La NASA festeja la llegada del robot Curiosity a Marte
Amartizó en el cráter Gale durante esta madrugada, tras nueve meses de travesía. El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama calificó el hecho como una "hazaña tecnológica sin precedentes".
El vehículo robot más complejo jamás construido amortizó en el cráter Gale durante esta madrugada, tras nueve meses de travesía. El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama calificó el hecho como una "hazaña tecnológica sin precedentes".
Con una gran expectativa mundial, llegó la prueba más indudable del éxito de la misión más avanzada a Marte por parte de la NASA, la agencia gubernamental responsable de los programas espaciales. "Un día fue un pequeño paso para el hombre. Ahora son seis grandes ruedas. Aquí tiene una de ellas sobre el suelo de Marte", "escribio" el robot explorador Curiosity en su cuenta de Twitter acompañadas por una preciosa foto, que resumieron el éxito de su llegada al planeta rojo a las 2.31 de hoy por la madrugada después de más de ocho meses de viaje, con 570 millones de kilómetros recorridos y un arriesgado descenso que involucró a tres satélites en órbita marciana, ángulos precisos de ingreso a la atmósfera, el mayor paracaídas jamás construido, una enorme grúa, retrocohetes, cables y una magnífica precisión para que no hubiese errores.
"Ingresó a la atmósfera a 13.000 millas por hora (20.000 kilómetros por hora). Apertura de paracaídas. Caída a 9 metros por segundo. La grúa comienza a funcionar. Estable. Retrocohetes encendidos. Hicimos contacto con el suelo". Así se vivió, con enorme expectativa la transmisión en vivo que realizó la agencia espacial estadounidense, con más de 100 ingenieros, científicos y especialistas siguiendo los datos que recibían desde Marte.
Tal como se había planificado, la cápsula desplegó un gigantesco paracaídas cuando estaba a unos 11.000 metros de altura para frenar el descenso. A unos 20 metros del suelo, una grúa bajó el Curiosity, que desplegó sus seis patas de ruedas e inició su aventura en Marte.
La de la sonda espacial Odyssey, retransmitía a la Tierra los datos que aportaba el descenso de Curiosity, que cuando "amartizó", generó el desborde de alegría en los más de cien científicos que se veían en la sala del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA (JPL), en Pasadena, California. Uno de los más exultantes era el ingeniero argentino Miguel San Martín, que en primer plano de la cámara no podía dejar de abrazar a cada uno de sus colegas que lo rodeaban.
Sucede que San Martín era uno de los principales responsables del exitoso descenso de Curiosity en Marte, como ingeniero de vuelo. "Oh mi Dios, que grande es esto. Vemos los datos de la telemetría de la sonda. Son correctos", se escuchaba en la transmisión por Internet a todo el mundo.
"Estamos muy contentos, funcionó todo mejor de lo que esperábamos", reveló esta mañana en diálogo con radio Continental, pocas horas más tarde del exitoso aterrizaje de la misión más avanzada a Marte por parte de la NASA. "Hoy llega a Marte la misión mas avanzada para estudiar ese suelo", destacó.
Consultado sobre los principales objetivos de la misión, el ingeniero argentino comentó que "es un proceso que dura décadas". "Hay trabajos serios para tratar de captar comunicaciones, no es impensable que haya vida inteligente con tantos planetas y galaxias que hay, hablamos de ciencia seria".
Cuando los científicos comenzaban a serenarse, luego de los abrazos, gritos y felicitaciones que se daban entre sí en la sala de control, la euforia revivió al punto de volverse casi incontrolable. Después de un minuto y medio de haber tocado suelo marciano, la primera imagen de Curiosity sobre Marte se reflejaba de forma clara y contundente sobre la pantalla principal del salón.
"Veo la rueda. Esto es increíble. Estamos en Marte. Tenemos la primera imagen y podemos ver una rueda y la sombra del robot", se escuchó por los parlantes. La emoción y la alegría, después de casi nueve años de trabajo, que involucró a unas 3000 personas y un presupuesto de 2500 millones de dólares, eran incontenibles.
Con una gran expectativa mundial, llegó la prueba más indudable del éxito de la misión más avanzada a Marte por parte de la NASA, la agencia gubernamental responsable de los programas espaciales. "Un día fue un pequeño paso para el hombre. Ahora son seis grandes ruedas. Aquí tiene una de ellas sobre el suelo de Marte", "escribio" el robot explorador Curiosity en su cuenta de Twitter acompañadas por una preciosa foto, que resumieron el éxito de su llegada al planeta rojo a las 2.31 de hoy por la madrugada después de más de ocho meses de viaje, con 570 millones de kilómetros recorridos y un arriesgado descenso que involucró a tres satélites en órbita marciana, ángulos precisos de ingreso a la atmósfera, el mayor paracaídas jamás construido, una enorme grúa, retrocohetes, cables y una magnífica precisión para que no hubiese errores.
"Ingresó a la atmósfera a 13.000 millas por hora (20.000 kilómetros por hora). Apertura de paracaídas. Caída a 9 metros por segundo. La grúa comienza a funcionar. Estable. Retrocohetes encendidos. Hicimos contacto con el suelo". Así se vivió, con enorme expectativa la transmisión en vivo que realizó la agencia espacial estadounidense, con más de 100 ingenieros, científicos y especialistas siguiendo los datos que recibían desde Marte.
Tal como se había planificado, la cápsula desplegó un gigantesco paracaídas cuando estaba a unos 11.000 metros de altura para frenar el descenso. A unos 20 metros del suelo, una grúa bajó el Curiosity, que desplegó sus seis patas de ruedas e inició su aventura en Marte.
La de la sonda espacial Odyssey, retransmitía a la Tierra los datos que aportaba el descenso de Curiosity, que cuando "amartizó", generó el desborde de alegría en los más de cien científicos que se veían en la sala del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA (JPL), en Pasadena, California. Uno de los más exultantes era el ingeniero argentino Miguel San Martín, que en primer plano de la cámara no podía dejar de abrazar a cada uno de sus colegas que lo rodeaban.
Sucede que San Martín era uno de los principales responsables del exitoso descenso de Curiosity en Marte, como ingeniero de vuelo. "Oh mi Dios, que grande es esto. Vemos los datos de la telemetría de la sonda. Son correctos", se escuchaba en la transmisión por Internet a todo el mundo.
"Estamos muy contentos, funcionó todo mejor de lo que esperábamos", reveló esta mañana en diálogo con radio Continental, pocas horas más tarde del exitoso aterrizaje de la misión más avanzada a Marte por parte de la NASA. "Hoy llega a Marte la misión mas avanzada para estudiar ese suelo", destacó.
Consultado sobre los principales objetivos de la misión, el ingeniero argentino comentó que "es un proceso que dura décadas". "Hay trabajos serios para tratar de captar comunicaciones, no es impensable que haya vida inteligente con tantos planetas y galaxias que hay, hablamos de ciencia seria".
Cuando los científicos comenzaban a serenarse, luego de los abrazos, gritos y felicitaciones que se daban entre sí en la sala de control, la euforia revivió al punto de volverse casi incontrolable. Después de un minuto y medio de haber tocado suelo marciano, la primera imagen de Curiosity sobre Marte se reflejaba de forma clara y contundente sobre la pantalla principal del salón.
"Veo la rueda. Esto es increíble. Estamos en Marte. Tenemos la primera imagen y podemos ver una rueda y la sombra del robot", se escuchó por los parlantes. La emoción y la alegría, después de casi nueve años de trabajo, que involucró a unas 3000 personas y un presupuesto de 2500 millones de dólares, eran incontenibles.