La justicia y la manipulación
Por Juan Carlos Dante Gullo* La embestida de los multimedios opositores contra la investidura del vicepresidente Amado Boudou en relación con la "causa Ciccone", tiene, al menos, tres aristas.
La primera corresponde a la intervención del Poder Judicial en un caso bajo su jurisdicción, que merece el respeto y la seriedad que hacen a cualquier causa en la que se investigan situaciones conflictivas, y que debe contar con un marco de serenidad que garantice una intervención imparcial y ecuánime.
La segunda, supone el análisis ineludible de la inclusión de la figura del vicepresidente en el entramado de la causa, con una liviandad y animosidad, claramente infundadas, y dignas de mejor causa, pero que indudablemente supone un golpe por elevación al gobierno nacional sin que se desprenda, de lo que se conoce hasta hoy, ninguna responsabilidad de quien aparece señalado por los multimedios.
La última tiene que ver con el rol de estos últimos, que siguiendo una tesitura habitual por estos días, y seguramente tocados en sus intereses económicos por la ley de medios y otras medidas del gobierno nacional, manipulan y tergiversan su rol periodístico, convirtiéndose en verdaderos arietes de la oposición a través del armado de tapas y títulos rimbombantes que a poco de ser analizados no contienen información objetiva ni veracidad alguna que los auxilie en las especulaciones infundadas que realizan.
Pero tal vez lo más llamativo de esta situación es que es el primer ariete mencionado, esto es, el Poder Judicial, el que contrariando el secreto de sumario y la reserva propia que debe tener su labor, parece estar difundiendo información sensible a los medios y manteniendo conversaciones e intercambios impropios con algunos de los actores implicados en el conflicto.
Este conjunto de circunstancias nos debe hacer reflexionar sobre el rol que cada una de las partes interesadas deben tener en una sociedad democrática, respetuosa de la institucionalidad, de las investiduras en juego, y de la independencia y seriedad de la Justicia, así como también del rol de los medios de comunicación en su deber de informar con objetividad y veracidad.
En síntesis, detrás del "caso Ciccone", desgraciadamente, la manipulación política cae en subjetivismo, el rol de ciertos medios no tiene límites, y el silencio y prudencia que tendría que haber demostrado la acción judicial fue perdida, lo que significa un disparador negativo para los malos efectos de la política y los multimedios destituyentes.