Sociedad
La mirada del amor
Cuando las madres estamos a punto de colapsar, siempre hay algo que nos hace seguir adelante.
Despertar con dolores en partes del cuerpo que ni sabía que existían, brazos cansados de hacer "upa". Pechos cansados de dar de mamar. Algún que otro llanto inexplicable que me lleva a pensar "¿Le dolerá algo? ¿Qué le pasa?"
Una sensación de melancolía inconsciente que aparece cada vez que me voy, aunque sea un ratito. Aunque se quede con papá o con sus "abus". "Está en buenas manos, lo sé", pienso cada tanto y eso me calma.
Y es cuando me ataca la angustia por el trajín del día que miro sus ojitos brillantes, pícaros, con largas pestañas y con esa mirada del amor que ella siente por mí, y que es mutuo, que sé que cada cosa tiene sentido. Es justo ahí cuando la única opción que me queda es sonreír y darle gracias a la vida.
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