La manzana rodeada
*Por Leandro Zanoni. El nuevo sistema de licencias de renovación no automática dispuesto por el Gobierno Nacional -a través del Ministerio de Producción- en febrero último, ya complica la importación de productos Apple (notebooks, iPods y monitores) a nuestro país.
Las distribuidoras oficiales de productos Apple como MacStation, Maxim y Novotech tienen un complicado panorama a corto y mediano plazo porque ya empiezan a sentir la falta de stock de sus mejores productos: las portátiles y iPod. Y, en estricto off the record, se quejan y patalean alegando que, en vez de favorecer la producción nacional de productos electrónicos en Tierra del Fuego para permitir el consumo interno y el crecimiento de la economía, la medida oficial favorece el contrabando y la evasión de impuestos. Asfixiados, los importadores de las computadoras de la manzanita tienen que sortear cada vez más trabas y pagar más impuestos, aranceles y derechos de importación, con lo cual el margen de ganancia se achica al no poder subir más los precios y quedar fuera de competencia frente a otros productos similares.
Dos signos rotundos de las dificultades que atraviesan las importadoras locales: Alfa Uno, un histórico distribuidor de productos Apple, cerró sus puertas a principios de este año y MacStation no renovó con la chilena Cencosud el contrato de alquiler para su reconocido local del shopping Unicenter.
El trámite para presentar la solicitud de importación de las licencias que no se renuevan automáticamente no está informatizado y además es gratuito; dos motivos que generan una rápida saturación del sistema. Además, la respuesta oficial al trámite puede demorar hasta 90 días, con lo cual muchas importadoras ya se quedaron sin stock de algunos productos. En el caso de Apple, ya están faltando en nuestro país las nuevas MacBook Pro de última generación. Las pocas que quedan, se venden a entre 9 y 12 mil pesos.
Héctor Goldin, presidente de Maxim, le dijo a este diario hace un mes que con este nuevo sistema de licencias se verán afectados una gran cantidad de profesionales de las áreas de gráfica, video, imágenes, fotografía, desarrollo de software y gestión empresaria. Estos profesionales exportan sus trabajos y participan de distintos procesos productivos, lo cual genera un mayor ingreso de divisas.
Como los de Apple son productos para ser usados por un nicho menor de personas, el gobierno prefiere mirar para otro lado. Pero la realidad es que los usuarios acostumbrados a usar hace años los productos Apple, no van a mudarse a otras computadoras portátiles con Windows y de menor calidad ensambladas en Tierra del Fuego. Seguirán comprando sus productos en otros países o directamente, las conseguirán acá en el mercado negro, de contrabando, admite uno de los dueños de una importadora que pide anonimato. Hoy el gobierno me pone un techo para crecer. Está muy difícil, pero seguimos, agrega resignado. Otro jefe de compras de un distribuidor oficial dice que el panorama para este año es oscuro.
Sin saber sobre estas complicaciones para importar productos, el tándem arbarino/Compumundo invirtió $18 millones para inaugurar a fines del año pasado iPoint, un espacio exclusivo de venta de productos Apple, que ya cuenta con dos locales en diferentes shoppings (el primero fue en el enorme Tortugas Open Mall).
Mientras tanto, las distribuidoras locales más chicas están expectantes e intentan generar nuevos negocios. Uno es la venta de accesorios para productos Apple y otros electrónicos como parlantes, cámaras de fotos y hasta instrumentos musicales. Si bien los accesorios no dejan grandes ganancias, es un mercado que crece día a día y puede ser útil a la hora de fidelizar al cliente y como gancho para venderle otros productos. Son los cigarrillos del kiosko, grafica otro empresario de un sector que, por ahora, tiene la manzana rodeada.