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"La política es algo sucio"

"La diferencia entre una democracia y una dictadura consiste en que en la democracia puedes votar antes de obedecer las órdenes". Charles Bukowski.

Nos hemos criado bajo el sentimiento de que "la política es algo sucio", tal vez tanto o más que el sexo. Adoptamos los valores ideológicos de nuestros padres sin lugar a duda. Sabemos que  quienes se meten a hacer política son personas ambiciosas, insaciables, sin principios y dispuestas a hacer un pacto con el diablo.

Estamos acostumbrados a aceptar que la política es deshonesta. Pero; ¿por quiénes está compuesta la política? Son los hombres quienes en el nombre de la misma hacen trabajos sucios. ¿Qué buscan a través del ejercicio del poder?

A medida que uno va creciendo e independizándose y adquiriendo un pensamiento independiente al de los padres notamos que algunas cosas "lamentablemente" son como nos las contaron.

Muchos políticos se inclinan hacia el propio bien. Los hombres que "se insertan" en la política ejercen este poder en provecho de su propio bienestar, principalmente económico. Por medio de acciones políticas concretas éstos ascienden de manera obscena gobernando para sí mismos.

Los discursos políticos están manchados de cinismo. Las promesas, éstas que ni siquiera fueron bien enunciadas, son la desesperanza del votante. Creer en las peroratas mal escritas que expresan en los spots de campañas políticas "es subestimarnos".

Sus caras de póker, las voces fingidas, las oraciones inverosímiles que redundan. La pomposa grandeza con la que nos aseguran cambios. La falta de convicción en aquello que proponen, las propuestas sin claridad, las palabras preparadas con el propósito de convencer... ¡Soportar este castigo!

Bajo el lema: "haz lo que yo digo y no lo que yo hago", la libertad es una ilusiónPolíticos que después de "una extensa agenda laboral" se toman unos días de descanso para tener unas merecidas vacaciones. Me pregunto qué precisarían aquellas personas que todos los días viajan en tren o en colectivo o tal vez caminan muchos kilómetros, que tienen dos horas de viaje, algunos más, hasta sus respectivos empleos. Viajando parados, sufriendo empujones, pisoteos y yendo con miedo. 

Miedo a que les roben o a que el conductor del tren se distraiga y se cargue sus vidas. Personas que trabajan jornadas completas que, como la mayoría, están subpagadas. Personas que trabajan para subsistir. Personas que ni siquiera se dan el lujo de volver a casa un día, una vez, en taxi porque su hijo está enfermo. Personas que no van a cenar afuera, que no pueden ir al teatro o al cine porque no les alcanza el sueldo para comer. Personas que pagan todos sus impuestos. Personas que son tratadas como animales. Les pregunto políticos: ¿les hace falta unas vacaciones después de tanto pavoneo?

Cuando se habla de hacer esfuerzos, de estar cansados, de luchar, de resistir; hablamos del pueblo. Los políticos han dejado de ser "empleados" convirtiéndose en dueños de sus propios negocios. Ya no representan "a la Institución" sino al nombre y apellido del que esté de turno. Obsecuentes de quien tiene más poder, indiferentes con aquellos que menos tienen.

El ejemplo se da a través de la palabra y a través de las propias acciones.

Si nadie tiene la responsabilidad, ¿cómo se hace para dar a todo esto un curso distinto?

Quizás muchos ya seamos demasiado viejos para una nueva vida, pero si el cambio no comienza hoy, la promesa de "una sociedad libre, compuesta por hombres libres", será un eterno juramento en vano.