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La película que marcó tu vida

*Por Roxana Morduchowicz . Cuando van al cine, el 95% de los adolescentes argentinos elige solamente filmes norteamericanos.

Un escaso 3% vio alguna película argentina en el último año y nadie vio cine europeo o latinoamericano. Estas cifras -que resultan de una encuesta entre adolescentes de todo el país- se repiten cuando alquilan o compran filmes: todos eligen de Estados Unidos; básicamente, ciencia ficción y terror.

La homogeneidad de respuestas por un único estilo de cine no es un problema menor. El acceso a un cine diversificado es fundamental para una sólida formación cultural en los jóvenes. Si los adolescentes no pueden ir al cine o si ven un solo tipo de cine, verán también limitado su capital cultural.

¿Es posible que los chicos amplíen sus gustos y descubran un cine diferente al que usualmente ven? ¿Cómo explicarles que en la diversidad podrían descubrir una película que los marque para siempre? Un reciente libro, elaborado por el Programa Escuela y Medios del Ministerio de Educación de la Nación, preguntó a unos veinte cineastas argentinos: "¿Qué película marcó tu vida y un adolescente no debería dejar de ver?" Participaron realizadores de los más variados géneros, estilos, edades y trayectorias. Todos bajo un común denominador: elegir una película, una sola, aquella que dejó una huella en sus vidas para siempre.

Más allá de la enorme variedad de filmes seleccionados (hubo norteamericanos, argentinos, europeos y asiáticos) es interesante detenerse en los motivos que dieron. Algunos hablaron de las virtudes de la película: "Por sus valores"; "por los sentimientos que genera"; "por su belleza y estética"; "por el tema" y "porque es una obra maestra".

Otros cineastas, en cambio, hablaron de sí mismos: "Porque fue la primera película de adultos que vi"; "porque me hizo llorar"; "porque decidió mi vocación", "porque me ayudó a romper con mandatos familiares" y "porque fue la primera vez que vi llorar a mi papá".

Ningún realizador rechazó la propuesta del libro. Ninguno dijo que era imposible elegir una única película. Todos respondieron. Todos repasaron sus vidas y encontraron rápidamente una película que los marcó. Las emotivas respuestas reflejan que efectivamente un filme puede dejar una huella que las personas lleven consigo toda su vida. Quizás sea uno solo, pero lo recordarán para siempre.

Volvamos, entonces, a la pregunta inicial: ¿es posible que los jóvenes elijan un cine diferente al que usualmente ven? Si a partir de este libro los adolescentes ven alguno de los veinte filmes que evocan los cineastas, habrán ampliado sus gustos cinematográficos.

Pero si, además, sienten de qué profunda manera una película puede marcar una vida, no sólo habrán conocido un nuevo filme: habrán descubierto la enorme fuerza, el poder y la magia de la pantalla grande. En otras palabras, habrán descubierto el secreto del buen cine.