La oportunidad de Cristina
Hoy la presidenta Kirchner tiene una oportunidad única para trascender efectuando las correcciones políticas que la sociedad demanda. Esto podría ser factible, de existir voluntad para ello, dado que las oposiciones aletargadas por la falta de definición en sus respectivos espacios no llegan al gran público.
El ex presidente Duhalde, por ejemplo, no se interesó por el armado político en una provincia como Santa Fe donde quedó sin un espacio que le traccione votos a futuro para su posible candidatura. Imperdonable en un hombre con su experiencia política. Pino Solanas representando como dice un amigo a la izquierda "bengala", aparece y desaparece en el aire, no puede conformar un espacio de alternativa real para la presidencia de la Nación. El radicalismo tiene en el senador Ernesto Sanz, quien presentó su candidatura esta semana, un cuadro político con espaldas y contenido como para ser presidenciable, pero, a hoy, pareciera carecer de la anuencia generalizada del voto radical. Por el contrario, Ricardo Alfonsín cosecha votos con sus buenas intenciones, pero despierta dudas sobre su posible capacidad de gestión a la hora de vestir el traje presidencial. Elisa Carrió presentó su proyecto, concurrió a un par de programas televisivos de Capital Federal... No se sabe mucho más de ella. Y Macri aparece como el candidato presidenciable preferido por el oficialismo a la hora de la contienda final.
El discurso de la presidente Kirchner en la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso de la Nación tuvo aportes interesantes y grandes omisiones. Tal vez en la enumeración de los logros podría estar, de ser su convicción política, parte de la solución a las grandes falencias. La presidente destacó un período de crecimiento económico record acompañado por la renegociación de la deuda externa y el desendeudamiento. Estos logros debiesen ser el soporte para diseñar una política económica capaz de contener la inflación hoy negada. Así como también basarse en ellos para mejorar con los números reales no los del Indec, la distribución del ingreso en los sectores excluidos y marginados de nuestra sociedad.
La presidente será candidata. La presidente, como lo hubo diseñado en su momento su marido el ex presidente Néstor Kirchner, no "sacará los pies del plato político", es decir mantendrá la identidad partidaria, apoyará al gobernador Scioli en su reelección. Pero urdirá una ingeniería que le permita incorporar esos dos puntos y medio que le suman en una elección general, un extrapartidario como Sabbatella. También podemos adelantar, que su compañero de fórmula no será un gobernador. Cualquiera de los nombrados o imaginados le aportan votos pura y exclusivamente en el ámbito geográfico donde se desempeñan. La presidente elegiría como compañero de fórmula a alguien de su íntima confianza, traducido en política como "tropa propia".
Capítulo aparte merecen en este análisis algunos ministros emparentados con la corrupción y otros con la tilinguería. La presidente está en condiciones inmejorables, si es su deseo, de protagonizar e impulsar una lucha profunda contra la corrupción y el narcotráfico.
Dado que en el horizonte político, como se ha dicho, no aparece nadie con proyecto de alternativa con posibilidades reales de cotejarlo con el de la presidente, es la oportunidad histórica de dar un salto cualitativo a su gestión y al presente y futuro de nuestro país. No debiese continuar con un ministro de Economía que la ayuda en persistir en errores que terminan pagando de la peor manera los ciudadanos más desprotegidos: haciendo aún más pobre su brutal pobreza. Ministro que le hace ponderar a la presidente el boom de consumo con tarjeta de crédito cuando el 40 por ciento de la población está excluida del sistema financiero dado que pertenecen a la economía informal... Tampoco debiese continuar en su puesto un canciller más preocupado por los twitter del corazón que por insertar Argentina en el mundo.
Política en Santa Fe. El gobernador Hermes Binner "se puso al hombro" a su candidato, el ministro Antonio Bonfatti, y en una actitud militante digna de ser destacada, le transfiere votos y pelea por ganar la voluntad de los que aún no tiene. En el socialismo, tanto Binner como Giustiniani, se juegan el todo por el todo. En el caso de Rubén Giustiniani, pone en riesgo inclusive la presidencia de su partido, aunque le queden, en caso de no resultar favorecido, cuatro años en el Senado para pensar cualquier estrategia futura. En el caso de Binner, de no imponer a su candidato, le resultaría difícil integrar alguna fórmula presidencial para la cual hoy lo disputan. El camino es largo aún para conocer el tan ansiado final.
En el peronismo, el diputado Agustín Rossi disfruta de las bondades de un armado político donde cosechó la anuencia de sesenta presidentes comunales e intendentes. La fórmula Bielsa-Martínez pisa fuerte en la ciudad de Santa Fe e intenta posicionarse en Rosario. Indudablemente de estas dos fórmulas saldrá el candidato a las elecciones generales. Mercier-Baltuzzi recogerán los votos de quienes dentro del peronismo nada quieren saber con ningún tipo de kirchnerismo.