La Navidad no trajo paz al socialismo
* Por Sebastian Abrevaya. El gobernador de Santa Fe dijo que el presidente del Partido Socialista, que pretende sucederlo en el cargo, debe cumplir el mandato de senador para el cual fue elegido en 2009. También le recriminó que no participó en “ni una sola inauguración de obras” en la provincia.
Lejos de su habitual estilo de corrección política, el gobernador de Santa Fe, Hermes Binner, salió a cuestionar duramente al presidente de su partido, el socialista Rubén Giustiniani, uno de los aspirantes a ocupar su sillón en la Casa Gris el año próximo. El mandatario santafesino le dijo a Giustiniani que “tiene que cumplir su mandato” por el que fue elegido senador en 2009, porque si no su candidatura a la Cámara alta sería “testimonial”.
Binner respalda para su sucesión a su actual ministro de Gobierno, Antonio Bonfatti, a pesar de que corre de atrás en las encuestas. Desde el entorno del senador salió a responderle el presidente de la Cámara de Diputados de la provincia, Eduardo Di Pollina, quien le recordó a Binner haber dejado su mandato como concejal para ser intendente y luego el de diputado nacional para ser gobernador.
Las declaraciones de Binner alteraron el paréntesis político navideño y sorprendieron, no sólo a los propios socialistas sino también a los radicales, socios dentro del Frente Progresista santafesino. El mandatario socialista, cultor del discurso moderado y las declaraciones poco altisonantes, se salió de sus cánones para enfrentar al presidente de su propio partido, un adversario histórico dentro el socialismo, pero con quien nunca había alcanzado este nivel de confrontación.
Tal como lo había anticipado semanas atrás, Binner dijo que respalda a Bonfatti porque Giustiniani no representa la “reelección” de su proyecto político y confirmó que “se pondrá al frente de la defensa de este proyecto en la campaña” como lo hizo en el 2009 por la candidatura a senador del titular del PS. “La gente lo eligió y yo hice campaña por él para que sea senador: es más, es el único senador socialista y si deja la banca su cargo será ocupado por una radical (María Silvia Migno). No creo que sea lo más conveniente”, sentenció en declaraciones a un diario local.
Es cierto que si Giustiniani deja su banca, el PS se quedará sin representación en la Cámara alta. Pero esas palabras también despertaron bastante malestar entre los socios del radicalismo, que habían colocado a la senadora suplente como parte del acuerdo electoral que mantiene unido al Frente Progresista. Además, el gobernador le recriminó a Giustiniani que no participó de “ni una sola inauguración de obras”. “Siempre lo hemos invitado, pero nunca se acercó. No sé por qué tomó esa actitud”, reveló.
Cerca del senador replican que participó en al menos tres actos importantes en la provincia y que nunca dejó de recorrer las ciudades y pueblos de Santa Fe. “La candidatura de Giustiniani no es testimonial. Puedo asegurar que si es electo va a asumir como gobernador”, sostuvo Di Pollina, a quien se le sumó el candidato a intendente de Rosario, Miguel Zamarini: “El propio Binner, en 1995, no finalizó su mandato para asumir la intendencia y en 2007 tampoco terminó su ciclo como diputado para hacerse cargo de la gobernación”. Lo mismo dijo Di Pollina. Más allá de las respuestas, los socialistas intentaron bajarle el tono a la discusión al advertir que “los verdaderos adversarios del Frente Progresista están en la oposición” y que los ciudadanos deben “resolver las diferencias” en la primaria abierta prevista para el 22 de mayo.
El culebrón socialista durará hasta el cierre de listas, previsto para 21 de febrero. Si no logran consensuar una candidatura, corren el riesgo de perder en la primaria abierta con el intendente de Santa Fe, Mario Barletta, a quien el radicalismo impulsa para encabezar la boleta del Frente Progresista en los comicios generales del 24 de julio. En un primer momento, en el socialismo se había pensado en modificar la Constitución provincial para habilitar la reelección de Binner, pero la falta de poder político impidió llevarla adelante. Cerrada esa puerta, el mandatario provincial se encamina ahora como acompañante de Ricardo Alfonsín en una eventual fórmula presidencial.
Binner respalda para su sucesión a su actual ministro de Gobierno, Antonio Bonfatti, a pesar de que corre de atrás en las encuestas. Desde el entorno del senador salió a responderle el presidente de la Cámara de Diputados de la provincia, Eduardo Di Pollina, quien le recordó a Binner haber dejado su mandato como concejal para ser intendente y luego el de diputado nacional para ser gobernador.
Las declaraciones de Binner alteraron el paréntesis político navideño y sorprendieron, no sólo a los propios socialistas sino también a los radicales, socios dentro del Frente Progresista santafesino. El mandatario socialista, cultor del discurso moderado y las declaraciones poco altisonantes, se salió de sus cánones para enfrentar al presidente de su propio partido, un adversario histórico dentro el socialismo, pero con quien nunca había alcanzado este nivel de confrontación.
Tal como lo había anticipado semanas atrás, Binner dijo que respalda a Bonfatti porque Giustiniani no representa la “reelección” de su proyecto político y confirmó que “se pondrá al frente de la defensa de este proyecto en la campaña” como lo hizo en el 2009 por la candidatura a senador del titular del PS. “La gente lo eligió y yo hice campaña por él para que sea senador: es más, es el único senador socialista y si deja la banca su cargo será ocupado por una radical (María Silvia Migno). No creo que sea lo más conveniente”, sentenció en declaraciones a un diario local.
Es cierto que si Giustiniani deja su banca, el PS se quedará sin representación en la Cámara alta. Pero esas palabras también despertaron bastante malestar entre los socios del radicalismo, que habían colocado a la senadora suplente como parte del acuerdo electoral que mantiene unido al Frente Progresista. Además, el gobernador le recriminó a Giustiniani que no participó de “ni una sola inauguración de obras”. “Siempre lo hemos invitado, pero nunca se acercó. No sé por qué tomó esa actitud”, reveló.
Cerca del senador replican que participó en al menos tres actos importantes en la provincia y que nunca dejó de recorrer las ciudades y pueblos de Santa Fe. “La candidatura de Giustiniani no es testimonial. Puedo asegurar que si es electo va a asumir como gobernador”, sostuvo Di Pollina, a quien se le sumó el candidato a intendente de Rosario, Miguel Zamarini: “El propio Binner, en 1995, no finalizó su mandato para asumir la intendencia y en 2007 tampoco terminó su ciclo como diputado para hacerse cargo de la gobernación”. Lo mismo dijo Di Pollina. Más allá de las respuestas, los socialistas intentaron bajarle el tono a la discusión al advertir que “los verdaderos adversarios del Frente Progresista están en la oposición” y que los ciudadanos deben “resolver las diferencias” en la primaria abierta prevista para el 22 de mayo.
El culebrón socialista durará hasta el cierre de listas, previsto para 21 de febrero. Si no logran consensuar una candidatura, corren el riesgo de perder en la primaria abierta con el intendente de Santa Fe, Mario Barletta, a quien el radicalismo impulsa para encabezar la boleta del Frente Progresista en los comicios generales del 24 de julio. En un primer momento, en el socialismo se había pensado en modificar la Constitución provincial para habilitar la reelección de Binner, pero la falta de poder político impidió llevarla adelante. Cerrada esa puerta, el mandatario provincial se encamina ahora como acompañante de Ricardo Alfonsín en una eventual fórmula presidencial.