La irrupción de los "okupas" mueve el tablero político
La irrupción de los "okupas" en la escena nacional volvió a mover a la política argentina y movilizó al Gobierno Nacional y al de la Ciudad de Buenos Aires en la búsqueda de soluciones políticas para un fenómeno que, si bien no es nuevo, emergió con una dosis extra de violencia y mafias enquistadas en los núcleos duros de pobreza que rodean la Ciudad de Buenos Aires.
La irrupción de los "okupas" en la escena nacional volvió a mover a la política argentina y movilizó al Gobierno Nacional y al de la Ciudad de Buenos Aires en la búsqueda de soluciones políticas para un fenómeno que, si bien no es nuevo, emergió con una dosis extra de violencia y mafias enquistadas en los núcleos duros de pobreza que rodean la Ciudad de Buenos Aires.
Más allá de los mezquinos cálculos políticos y evaluaciones de los encuestadores que buscan detectar si benefició a Macri o perjudicó al Gobierno Nacional, el fenómeno impactó por igual en ambos gobiernos y mostró debilidades en uno y otro.
El Gobierno Nacional puso en marcha el Ministerio de Seguridad como respuesta política, no sólo ante este fenómeno sino también frente al reclamo permanente por mayor seguridad de parte de vastos sectores de la población.
En este sentido, se puede decir que la Presidenta atendió el reclamo de la gente y el envío de 6.000 gendarmes a la Provincia de Buenos Aires. Fue otra respuesta política en el principal bastión político del kirchnerismo. "Si no entedemos lo que pasa y atendemos las demandas de la gente en el tema de la inseguridad estaremos en problemas políticos el año próximo... Este envío de gendarmes es muy bienvenido e impactará positivamente en la población" opinaban muy cerca de Daniel Scioli.
Si bien el dialogo entre el Nación y Ciudad posibilitó el desalojo en el predio del Indoamericano, la ocupación del Club Albariños en Villa Lugano marca otro fenómeno donde se conjugan elementos más complejos en el que se mezclan intereses políticos, narcos, inescrupulosos que manejen el negocio inmobiliario en las villas y delincuencia. "Muchos de los que están en la toma (del club) son ex presidiarios, por eso tanta ferocidad y organización" disparó una fuente del Ministerio de Seguridad que se quejaba amargamente durante el fin de semana de la poca colaboración que la policía había dado en esa horas difíciles justo en la transición de la nueva cúpula policial.
"Si hay gente con bombas molotov fuera del predio, hay que detenerlos", ordenó la Ministra Garré durante las horas violentas del viernes pasado, recibiendo como respuesta policial que "no lo hacían por temor a que los vecinos de Lugano reaccionaran". La Ministra mantuvo la orden , "para los de afuera y para los de adentro".
La gestión inconclusa del juez federal Daniel Rafecas en el lugar, que durante cinco horas dialogó con los okupas y con vecinos de Villa Oculta, el sábado pasado y la forma en que terminó ese encuentro, también habla de una "organización" que va más allá de pedir tierras o una casa.
El juez en una actitud inédita se acercó solo a dialogar en la búsqueda de una solución para que desalojen en forma pacífica el predio del Club. Cuando estaba llegando a un acuerdo, irrumpieron a bordo de un auto cinco personas encapuchadas acompañados de un abogado que obligaron al magistrado a esperar fuera del lugar donde se realizaba el encuentro por cerca de una hora. Mentras tanto los recién llegados "bajaban línea" a los que habían aceptado el acuerdo. Tras deliberar le pidieron al juez que se vaya del lugar "porque no había nada que dialogar". Tras este frustrado dialogo, el magistrado ordenó al Gobierno que se "aisle" progresivamente al sitio ocupado ilegalmente por parte de la fuerza policial, para evitar que reciban elementos de la Villa y del exterior. Recién el domingo se empezó a cumplir gradualmente la orden judicial compartida por la ministra Garré, pero demorada en lo más alto del gobierno para hacer un análisis más "político" de la situación.
Después de algunas presiones por parte de la justicia y de contar con datos que hablaban de la peligrosidad de los "okupas" volvió la comunicación entre la justicia y el Ministerio de Seguridad que desembocó en la conferencia de prensa del martes donde la Ministra indicó que cumplía con la orden judicial, se manifestó en contra de las ocupaciones y se comprometió a recuperar el predio por la "legalidad".
En las últimas horas nuevas medidas se habían puesto en marcha en coordinación entre la justicia y el Ministerio para llegar al desalojo, aunque se admitía que "llevará algunos días más". Mientras, avanza una investigación judicial sobre los antecedentes de los "okupas".
Pero el tema impactó también en el gobierno de Mauricio Macri, que desnudó que la tan vendida y promocionada Policía Metropolitana, en realidad no era algo más que "una guardia urbana armada y con lindos móviles" pero que no estaba en condiciones ni siquiera de cercar un predio o de impedir una ocupación. Esta realidad motivó análisis para dentro del gobierno porteño que considera que debe avanzar ahora en la creación de una Guardia de Infantería para dotar a la policía metropolitana de un perfil más cercano a las nuevas realidades que se muestran en la ciudad.
Por el momento, tras las ocupaciones el tema de un posible adelantamiento de las elecciones porteñas que prácticamente ya había sido definido por Macri, está "congelado". "Mauricio está muy hermético... está en periodo de reflexión en soledad, y además Gabriela (Michetti) le mete presión desde afuera... todo se define en la primera semana de enero" adelanta un integrante del gobierno municipal.
Macri quiere evaluar como ha impactado en su imagen la postura pública en contra de las ocupaciones, los reclamos al Gobierno Nacional y el tema de la inmigración. Creen que su figura se fortaleció en la Capital, pero aguardan análisis más precisos para tomar una decisión.
A todo esto, Cristina Kirchner asumió formalmente la conducción del Partido Justicialista y realizó ayer una autocrítica de su gestión y una evaluación política del gobierno tras la muerte de Néstor Kirchner. Reconoció que su peor momento fue con la crisis del campo pero afirmó: "Muchos piensan que la recuperación del gobierno se dio por la muerte de Néstor y no se dan cuenta que tras las elecciones del año pasado comenzamos una notable recuperación política, que se mantiene y ha fortalecido al Gobierno". Destacó el apoyo de los jóvenes a su gestión y largó un enigmático "Vamos por más" que no se alcanza aun a traducir aún como una confirmación de su candidatura a la reelección. Algo que no definirá hasta bien entrado el 2011.