La polémica por las fotos: morbo e hipocresía
*Por Sabrina Valle Las imágenes de Jazmín De Grazia muerta desataron un nuevo debate en la sociedad argentina sin embargo, la mayoría de los participantes habla desde la más absoluta doble moral.
*Por Sabrina Valle
@sabrinaavalle
Las imágenes eran innecesarias, eso está claro ¿Qué le sumaban a la sociedad las fotos de la modelo muerta? Seguramente nada, sin embargo ayudaron a abrir un nuevo debate público.
El escándalo del día se desató a raíz de la publicación que hizo el Diario Crónica en su versión impresa de las polémicas tomas.
De Grazia yacía en el piso del baño de su casa, a penas minutos después de haber sido sacada de la bañera en la que encontró la muerte.
He aquí el "horror", la "congoja", el "repudio" del lector que, llamativamente, hizo que el matutino alcanzara un récord en ventas y fuera agotado en varias provincias.
Este caso es, sin miedo a equivocarme, una radiografía de los argentinos. Nos mentimos a nosotros mismos, decimos lo que creemos que a otros (incluso a nosotros) les gustaría escuchar, pero sin embargo nos regocijamos con otras.
Las redes sociales se han llenado de mensajes de desaprobación que, paradójicamente, venían adjuntados con las fotos para que las demás personas también pudieran verlas.
¿En qué quedamos? Es insólito que nos quejemos de algo que consumimos a diario. Somos todos responsables de que este tipo de cosas salgan a la luz, ¿por qué? Porque sencillamente nos encanta el morbo.
El sistema de compra-venta es sencillo, si hay un oferente es porque hay un comprador. La sociedad que hoy se horroriza con las imágenes de la modelo, es la misma que los días pasados pasó por alto las mismas fotos por ser de "gente común".
A pesar de que la gran mayoría se sintió escandalizada e incluso hablaron del derecho a la privacidad, lo cierto es que muy pocos se han negado a ver dichas fotos. Entonces surge la famosa "falsa moral".
Los argentinos estamos acostumbrados a acusar al periodismo de inmoral y poco ético, pero muy pocas veces hacemos un mea culpa y pensamos en cuanto influimos en la construcción de los productos que compramos.
Está de mas aclarar que hay una enorme carga de responsabilidad en quien tomó las fotos y luego lucró con la intimidad de Jazmín y el dolor de su familia, pero lamentablemente lo ha hecho a conciencia, sabiendo que habría alguien dispuesto a hacerlas públicas, y si existieron esas personas es porque también había lectores "ansiosos" por verlas.
Reitero: LA TAPA ERA INNECESARIA NO APORTÓ NADA pero somos todos quienes día a día agigantamos esta máquina del morbo que hoy nos averguenza tanto.
Lo ideal sería que a partir de este episodio recapacitemos y, si hay una próxima vez, no hagamos del horror el producto más vendido del día en lugar de fingir detestarlo pero por otra parte no dejar de consumirlo.