La mesa está servida
Por Horacio Pagani* El lujoso estadio Grand Garden Saú del hotel MGM Grand de Las Vegas recibirá esta noche a una de las pocas peleas de expectativa máxima.
Floyd Mayweather, el boxeador fetiche , "el mejor de todos", el invicto, intentará consagrarse campeón mundial de los superwelters de la Asociación Mundial de Boxeo cuando enfrente al campeón, el portorriqueño Miguel Cotto. Como detalle, ésta será la última pelea antes de que el estadounidense, de 35 años, sea encarcelado un año y medio por un caso de "violencia familiar". Y para sumar interés, el semifondo, también por un título mundial superwelter (del Consejo Mundial de Boxeo), lo protagonizarán Saúl Canelo Alvarez, el campeón invicto, la "joya" del boxeo mexicano, y el experto veterano Shane Mosley, que a los 40 años se anima a todo.
Mayweather habló mucho en los días previos pero fue cauteloso en referencia a su rival. Había dicho antes que él era la razón por la que en Estados Unidos "se dejó de hablar de los peso pesados". Pero fue esquivo cuando se le preguntó sobre la posibilidad de enfrentar al filipino Manny Pacquiao, el rival con el que todo el mundo lo quiere ver. Se sabe que su excusa pública es que le reclama, para enfrentarlo, controles de dopajes especiales antes y despúes del eventual combate. También hay una lucha de intereses de los empresarios. Lo cierto es que, mientras tanto, el choque ante Cotto es una muy buena alterntativa. Este viene de lograr una estruendosa revancha ante el mexicano Antonio Margarito, a quién derrotó por decisión técnica en diez asaltos en el Madison Square Garden en diciembre. Es vigoroso y ganó en orden desde la llegada a su campamento del entrenador cubano Pedro Luis Díaz. Sólo tiene dos derrotas, una con Pacquiao y otra, muy polémica, con Margarito.
Sobre Mayweather no hay mucho que agregar. Les ganó a todas las figuras que lo enfrentaron en las cinco categorías en las que fue campeón mundial. Al último, Víctor Ortiz, en cuatro asaltos. Antes Mosley, Márquez, Hatton, De la Hoya, Baldomir, Judah. Sólo le faltaría Pacquiao.
Mayweather habló mucho en los días previos pero fue cauteloso en referencia a su rival. Había dicho antes que él era la razón por la que en Estados Unidos "se dejó de hablar de los peso pesados". Pero fue esquivo cuando se le preguntó sobre la posibilidad de enfrentar al filipino Manny Pacquiao, el rival con el que todo el mundo lo quiere ver. Se sabe que su excusa pública es que le reclama, para enfrentarlo, controles de dopajes especiales antes y despúes del eventual combate. También hay una lucha de intereses de los empresarios. Lo cierto es que, mientras tanto, el choque ante Cotto es una muy buena alterntativa. Este viene de lograr una estruendosa revancha ante el mexicano Antonio Margarito, a quién derrotó por decisión técnica en diez asaltos en el Madison Square Garden en diciembre. Es vigoroso y ganó en orden desde la llegada a su campamento del entrenador cubano Pedro Luis Díaz. Sólo tiene dos derrotas, una con Pacquiao y otra, muy polémica, con Margarito.
Sobre Mayweather no hay mucho que agregar. Les ganó a todas las figuras que lo enfrentaron en las cinco categorías en las que fue campeón mundial. Al último, Víctor Ortiz, en cuatro asaltos. Antes Mosley, Márquez, Hatton, De la Hoya, Baldomir, Judah. Sólo le faltaría Pacquiao.