La oferta turística y los precios
En los últimos años Mendoza ha ampliado significativamente su oferta turística. A las bellezas naturales de la montaña, le suma una atractiva y creciente actividad de turismo del vino. La provincia tiene, además, una importante infraestructura en alojamiento, pero el problema siguen siendo los precios.
En los últimos años Mendoza se ha convertido en una de las provincias que incrementaron sustancialmente sus posibilidades turísticas. Se trata de una de las actividades económicas que mayor aporta al Producto Bruto Interno, con el agregado de que tiene un amplio espectro de distribución de los ingresos, que parten de los hoteles, continúan con los restaurantes y se expanden al comercio en general. Hay interés y existe una buena promoción, pero la duda persiste al preguntarse si los precios continúan seduciendo a los turistas para que vuelvan a visitar la provincia.
Al decir de los expertos, España debería ser el país a fijarse cuando se habla de turismo. Imposibilitados de competir con países vecinos -con la historia de Italia o el glamour de Francia- los actores de la industria del turismo español, incluido el gobierno, establecieron pautas que les permitieran ampliar la atracción turística. En ese marco, coincidieron en establecer que el mayor atractivo que podía aplicarse para la captación de visitantes eran los precios.
Para cumplir con esos objetivos, viejas casonas, de muchas habitaciones fueron adaptadas para hostels, no sólo en Madrid sino en el resto de España, mientras paralelamente se fijaron menúes "turistas" en los restaurantes. Los hechos demuestran que esos objetivos se cumplieron y en la actualidad el aeropuerto de Barajas está considerado como el de "la entrada" a Europa en razón de que los turistas descienden allí, se quedan algunos días en Madrid y luego parten hacia otros destinos. Se asegura también que España actualmente duplica su población anual como consecuencia del ingreso de visitantes.
Dentro de la Argentina el ejemplo podría ser tomado de Córdoba, que se constituyó en la alternativa "serrana" a los atractivos de la costa, desplazando a Tandil en la decisión de los turistas. Se fundamentó en una oferta amplia no sólo de atractivos, sino también de precios para la captación de visitantes.
El crecimiento turístico de Mendoza en los últimos años ha sido exponencial. De los escasos visitantes que llegaban a la provincia atraídos por la montaña y el Aconcagua, ahora superan el millón de personas que llegan anualmente. No quedan dudas de que es el enoturismo el que ha contribuido para alcanzar ese crecimiento, en razón de que las bodegas se prepararon para recibir visitantes; situación que se convirtió en un aporte económico muy valioso para las empresas pymes y de fortalecimiento de las marcas para las más importantes.
Para alojar a esos visitantes se ha multiplicado la oferta hotelera provincial, que va desde los hoteles cinco estrellas -donde en realidad el interés pasa también por los casinos- hasta los hostels, que han ampliado en más de mil las camas para los visitantes, en su gran mayoría jóvenes que son atraídos por las menores exigencias y también por los precios. La oferta de alojamiento incluye además cabañas y campings a lo largo y a lo ancho de la provincia.
Las posibilidades naturales de la provincia, en lo que a turismo se refiere, son inigualables, sumado a una amplia infraestructura; pero los precios siguen siendo el gran obstáculo.
Mendoza es una provincia cara, tanto en el plano del alojamiento como de la gastronomía, y si a ello le sumamos las distancias -es una de las provincias más alejadas de la Capital Federal- la situación se torna compleja. Por las diferencias de cotización, es atractiva para los chilenos, pero dificultosa para los argentinos. Un tema a tener en cuenta para el año próximo, cuando se multiplicarán los fines de semana largos.