Policiales
La música a todo volumen costó una vida
Rafael Horacio Moreno, jubilado de la Policía Federal, mató de un tiro a un chofer de colectivo David Díaz, quien escuchaba música fuerte en la vereda a las 6 de la mañana, con un grupo de vecinos del barrio y que venían de una larga noche de asado y alcohol.
El episodio ocurrió en la madrugada posterior a la cena de Navidad, cuando el colectivero escuchaba música a todo volumen en la puerta de la casa de unos familiares, en Lomas del Mirador. El policía retirado salió a increparlo, hubo empujones de los acompañantes de la víctima, Moreno sacó un arma para disuadir a los grandotes que lo amenazaban e intentaban sacarlo del lugar para seguir su larga noche, en un momento de la agresión y cuando la víctima hacía gala de su “aguante”, se produjo el disparo que mató a Díaz.
El violento episodio fue grabado por una de las personas que estaba junto con la víctima en la fiesta. Se observa cuando Moreno y Díaz comienzan a discutir, el jubilado le muestra su revólver calibre 38, se lo apoya en la panza y lo mata de un tiro. Previamente, el policía retirado había advertido que la situación iba "a terminar mal” si no accedían a su pedido de bajar el volumen de la música.
La victima muy prepotente y violenta le dice: “¿Qué me sacás el fierro?”. “¿uién te creés que sos?”, le recriminó al ex efectivo de la Policía Federal. En ese momento, la discusión se volvió más violenta y terminó cuando Moreno le disparó al chofer, quien de inmediato comenzó a gritar de dolor.
El agresor confesó enseguida ser el autor del disparo, fue detenido y quedó imputado por el delito de “homicidio agravado por el uso de arma de fuego”. Al declarar dijo: que el tiro se le escapó, buscando atenuar los cargos que deberá enfrentar.
La discusión fue por el volumen de la música. Y en ese aspecto, una vecina contó que existe “una costumbre en el barrio donde se compite por quien hace sonar más fuerte el parlante. Especialmente, en las fiestas. Y bueno, el de ellos, por el de Díaz y sus amigos, fue el que más sonaba”.
Dicen en el barrio que el policía Moreno era mal llevado y que, supuestamente, ejercía violencia alrededor de aquellas personas que estacionaban frente a su casa. Era “alguien hosco, que nunca le daba bolilla a nadie e incluso algo agresivo, pero no como una persona que un día se iba a aparecer con el revolver en la cintura con la intención de matar”, aseguran.
De seguro, estos episodios cotidianos sobre vecinos que se indignan por el volumen de la música de las casas lindantes y que le estacionen en la puertas, generan reacciones tan desmedidas que a veces asustan.
En mi opinión, el hombre no pudo dominar la situación, mostró el arma y fue desbordado en número y tamaño por el grupo de la víctima, quiso asustar a los grandotes y disparó para herirlo, pero de ninguna manera para matarlo. De querer hacerlo, hubiera disparado a la cabeza o al pecho. Bueno, le salió mal la bravuconada, pero estoy seguro que es un exceso en la legitima defensa y de ningún modo un homicidio agravado.
De todos modos y por ser fin de año, recomiendo tomar poco alcohol y evitar las discusiones, la gente está muy loca, cualquiera quiere resolver las disputas por medios violentos. Acá se término con una vida. Otra muerte de las evitables…
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