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La mandataria arrasa en el ensayo

*Por El Paìs. La extraordinaria victoria de Cristina F. de Kirchner en las elecciones primarias del domingo deja claras algunas cosas: la presidenta está en magníficas condiciones para lograr la reelección en primera vuelta el 23 de octubre, y la oposición, fragmentada, sigue sin un candidato creíble.

Y, lo que es peor para los detractores del kirchnerismo, hay un práctico empate para el segundo puesto entre el radical Ricardo Alfonsín y el peronista disidente Eduardo Duhalde, un empate que se produce bajo mínimos, rondando un escuálido 12% cada uno, lo que complica una alianza dentro de dos meses.

Las primarias funcioron como estaba previsto, como un gigantesco sondeo que dibuja el mapa electoral ante las verdaderas elecciones. Aunque hubo un significativo volumen de voto en blanco (más de 775.000), el nivel de participación fue muy alto, un punto más, incluso, que en los comicios de 2007.

El "vendaval Cristina", que arrasó en 2007, ha soplado de nuevo en las elecciones primarias, dejando muy atrás a sus competidores. La presidenta, de 58 años, ha demostrado que, incluso sin el apoyo de su fallecido marido, Néstor Kirchner, es capaz de llevar su popularidad a los niveles de 2007.

El bajo desempleo (7%), el aumento del consumo, ayudado por subvenciones, y las ayudas sociales, sumado a políticas progresistas, como el matrimonio homosexual y la defensa de los derechos humanos, son los pilares de esa destacada victoria. Todo ello, unido a una hábil política de enfrentamiento con los grupos de comunicación, que el kirchnerismo presenta ante la opinión publica como la verdadera oposición, en perjuicio de los disminuidos partidos.