La misteriosa sirena que "concede la vida eterna" desvela a científicos hace más de 300 años
Una universidad japonesa hará un nuevo intento por descubrir la historia detrás de una criatura de 30 centímetros con una aterradora semejanza a un humano, pero con cola de pez. Fue encontrada en el siglo XVIII y apareció tiempo después en un templo, aunque no se sabe cómo.
Muchas veces la realidad imita a la ficción. Sin embargo, como pasa en casi todos lados, algunas imitaciones pueden ser defectuosas o, aún peor, aterradoras. Y así como existen cuentos, leyendas y hasta películas de sirenas, existe una sirena en la realidad. Japonesa, de 30 centímetros y una cara propia de película de terror, la sirena fue descubierta entre 1736 y 1741 en algún lugar del Pacífico y hasta hoy representa un misterio que ni 300 años pudieron develar.
Aún en la actualidad, los científicos buscan desentrañar los secretos de la sirena encontrada frente a la isla japonesa de Shikoku y que ahora se conserva en un templo de la ciudad de Asakuchi. En un intento por entender la misteriosa criatura, investigadores de la Universidad de Ciencias y Artes de Kurashiki sometieron a la momia a una tomografía computarizada.
Según Hiroshi Kinoshita, de la Sociedad Folclórica de Okayama, la criatura tiene un significado religioso. "Las sirenas japonesas tienen una leyenda de inmortalidad. Se dice que si comes la carne de una sirena, nunca morirás", declaró el ideólogo del proyecto. "Hay una leyenda en muchas partes de Japón según la cual una mujer comió accidentalmente la carne de una sirena y vivió 800 años", recordó, citado por The New York Post.
La sirena tiene un aspecto aterrador: dientes puntiagudos, dos manos y pelo en una cabeza que da miedo a cualquiera, pelo en las cejas, ojos y nariz. Todo muy humano. Salvo por su parte inferior: nada de piernas, sino una distintiva cola de pez. Bastante más pequeña y horripilante que la princesa Ariel, la famosa "sirenita" de Disney que va a investigar el mundo de los humanos.
¿De dónde viene exactamente? "Bajo el mar", cantaría el entrañable cangrejo Sebastián si la pregunta se refiriese a Ariel. En el caso de su símil japonés, hay una carta fechada en 1903 que se conserva junto a la sirena y cuenta una historia sobre su procedencia.
“Una sirena fue atrapada en una red de captura de peces en el mar frente a la prefectura de Kochi. Los pescadores que la pescaron no sabían que era una sirena, pero la llevaron a Osaka y la vendieron como un pez inusual. Mis antepasados lo compraron y lo guardaron como un tesoro familiar”, se lee en el misterioso papel.
Sin embargo, todavía hay interrogantes que no fueron respondidos. Además de qué es, claramente, el más importante, no está claro cómo llegó esa criatura al templo de Enjuin en Asakuchi.
El sacerdote principal del lugar, Kozen Kuida, llegó hace bastante al templo, y la sirena ya estaba allí. Según declaró, se exhibió en una vitrina hace unos 40 años y ahora se guarda en una caja fuerte a prueba de fuego.
“Lo hemos adorado, con la esperanza de que ayude a aliviar la pandemia de coronavirus, aunque sea un poco”, dijo a The Asahi Shimbun, un periódico japonés.
De todas formas, Kinoshita le quita la mística al misterio. Según el investigador, esta sirena no fue un ser vivo, sino que fue fabricada en algún momento durante el período Edo, una era de la historia japonesa que se extiende desde 1603 hasta 1867.
“Por supuesto, no creo que sea una sirena real. Esto se hizo para exportar a Europa durante el período Edo, o para espectáculos en Japón. La leyenda de las sirenas permanece en Europa, China y Japón en todo el mundo. Por lo tanto, puedo imaginar que la gente en ese momento también estaba muy interesada en eso”, explicó.
Los versos de la canción de Disney bien podrían ser cantados por Kinoshita, que aseguró que no hay que emocionarse tanto por el asunto. “Creo que está hecho de animales vivos y nos gustaría identificarlos mediante tomografías computarizadas o pruebas de ADN. Parece un pez con escamas en la parte inferior del cuerpo y un primate con manos y cara en la parte superior del cuerpo”, explicó.
No es la primera vez que se conoce una criatura de estas características. Quien inspiró el éxito de 2017 The Greatest Showman, PT Barnum, exhibió un espécimen similar en su Museo Americano en Nueva York antes de que se incendiara en 1865.
Según reportó The Scottish Sun, esta momia, creada a partir del torso y la cabeza de un mono cosidos a la mitad trasera de un pez, supuestamente fue capturada frente a la costa de Fiji y luego comprada a marineros japoneses.
En el folclore japonés, existe una criatura llamada ningyo, que se describe con una boca de mono con dientes de pez y un cuerpo cubierto de escamas doradas.
Las criaturas mitad humanas, mitad peces existieron durante mucho tiempo en el folclore, con figuras mágicas que aparecieron en pinturas rupestres hace 30,000 años, mientras que el antiguo poeta épico griego Homero también escribió sobre ellas en La Odisea.
Sin embargo, nunca se encontró evidencia de humanoides acuáticos, como también se les conoce. Según Royal Musuems Greenwich, que administra el Museo Marítimo Nacional de Inglaterra, “en algunas culturas, la sirena significa vida y fertilidad dentro del océano. En otros, encarna la naturaleza destructiva del agua, atrayendo a los marineros a la muerte, sirviendo como presagio de tormentas, mares ingobernables y desastres”.
La respuesta podría llegar finalmente gracias a la ciencia y la tecnología. El mito de las sirenas seguirá vigente, y sus historias probablemente queden guardadas donde el cangrejo Sebastián sigue cantando: "Bajo el mar, bajo el mar...”
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