La libertad de prensa se fue al descenso
*Por Alfredo Leuco. Juan Manuel Abal Medina debería presentar la renuncia. Y las autoridades de la Gerencia de Noticias de Canal 7, la mal llamada TV pública, también. En democracia, no hay demasiados antecedentes de la aplicación de un nivel de censura semejante frente a los gravísimos incidentes que tuvieron como epicentro el estadio Monumental.
Por suerte existe una televisión privada profesional y no militante. De otra manera los argentinos no nos hubiéramos enterado de los destrozos brutales de las instalaciones de River, de los policías heridos ni del estado de los hinchas de Belgrano que se tuvieron que quedar, aterrorizados, en las tribunas.
Las imágenes de la locura, con un helicóptero policial aterrizando en el playón para evacuar a un policía gravemente herido, recorrieron el mundo. Canal 7, "La Tevé kirchnerista", ordenó no emitir ni una sola imagen. Deberían saber que la única verdad es la realidad y no la vergonzosa decisión de mandar grabado un partido de hockey entre la Argentina y China, a contramano del resto del periodismo argentino.
Canal 7 sólo fue acompañado en su desconocimiento de lo que ocurría por Canal 9 que, a estas alturas, es otro medio paraoficial. La agresividad de los hinchas contra los periodistas de todos los colores también es un subproducto de un veneno inoculado en las venas abiertas de la sociedad por parte de las autoridades que, a igual que algunos desaforados, responsabilizan de todo lo malo que ocurre a los medios.
Crónica TV está más cerca del Gobierno que de la crítica y sin embargo debió padecer el ataque a su móvil satelital, que fue prácticamente destruido. Menos mal que no lo incendiaron, como sí ocurrió con un patrullero al que primero dieron vuelta. ¿Qué pensarán los policías que se jugaron la vida sobre el hecho de que el canal oficial ni siquiera los protegió "filmando" las escenas para identificar a los agresores?
¿Cuándo se comprenderá que los medios son del Estado y no de un partido político? ¿Cuándo se dejarán de utilizar las instalaciones de todos los argentinos para cumplir con los caprichos insólitos del Poder Ejecutivo?
Los especialistas en seguridad deberán estudiar también la decisión insólitamente tomada por la mismísima Presidenta de la Nación, Cristina Fernández, de jugar el partido con público. Se dijo que era para evitar que surgieran incidentes en las inmediaciones del estadio. No se pudo evitar esa violencia y tampoco queda claro cómo es posible que la jefa de un Estado centralice tanto y tanto que también deba tomar medidas respecto de un espectáculo deportivo.
El sábado, Abal Medina le dio un prolongado abrazo de gol a Amado Boudou, el flamante candidato a vicepresidente de la Nación, en la quinta de Olivos. Fue un acontecimiento puramente partidario. Pero la residencia de los presidentes (de todos, no sólo de Cristina), la estructura de prensa y la logística oficial fueron utilizadas para ese acontecimiento. Otros partidos políticos tienen que alquilar un hotel o colocar pantallas gigantes en las afueras de algún local partidario. El Gobierno usa y abusa de lo que es de todos como si fuera propio. Y lo más grave es hacer eso con la información.
El "Fútbol para Todos", tapizado de propaganda proselitista, huyó de la realidad porque al parecer la información no es para todos. Hubo hinchas decentes que padecieron la violencia lumpen, y policías y periodistas que fueron agredidos por el solo hecho de cumplir con su tarea y obligación. Mientras tanto, Canal 7 y la inmensa mayoría de los argentinos estaban viendo otro canal. Desde los tiempos en que la patria nacía el "pueblo quiere saber de qué se trata". River se fue a la "B" y eso es grave para sus sufridos simpatizantes. Pero lo peor es que la violencia fue de primera y que la libertad de prensa se fue al descenso.