La oposición reacomoda fichas para volver al ruedo
* Por Gustavo Sylvestre. Ricardo Alfonsín y Francisco de Narváez dejaron sentado lo que será la estrategia de campaña de la alianza constituida en la provincia de Buenos Aires y la forma en que van a encarar el camino electoral hacia el 23 de octubre.
Después de pasar revista a los resultados y de analizar ciertos comportamientos de figuras del radicalismo, ambos coincidieron en que sólo compartirán actos en algunos puntos estratégicos de la Provincia, pero teniendo en cuenta que Ricardo Alfonsín nacionalizará la campaña y llevará adelante esa estrategia, mientras que Francisco de Narváez concentrará a todos sus esfuerzos en la provincia de Buenos Aires, polarizando la elección con el gobernador Daniel Scioli.
Operadores de Francisco de Narváez comenzaron en las últimas horas tibias negociaciones con el sector de Alberto Rodríguez Saá, con el fin de lograr el apoyo de éste en la Provincia.
La estrategia, no anunciada por el denarvaísmo, pero ansiada, sería que "el Adolfo" decline su candidatura a gobernador bonaerense y apoye al "Colorado". Como contrapartida, y sin señalarlo públicamente, De Narváez se convertiría en referente del puntano en la Provincia.
Según las primeras encuestas que se realizaron tras las primarias del 14 de agosto, el Adolfo alcanza un, para nada despreciable, 10% de intención de voto en la Provincia, por arriba del candidato de Duhalde, que engrosarían la intención de voto de De Narváez, hoy cercano al 20%.
Pero, recién la semana próxima se podría dar algún paso concreto en este acuerdo político, tras la decisión que podría tomar Adolfo Rodríguez Saá, que hoy por hoy no ha anunciado ninguna intención de bajarse de la carrera.
Los radicales, por su parte, apelarán al tradicional voto radical en todo el país, en una estrategia de campaña del candidato Alfonsín que será diferente a la encarada hasta ahora. Se encuentra preparando un acto público con referentes del radicalismo de todo el país, como una manera de demostrar que el partido lo acompaña, y está en la tarea de restañar algunas heridas internas que dejaron las primarias. En la intimidad, los asesores de Alfonsín hacen un mea culpa sobre una equivocación en la designación del jefe de campaña, el bonaerense Raúl Borrás, que fue corrido de esa función.
Ahora tratarán de "federalizar" las decisiones y recorrer el país, como el candidato del radicalismo, ya sin tener que explicar la alianza en la provincia de Buenos Aires con De Narváez.
Eduardo Duhalde intentó volver al ruedo con una denuncia de fraude informático que no tuvo eco en en ningún otro sector de la oposición. Ayer mismo, los encargados de la empresa encargada del escrutinio salieron a desmentir tajantemente, y con datos en las manos, esa información, y pusieron como ejemplo las elecciones del año 2009, donde Kirchner perdió en la provincia de Buenos Aires, por un porcentual de casi dos puntos, para demostrar la transparencia de entonces y la de ahora.
Llama poderosamente la atención la ausencia del Mario Das Neves en la reaparición pública de Duhalde. Se indica, desde el entorno del gobernador bonaerense, que hay cierto sabor amargo en este sobre la participación en la fórmula con Duhalde, y algunos se animan a quejarse amargamente: "Nos vendieron pan crudo.. nos prometieron que la provincia la tenían toda controlada, fiscalizada y los resultados fueron negros en todos lados..." Das Neves, con la excusa de las cenizas volcánicas y de problemas en los vuelos, no ha vuelto a aparecer por Buenos Aires, y se cree que sus apariciones serán más medidas.
Alberto Rodríguez Saá relanzará su campaña con una idea base: mostrar en Buenos Aires y en algunas capitales de provincia lo que hizo en su provincia, San Luis. Lo hará a través de un colectivo que en su interior mostrará los logros puntanos. Intentará también protagonizar un hecho político con la reunión en la CGT con Hugo Moyano, que de a poco va retomando una agenda política propia.
Hermes Binner está tranquilo. Las encuestas ya lo dan en un segundo puesto y con posibilidades de subir algunos puntos más. Según tres encuestadoras está entre un 12% y un 16%. Su estrategia es mostrase como un hombre de estado, en condiciones de gobernar.
Elisa Carrió retornó ayer al país y el próximo sábado reunirá en un plenario a su fuerza para analizar los pasos a seguir. Habrá que ver si se presentan en ese encuentro los aliados más críticos, que como Patricia Bullrich le piden, un paso al costado. Difícilmente, sus seguidores lo permitan, si no nace de la propia Carrió.