La pelota también se mancha
*Por Ricardo Roa. Según Diego Maradona, el café veloz existió. Es decir, el dóping en el repechaje con Australia para ir al Mundial 94. Es una afirmación que lo autoincrimina . Un tiro en el pie. Y Julio Grondona lo confirmó tácitamente: confesó un oscuro pacto con los australianos para que no se detectara el dopaje.
También se autoinculpó.
En el país del todo pasa , cualquiera puede decir cualquier cosa. Y hasta cometer delitos y resucitar, sin sanciones públicas o jurídicas. Pero no en todo el mundo es así.
Las denuncias se responden. El Grondona australiano del 94, Ian Holmes, negó ayer ese supuesto acuerdo con el presidente de la AFA. Aunque hay algo sin explicación: por qué en los dos partidos el control antidóping no existió.
Grondona tiene casi 80 años y con sus ocho períodos en la AFA entró hace rato al Guinness.
Y dice que en octubre va por otro más. Empezó de la mano de los militares, fue radical y ahora se ha vuelto kirchnerista: arregló con el Gobierno un subsidio anual de unos 900 millones de pesos para el fútbol.
Otro récord.
¿El secreto? En su libreta de ferretero de Sarandí todos le deben algo.
Nunca quiso a Maradona, al que también aplaudía y en parte aplaude hoy el séquito K. Lo puso al frente de la Selección no por sus credenciales como técnico sino para que cargase con responsabilidades y culpas.
Para sacarse un peso de encima.
Y completó esa familia ensamblada con Bilardo. Duró lo que duró la aventura frustrada del Mundial. Han vuelto a la normalidad, a ventilarse miserias.
Genial a veces con las palabras como con la pelota en su momento, Maradona dijo algo que hizo explotar a Grondona. Como la acusación de gallina a Marty McFly en Volver al Futuro.
¿Habrá sido cuando lo tildó de gagá ? Maradona sabe herir, así con la lengua como con el fútbol. Y no es cierto que con la edad las pasiones decaigan junto con el cuerpo.
Lo grave es que uno confiesa que hubo trampa y el otro, que instó a mirar hacia el costado para que no se descubriese.
Uno es el mejor jugador y otro, el mayor dirigente de la Argentina. El daño es para todo el fútbol.