exigir el kirchnerismo a cualquiera que no acuerde con las propias, quedará por responder una pregunta menos inquietante y obvia: quién endiosa a quién.