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La ley de hierro de la oligarquía

* Por Jorge Horacio Gentile (Abogado). Las mesas chicas de los partidos de oposición, en la mayoría de los casos, eligieron sus candidatos sin elecciones internas.

El sociólogo alemán Robert Michels , en su libro Los partidos políticos , describió la regla con la que se titula esta nota. Allí afirma que "tanto en autocracia como en democracia, siempre gobernará una minoría".

A esto, las cúpulas políticas argentinas lo cumplen hoy al pie de la letra, en especial cuando confeccionan las listas para las elecciones, hasta el extremo de que, para los próximos comicios, los principales candidatos oficialistas de los distritos han sido impuestos desde la Quinta de Olivos. Las mesas chicas de los partidos de oposición, en la mayoría de los casos, eligieron sus candidatos sin elecciones internas. La que podrían haber hecho Eduardo Duhalde y Alberto Rodríguez Saá fue un papelón. Y las primarias santafesinas, un ejemplo digno de imitar.

Sin embargo, y seguramente por un descuido de los que mandan en los partidos, los convencionales constituyentes, al reformar la Constitución Provincial (2001) y al dictar la Carta Orgánica de la Municipalidad de Córdoba (1995), incorporamos el voto de preferencia –como existe en otros países–, por el cual el orden de las listas de legisladores y concejales que figuran en las boletas puede ser alterado por los que votan.

Esto se realiza indicando sus preferencias por algunos candidatos que no están en la parte superior de las boletas y que son los que, en las listas sábanas, terminan siendo los titulares de las bancas que reparte el sistema proporcional.

Advertidas las cúpulas de este desliz, en la Provincia se la eliminó, al no reglamentarla ni siquiera cuando se hizo la reforma política, y cuando el Tribunal Electoral omitió agregar un tramo en la boleta única para que el que vota pueda marcar sus preferencias, como acaba de disponerlo la ordenanza municipal de Córdoba que estableció la boleta única.

El Código Electoral Provincial dispuso, además, que en la boleta única sólo deben figurar, en uno de sus tramos, los seis primeros candidatos a legisladores de la lista de 44 titulares y sus suplentes, seguramente porque, de colocarlos a todos, en vez de tener dicha boleta un tamaño de medio metro por medio metro, tendría el de una bandera de ceremonias.

Sin nombres. Ningún medio, hasta ahora, difundió las listas de candidatos a legisladores que las 14 agrupaciones políticas presentaron ante el Tribunal Electoral y que competirán en las elecciones provinciales del 7 de agosto. Para saber quiénes son esas personas, me apersoné ante el Juzgado Electoral.

Así pude observar que en el puesto vigesimosexto de la lista de legisladores de Unión por Córdoba figura de relleno, como se dice en la jerga política, uno de los postulantes más destacados: el actual ministro de Educación, Walter Grahovac.

En ese lugar le será imposible ser elegido (en 2007, la mayoría, o primera minoría, obtuvo 17 bancas) si no se permite el voto de preferencia.

A su vez, el Concejo Deliberante de la Municipalidad de Córdoba puso –al reglamentar la preferencia– dos obstáculos para que nunca los candidatos ni los ciudadanos intentaran alterar el orden de las listas, al obligar a hacerlo escribiendo de puño y letra el nombre del preferido en una lista aparte de la partidaria, lo que hacía sospechar que se podría identificar al votante por su letra, lo que ponía en duda el secreto del sufragio.

Esto se modificó en la ordenanza que estableció la boleta única, ya que ahora sólo hay que escribir el número de orden de los tres candidatos a concejales preferidos en un cuarto tramo, distinto del primero, donde se marca la lista completa; el segundo, donde están los candidatos a intendente, viceintendente y concejales; y el tercero, los vocales del Tribunal de Cuentas.

Pero se mantuvo el segundo obstáculo: para que un candidato supere en el orden de la lista a otro debe obtener un tres por ciento de preferencias, cantidad que es casi imposible de conseguir; no faltó en el reciente debate quien pretendía subirlo a cinco por ciento.

Por esto, los candidatos a concejales no se gastarán en hacer campañas para ser conocidos y superar a los primeros de sus listas ni para mantenerse en las primeras posiciones. Los que votan, por su parte, no podrán señalar a sus preferidos, por desconocer quiénes son.

Hora de pensar. Cuando dejemos de pensar en las vacaciones y en la Copa América y nos concentremos en que estamos obligados a votar a los mejores o a los menos malos, tendremos que averiguar en qué mesa mixta emitiremos nuestro voto

(www.eleccionescordoba.gob.ar), que casi seguro no será la misma de anteriores elecciones.

Esta vez será sin cuarto oscuro, que será reemplazado por un biombo; y con una boleta única donde no figurarán los nombres de la mayoría de los candidatos a legisladores provinciales. Podremos conocer esos nombres el día de los comicios, gracias a carteles colocados en los lugares de votación, aunque es de lamentar que no podremos cambiar el orden de dichas listas.

Los que creemos que con el voto de los ciudadanos se toman las decisiones políticas más trascendentes, ante esta nueva trasgresión a la Constitución volveremos a reclamar que el pueblo quiere saber de qué se trata.