La mamá de Diego Feinmann, sobre el asesinato de su hijo: "Estaba enfermo pero no se merecía que lo mataran así"
"Cometió muchos errores, me duelen y me dan vergüenza como mujer y como madre, pero no se merecía que lo mataran así", dijo.
Antonia Ortiz Medina, la mamá de Diego Feinmann, rompió el silencio luego de que el empresario Gastón Berganza, acusado del asesinato del hermano del periodista Eduardo Feinmann, fuera hallado culpable del homicidio.
"Ahora espero que le den la pena máxima. Nunca se va a arrepentir de lo que hizo, y creo que lo volvería a hacer", admitió Antonia. Sucede que, cuando tuvo la chance de dar sus últimas palabras a los jueces, antes de conocer el veredicto, Berganza tan sólo se preocupó por decir que siempre estuvo a derecho, pero no mostró arrepentimiento ni pidió perdón por lo que hizo. "No me sorprende", aseguró la madre de la víctima.
Es la primera vez que esta mujer de 71 años, que crió sola a su hijo, habló del crimen y de la bronca que aún siente porque Berganza "nunca" la miró a los ojos.
Durante las cinco jornadas que compartieron la pequeña sala del Tribunal Oral Criminal N°5 de San Isidro, el destino quiso que quedara frente a frente al imputado: ella lo miraba con dolor y lloraba, él era esquivo. "Una vez, él estaba con su defensor y yo bajaba del ascensor, su abogado me saludó y él me dijo: 'Buenas tardes señora'. Fue lo único", recordó.
Si bien Antonia está contenta de que Berganza haya sido declarado culpable y esté detenido, advirtió, no sin quebrarse: "Lo quiero ver preso por mucho tiempo, porque de sólo pensar en el arma que mostraron en el juicio, en cómo destruyó a mi hijo...".
Todo ocurrió el 20 de noviembre de 2015. Feinmann, obsesionado por recuperar a su ex, María Laura Alayón, quería a toda costa romper la relación que ella había formado con Berganza. La hostigó, la difamó y mandó videos porno a la empresa del acusado. Esa fatídica noche contrató un taxi y llamó a un amigo para ir encarar al empresario. Recibió tres tiros.
"Se lo debía a mi hijo, buscar Justicia por él y estar presente en el juicio, aunque no tuve fuerzas para escuchar los alegatos. Sólo espero que los jueces sean justos y le den la pena que se pidió", suplicó Antonia, quien no puede olvidarse de ese domingo en el que tuvo que reconocer el cuerpo en la morgue de Pilar.
"Diego estaba enfermo, cometió muchos errores, me duelen y me dan vergüenza como mujer y como madre, pero no se merecía que lo mataran así. Qué tenía que ir a hacer ahí esa noche, por esa tipa... Esta persona (Berganza) podría haberlo esquivado o haberse ido del lugar sin hacerle daño, quedó probado", se lamentó.
"Ahora espero que le den la pena máxima. Nunca se va a arrepentir de lo que hizo, y creo que lo volvería a hacer", admitió Antonia. Sucede que, cuando tuvo la chance de dar sus últimas palabras a los jueces, antes de conocer el veredicto, Berganza tan sólo se preocupó por decir que siempre estuvo a derecho, pero no mostró arrepentimiento ni pidió perdón por lo que hizo. "No me sorprende", aseguró la madre de la víctima.
Es la primera vez que esta mujer de 71 años, que crió sola a su hijo, habló del crimen y de la bronca que aún siente porque Berganza "nunca" la miró a los ojos.
Durante las cinco jornadas que compartieron la pequeña sala del Tribunal Oral Criminal N°5 de San Isidro, el destino quiso que quedara frente a frente al imputado: ella lo miraba con dolor y lloraba, él era esquivo. "Una vez, él estaba con su defensor y yo bajaba del ascensor, su abogado me saludó y él me dijo: 'Buenas tardes señora'. Fue lo único", recordó.
Si bien Antonia está contenta de que Berganza haya sido declarado culpable y esté detenido, advirtió, no sin quebrarse: "Lo quiero ver preso por mucho tiempo, porque de sólo pensar en el arma que mostraron en el juicio, en cómo destruyó a mi hijo...".
Todo ocurrió el 20 de noviembre de 2015. Feinmann, obsesionado por recuperar a su ex, María Laura Alayón, quería a toda costa romper la relación que ella había formado con Berganza. La hostigó, la difamó y mandó videos porno a la empresa del acusado. Esa fatídica noche contrató un taxi y llamó a un amigo para ir encarar al empresario. Recibió tres tiros.
"Se lo debía a mi hijo, buscar Justicia por él y estar presente en el juicio, aunque no tuve fuerzas para escuchar los alegatos. Sólo espero que los jueces sean justos y le den la pena que se pidió", suplicó Antonia, quien no puede olvidarse de ese domingo en el que tuvo que reconocer el cuerpo en la morgue de Pilar.
"Diego estaba enfermo, cometió muchos errores, me duelen y me dan vergüenza como mujer y como madre, pero no se merecía que lo mataran así. Qué tenía que ir a hacer ahí esa noche, por esa tipa... Esta persona (Berganza) podría haberlo esquivado o haberse ido del lugar sin hacerle daño, quedó probado", se lamentó.