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La palabra de uno de los nenes, víctima del accidente en ruta 2: "El chofer estaba como dormido"
En el accidente murieron dos nenas y hay varios heridos de gravedad.
"A un colectivo no subo nunca más. Y tampoco voy a hacer ningún viaje por la ruta", dijo Franco (11), en una camilla del hospital San Vicente de Paul de Chascomús. Fue lo primero que le dijo a su mamá, Selma Hernández cuando entró al pabellón donde asistían a la mayoría de las víctimas del accidente del micro con egresados registrado este jueves en la ruta 2.
Franco tiene una fractura en su pierna derecha, afectado el brazo izquierdo y un golpe en la frente. Pero esta tarde desconocía la secuela más dolorosa del tremendo golpe para los alumnos de sexto año de la Escuela 41 de Benavídez: no sabía que Delfina y Mía Soledad -dos compañeritas del turno mañana- fallecieron por el vuelco del colectivo.
Esta mañana, poco antes de las 7, sonó el teléfono de Selma. Era la directora que le comunicó la ingrata novedad. "El mundo se me desmoronó en los pies. Quedé helada", contó a Clarín la mujer, en la puerta del centro asistencial.
Hernández llamó a su hermana, María, y contrataron un auto de alquiler desde una aplicación para llegar hasta Chascomús. El padre de Franco dejó su trabajo en un frigorífico de la zona norte del GBA para acompañarlos.
La excursión a San Clemente, contratada con la empresa de turismo "Purpura Travel", sería para Franco la primera salida sin sus padres. "No conocía el mar. Estaba muy entusiasmado. Emocionado y al mismo tiempo ansioso. Pero contento", contó la mamá.
El itinerario contratado por las cuatro divisiones de sexto año incluía una visita a Mundo Marino, un festejo por la noche en un complejo hotelero y el regreso a Benavídez el sábado a última hora después de una recreación en la arena del Atlántico.
Franco no recuerda casi nada de los minutos previos al incidente de la ruta. Iba sentado en la parte inferior de la cabina. "Las nenas que murieron viajaban arriba. A Franco le pedí que bajara porque no lo veía para despedirlo. Terminó siendo una salvación para él", recordó Selma, conmovida.
En el kilómetro 141, sobre jurisdicción del partido de Lezama, la autovía está en perfecto estado. Las banquinas limpias, sin pozos ni huellones. Y los pastos cortos.
"Los chicos juntaron cada peso con mucho esfuerzo. El viaje lo pagamos durante todo el año y algunos no pudieron acceder al viaje por falta de dinero", relató Juan Marcelo Fernández, papá de Emily, otra de las víctimas del episodio vial.
Emily fue atendida por golpes en la espalda y en el hombro. Saldría caminando de la sala de guardia. "Ahora, cuando los chicos estén bien temenos que saber qué pasó con el chofer y con los responsables de la empresa. Dejamos a nuestros hijos en sus manos y terminamos todos en un hospital. Esto no se puede repetir", lamentó Fernández.
Comerciante de la zona norte, Fernández se enteró por la TV del accidente y viajó en su coche con la madre de la nena y su hermano, Daniel. "No importa la parte económica. Solo queremos que esto no les pase a otros contingentes . Tiene que haber un castigo ejemplar para los responsables", fue el reclamo.
Es que en las charlas con los lesionados, en las salas de atención, se escuchó a menores decir que el conductor estaba "como dormido. Se bamboleaba en su butaca".
Fernández sostuvo -incluso- que habría una grabación de esa situación realizada con celular. "Uno de los nenes vio eso y le avisó a las madres acompañantes. Después ocurrió el vuelco", es el relato que se construyó en medio del dolor y la angustia, entre las paredes del centro asistencial.
Nada de eso figura por ahora en el expediente que instruye el fiscal de la Unidad Descentralizada 10 de Dolores, Jonatan Roberts.
La municipalidad de Chascomús habilitó un sector para asistencia de los familiares. También intervino la jefatura Distrital de la dirección General de Escuelas. Eran docentes, auxiliares y maestras de establecimientos locales que se pusieron a disposición de las necesidades de padres, tíos y abuelos que llegaban desencajados hasta la puerta del "San Vicente de Paul".
A este puesto sanitario llegaron 31 niños y adultos derivados de los centros de emergencia. A media tarde, el ministerio de Salud provincial informó que al "Eva Perón" de San Martín llevaron en ambulancias a un varón y 3 nenas para observación; un niño de 11 años con fractura de húmero y una nena de 12 , con su brazo izquierdo muy comprometido. Se decidió ese destino para "estar más cerca de sus familias".
Al "Sor María Ludovica" de La Plata llegó una nena de 11 años con politraumatismo y traumatismo encefalocraneano moderado. "Permanece en observación en terapia intensiva". Un chiquito de 11 con afectación grave en miembros superiores. Y otra alumna con traumatismo encefalocraneano moderado, estable y compensada hemodinámicamente. Permanece internada en terapia intermedia en observación.
Franco tiene una fractura en su pierna derecha, afectado el brazo izquierdo y un golpe en la frente. Pero esta tarde desconocía la secuela más dolorosa del tremendo golpe para los alumnos de sexto año de la Escuela 41 de Benavídez: no sabía que Delfina y Mía Soledad -dos compañeritas del turno mañana- fallecieron por el vuelco del colectivo.
Esta mañana, poco antes de las 7, sonó el teléfono de Selma. Era la directora que le comunicó la ingrata novedad. "El mundo se me desmoronó en los pies. Quedé helada", contó a Clarín la mujer, en la puerta del centro asistencial.
Hernández llamó a su hermana, María, y contrataron un auto de alquiler desde una aplicación para llegar hasta Chascomús. El padre de Franco dejó su trabajo en un frigorífico de la zona norte del GBA para acompañarlos.
La excursión a San Clemente, contratada con la empresa de turismo "Purpura Travel", sería para Franco la primera salida sin sus padres. "No conocía el mar. Estaba muy entusiasmado. Emocionado y al mismo tiempo ansioso. Pero contento", contó la mamá.
El itinerario contratado por las cuatro divisiones de sexto año incluía una visita a Mundo Marino, un festejo por la noche en un complejo hotelero y el regreso a Benavídez el sábado a última hora después de una recreación en la arena del Atlántico.
Franco no recuerda casi nada de los minutos previos al incidente de la ruta. Iba sentado en la parte inferior de la cabina. "Las nenas que murieron viajaban arriba. A Franco le pedí que bajara porque no lo veía para despedirlo. Terminó siendo una salvación para él", recordó Selma, conmovida.
En el kilómetro 141, sobre jurisdicción del partido de Lezama, la autovía está en perfecto estado. Las banquinas limpias, sin pozos ni huellones. Y los pastos cortos.
"Los chicos juntaron cada peso con mucho esfuerzo. El viaje lo pagamos durante todo el año y algunos no pudieron acceder al viaje por falta de dinero", relató Juan Marcelo Fernández, papá de Emily, otra de las víctimas del episodio vial.
Emily fue atendida por golpes en la espalda y en el hombro. Saldría caminando de la sala de guardia. "Ahora, cuando los chicos estén bien temenos que saber qué pasó con el chofer y con los responsables de la empresa. Dejamos a nuestros hijos en sus manos y terminamos todos en un hospital. Esto no se puede repetir", lamentó Fernández.
Comerciante de la zona norte, Fernández se enteró por la TV del accidente y viajó en su coche con la madre de la nena y su hermano, Daniel. "No importa la parte económica. Solo queremos que esto no les pase a otros contingentes . Tiene que haber un castigo ejemplar para los responsables", fue el reclamo.
Es que en las charlas con los lesionados, en las salas de atención, se escuchó a menores decir que el conductor estaba "como dormido. Se bamboleaba en su butaca".
Fernández sostuvo -incluso- que habría una grabación de esa situación realizada con celular. "Uno de los nenes vio eso y le avisó a las madres acompañantes. Después ocurrió el vuelco", es el relato que se construyó en medio del dolor y la angustia, entre las paredes del centro asistencial.
Nada de eso figura por ahora en el expediente que instruye el fiscal de la Unidad Descentralizada 10 de Dolores, Jonatan Roberts.
La municipalidad de Chascomús habilitó un sector para asistencia de los familiares. También intervino la jefatura Distrital de la dirección General de Escuelas. Eran docentes, auxiliares y maestras de establecimientos locales que se pusieron a disposición de las necesidades de padres, tíos y abuelos que llegaban desencajados hasta la puerta del "San Vicente de Paul".
A este puesto sanitario llegaron 31 niños y adultos derivados de los centros de emergencia. A media tarde, el ministerio de Salud provincial informó que al "Eva Perón" de San Martín llevaron en ambulancias a un varón y 3 nenas para observación; un niño de 11 años con fractura de húmero y una nena de 12 , con su brazo izquierdo muy comprometido. Se decidió ese destino para "estar más cerca de sus familias".
Al "Sor María Ludovica" de La Plata llegó una nena de 11 años con politraumatismo y traumatismo encefalocraneano moderado. "Permanece en observación en terapia intensiva". Un chiquito de 11 con afectación grave en miembros superiores. Y otra alumna con traumatismo encefalocraneano moderado, estable y compensada hemodinámicamente. Permanece internada en terapia intermedia en observación.
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