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La Mona y La Mole a pura voz

* Por Lucas Cruzado. Dos de los cordobeses más famosos del espectáculo se reunieron en el anfiteatro municipal de La Falda, en Córdoba, para tirarse flores y dar un show ante 5 mil personas.

Un dúo dinámico casi de historieta sacudió la madrugada cordobesa en El Valle de Punilla: Carlos la Mona Jiménez y Fabio la Mole Moli, cantaron juntos en el anfiteatro municipal de La Falda y dieron cátedra de cómo hipnotizar a unas 5 mil personas a puro carisma.

Ayer, cerca de la 1 de la madrugada, La Mona salió a la pista y empezó a pasear su repertorio. Minutos antes de las 3, un gigante de gorra roja empezó a caminar por detrás del escenario. Los flashes y el murmullo creciente, anunciaban que el milagroso cuarteto lograría juntar a estos dos tanques con tonada.

En una de las pausas, la Mona tomó el micrófono y al mejor estilo de un presentador pugilístico, presentó a la Mole como "el campeón de los campeones". El estallido de la gente rebotó hasta en la tarima.

A las 3.15, Jiménez y Moli estaban caminando juntos en la tarima de madera que los cobijó.

"Carlitos es mi ídolo de pequeño, el único grande que tiene Córdoba. Estar con él es un sueño para mí", dijo emocionado a Clarín el boxeador devenido en estrella mediática. Haciéndole honor a su apodo, La Mona se le colgó del cuello y el abrazo entre los dos fue interminable.

Con el público ansioso por escuchar este particular combo musical, la dupla arrancó cantando Amor de compra y venta : hubo mucho baile monero, caderas que se desarmaron y hasta policías que hacían cola para llevarse una foto de recuerdo.

Con el escenario casi a oscuras, las timbaletas del legendario Bam Bam Miranda marcaron la introducción de un himno del cantante cordobés: Un muchacho de barrio . Moli fue un coreuta de lujo y los estribillos del cuarteto cordobés retumbaron en toda la localidad.

Una vez finalizado el tema y cuando la Mona lo despedía afectuosamente, Moli agarró el micrófono y comentó a modo de súplica: "Antes de irme quiero pedirte si podemos cantar Quién se ha tomado todo el vino ". Como respuesta, el campeón del "Bailando por un Sueño" obtuvo un ensordecer aliento. Entonces sí, la fiesta fue total.

A esa altura, el reloj marcaba las 4 de la madrugada y los zapatos comenzaban a apretar después de semejante baile: la Mona y la Mole habían cantado juntos. Fue una madrugada explosiva en la que -a contramano de los pronósticos-, nadie desafinó: es que resulta imposible que suceda cuando se canta desde el corazón.