La inseguridad nuestra de cada día
La inseguridad sigue marcando el pulso diario en la provincia de Buenos Aires, con hechos de violencia que desatan indignación y reacciones extremas. Dos jubilados se defendieron a tiros de delincuentes que intentaban asaltarlos, mientras que en Moreno una pueblada estalló tras el brutal asesinato de un joven repartidor que intentó ayudar a un vendedor ambulante. En medio del caos, el debate político se enciende, pero las soluciones siguen ausentes.
Esta semana tuvimos episodios de inseguridad para todos los públicos. Dos ancianos mataron a delincuentes que venían a robarlos y, esta vez, fueron más rápidos que los malvivientes. En Moreno se desató una pueblada por el apuñalamiento de un joven que hacía delivery que salió en defensa de un vendedor ambulante, y terminó de la peor manera para el solidario trabajador que quiso ayudar a una persona que era atacada por un sanguinario delincuente. El horrible final, lo puso la política.
El primer hecho ocurrió el lunes 21 de enero y quedó filmado por una cámara de seguridad de la zona. Comenzó cuando el jubilado subió su camioneta blanca a la vereda y comenzó a dar marcha atrás para dejarla estacionada.
En ese preciso momento, una camioneta con cabina pasó a toda velocidad por la misma calle y frenó delante del vehículo del jubilado para impedir que escapara de su casa.
El anciano los ve venir y se defiende. El hombre le impacta un tiro certero a través de la ventanilla de la camioneta al delincuente que cae desplomado en ese momento, muerto al instante, y de paso le pega otro tiro en el piso, después les sigue tirando a los otros ocupantes de la camioneta.
Otro jubilado mató a un ladrón, pero esta vez el hecho ocurrió en Pablo Nogués. Era la tercera vez que le entraban a robar en menos de cinco días.
El hijo mayor del jubilado contó que su papá estaba durmiendo cuando entró el delincuente a su vivienda. “Es la tercera vez en cinco días. Le dijo que se quedara quieto. El tipo tenía un barrote y le quiso pegar”, También aclaró algunos detalles del arma con la que disparó al ladrón: “Él no la usaba. La tenía por tener, la tiene desde hace años, pero no la usaba”. Sin dudas, la vieja carabina le salvó la vida. “Mi papá está muy preocupado, está muy mal. Ahora empezó a entender las cosas y está preocupado. Está cansado, nervioso, molesto e incómodo. Es la tercera vez que pasa en cinco días”.
El hartazgo por la repetición de hechos de inseguridad en la provincia de Buenos Aires terminó por explotar ayer frente a la intendencia de Moreno. Allí llegaron familiares, amigos y compañeros de Lucas Aguilar, un joven repartidor de 20 años que fue asesinado a puñaladas un día antes en un municipio que sumó cuatro muertes violentas en menos de 72 horas. La nueva ola de inseguridad que golpea el territorio bonaerense, con 11 homicidios en menos de una semana, tiene allí un punto extremo. Los vecinos reclamaron con frustración, impaciencia y enojo. El pedido era justicia por la víctima y más seguridad para los demás. La respuesta inicial fueron balas de goma y gases lacrimógenos, por parte de la policía.
El solidario e informal trabajador Aguilar fue asesinado anteayer cuando intentó ayudar a un vendedor ambulante que era agredido en la calle. El homicida fue atrapado y en sus antecedentes quedó reflejado uno de los problemas básicos que se reiteran en casos de alto impacto público: el detenido tenía condenas y había sido beneficiado por la justicia, y a luz de lo que sucedió, tenía que estar preso.
Los graves incidentes derivaron, como es habitual, en un cruce entre funcionarios nacionales y provinciales. Por la administración de Milei, la posta la tomó el ministro de Justicia, Cúneo Libarona: “Kicillof reprime a los argentinos de bien que sufren la inseguridad, pero deja a los delincuentes sueltos. Este es el garantismo kirchnerista. Nosotros hacemos lo contrario: meter presos a los criminales y cuidar a los argentinos. Este año en las urnas hay una sola opción para terminar con este caos”.
Replicó el ministro de Seguridad bonaerense, Javier Alonso, argumentó: “Si el gobierno nacional nos hubiera pagado el año pasado los $700 mil millones, ¿cuántos patrulleros se compran con eso? Diez mil patrulleros. Ese dinero el Gobierno no lo envió a la provincia, que es un fondo creado por ley para financiar la política de seguridad de la provincia”.
Sintéticamente, nuestro país carece de una política criminal seria y coordinada, y estos extremos debe marcarlos el gobierno nacional. Circunstancia que no ocurrió con ningún gobierno. Ahora en época preelectoral, cacarean de uno y del otro lado de la grieta, pero en concreto nada cambiara. Cuando hay interés de resolver algo, no dude que el Poder lo hace. Un ejemplo práctico, se decidió terminar con los piqueteros protestando y lo hicieron rápidamente.
Señor Presidente, la seguridad es su responsabilidad. Si no lo entiende, le hago un dibujito…
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