La industria yerbatera nacional
* Por Carlos Vedoya Recio. De los 146 molinos inscriptos, sólo 88 establecimientos aparecen activos en 2012, 40 por ciento menos en dos años.
De los 146 molinos inscriptos en el Instituto Nacional de la Yerba Mate, sólo 88 establecimientos aparecen activos en 2012, un 40 por ciento menos en tan solo 2 años según cifras de la Cámara Molinera de la Yerba Mate de la Zona Productora (Cmymzp).
Hay molinos que prefieren vender su materia prima a terceros antes de envasarla. Es más fácil vender canchada que molerla y envasarla para los supermercados. Otros, se reconvirtieron al negocio de los picles y cultivaron pepinos, choclos y pimientos.
Por Carlos Vedoya Recio (*)
Tomar mate en Argentina sigue costando 50 centavos por litro. Desde el pasado lunes 16 de abril, las más importantes empresas yerbateras del mundo "acordaron" con la Secretaría de Co-mercio Interior de la Nación regalar su mercadería: compran un kilo de materia prima a 6,90 pesos y la venden a 7 pesos para que en góndola promedie los 12 pesos a rajatabla. El margen incluye el costo financiero del estacionamiento de la yerba durante 12 meses, gastos propios de mezcla o "blending", laboratorio y energía, mano de obra, packaging, marketing e impuestos.
Si un paquete de medio kilo cuesta 5 pesos, tomar mate en Argentina sigue costando 50 centavos por litro, ya que la clásica calabacita criolla no demanda más de 50 gramos por mateada. Todo está clavado en la memoria (dice la canción) y en las declaraciones juradas del Instituto Nacional de la Yerba Mate (Inym).
En enero de 2010, la tonelada de yerba "canchada" costaba 2.310 pesos; dos años más tarde, la misma tonelada de materia prima cotiza 6.900 pesos, casi el triple, 300 por ciento más cara con la autorización y la firma del Ministerio de Agricultura nacional. Sin embargo, también es la Nación la que no permite que la góndola absorba el incremento. En este escenario, cerca de 60 molinos dejaron de operar.
Los molinos yerbateros argentinos acopian yerba mate "canchada", la primera elaboración de la hoja verde se cancha o "deshidrata" en inmensos hornos secaderos horizontales que exponen a la acción del fuego. De los 146 molinos inscriptos en el Instituto Nacional de la Yerba Mate, sólo 88 establecimientos aparecen activos en 2012, un 40 por ciento menos en tan solo 2 años según cifras de la Cámara Mo-linera de la Yerba Mate de la Zona Productora (Cmymzp). Del total, los ocho primeros molinos yerbateros, que manejan el 80 por ciento del mercado, sólo en el último año incrementaron sus deudas un 90%, según cifras del Banco Central de la República Argentina.
La razón, por lo menos es doble. No hay stock de canchada suficiente y la Secretaría de Comercio Interior de la Na-ción permitió un aumento sólo del 9 por ciento para todo el año 2012, después de las amenazas de aplicación de la Ley de Desabastecimiento (antiterrorista) y la irónica apertura a las importaciones de yerba.
No hay estímulo. Hay molinos que prefieren vender su materia prima a terceros antes de envasarla. Es más fácil vender canchada que molerla y envasarla para los supermercados. Otros, se reconvirtieron al negocio de los picles y cultivaron pepinos, choclos y pimientos entre líneas de yerba mate. Las estadísticas mensuales del Inym documentan una caída del 20 por ciento en el stock de canchada en los últimos cuatro años.
Desde 2007 al pasado mes de noviembre de 2011, faltan cerca de 50 millones de kilos de canchada. Habían 231 mi-llones de kilos de canchada en noviembre de 2007; en no-viembre de 2011 se declararon 183 millones de yerba mate seca, lista para moler, en los secaderos de la zona productora. Los molinos perdieron 15 por ciento en cinco años; los secaderos, casi el 20% de materia prima stockeada. Se es-tán comiendo las reservas o están empezando a mezclarla con hoja verde (de hojas mango). Crece el piso sin molestar al consumidor. Es el peor momento de la industria yerbatera de los últimos 10 años.
Desde la creación del Inym, en junio de 2002, a 500 pesos la tonelada, el precio de la canchada registró un aumento de más del 1000 por ciento; el precio de un kilo de yerba molida, envasada, lista para su entrega en supermercados, registró, en cambio, no más del 350 por ciento de "inflación" para el consumidor.
Hace 10 años, la canchada representaba para la industria un tercio en el costo de elaboración de un kilo de molida: 0,50 pesos sobre 1,50 pesos. Hoy, los molinos dicen que si compran a 6,90 pesos la materia prima no pueden vender a menos de 12 pesos el kilo para que la góndola no ofrezca la bebida preferida por los argentinos por encima de los 20 pesos. Así y todo, a 10 pesos el medio kilo, tomar mate en Argentina costaría 1 peso por litro. Apuntan contra la in-dustria líder, pero atentan contra una economía regional que es mucho más que una cadena.
Con el techo marcado por los dueños de las góndolas, concentradas en pocas manos, y con la venia de la Secre-taría de Comercio Interior de la Nación, los molinos pequeños, familiares, colonos y cooperativos, se extinguen en el país y, además, hasta resignó el liderazgo en las exportaciones. Desde hace no menos de 5 años, Brasil es el primer exportador mundial de yerba mate con casi el 60 por ciento del mercado y con un cliente de lujo, cautivo, obediente: Uruguay, el primer consumidor de yerba mate brasileña. La República Oriental del Mate sólo compra ‘erva-mate gaúcha‘.
Hay molinos que prefieren vender su materia prima a terceros antes de envasarla. Es más fácil vender canchada que molerla y envasarla para los supermercados. Otros, se reconvirtieron al negocio de los picles y cultivaron pepinos, choclos y pimientos.
Por Carlos Vedoya Recio (*)
Tomar mate en Argentina sigue costando 50 centavos por litro. Desde el pasado lunes 16 de abril, las más importantes empresas yerbateras del mundo "acordaron" con la Secretaría de Co-mercio Interior de la Nación regalar su mercadería: compran un kilo de materia prima a 6,90 pesos y la venden a 7 pesos para que en góndola promedie los 12 pesos a rajatabla. El margen incluye el costo financiero del estacionamiento de la yerba durante 12 meses, gastos propios de mezcla o "blending", laboratorio y energía, mano de obra, packaging, marketing e impuestos.
Si un paquete de medio kilo cuesta 5 pesos, tomar mate en Argentina sigue costando 50 centavos por litro, ya que la clásica calabacita criolla no demanda más de 50 gramos por mateada. Todo está clavado en la memoria (dice la canción) y en las declaraciones juradas del Instituto Nacional de la Yerba Mate (Inym).
En enero de 2010, la tonelada de yerba "canchada" costaba 2.310 pesos; dos años más tarde, la misma tonelada de materia prima cotiza 6.900 pesos, casi el triple, 300 por ciento más cara con la autorización y la firma del Ministerio de Agricultura nacional. Sin embargo, también es la Nación la que no permite que la góndola absorba el incremento. En este escenario, cerca de 60 molinos dejaron de operar.
Los molinos yerbateros argentinos acopian yerba mate "canchada", la primera elaboración de la hoja verde se cancha o "deshidrata" en inmensos hornos secaderos horizontales que exponen a la acción del fuego. De los 146 molinos inscriptos en el Instituto Nacional de la Yerba Mate, sólo 88 establecimientos aparecen activos en 2012, un 40 por ciento menos en tan solo 2 años según cifras de la Cámara Mo-linera de la Yerba Mate de la Zona Productora (Cmymzp). Del total, los ocho primeros molinos yerbateros, que manejan el 80 por ciento del mercado, sólo en el último año incrementaron sus deudas un 90%, según cifras del Banco Central de la República Argentina.
La razón, por lo menos es doble. No hay stock de canchada suficiente y la Secretaría de Comercio Interior de la Na-ción permitió un aumento sólo del 9 por ciento para todo el año 2012, después de las amenazas de aplicación de la Ley de Desabastecimiento (antiterrorista) y la irónica apertura a las importaciones de yerba.
No hay estímulo. Hay molinos que prefieren vender su materia prima a terceros antes de envasarla. Es más fácil vender canchada que molerla y envasarla para los supermercados. Otros, se reconvirtieron al negocio de los picles y cultivaron pepinos, choclos y pimientos entre líneas de yerba mate. Las estadísticas mensuales del Inym documentan una caída del 20 por ciento en el stock de canchada en los últimos cuatro años.
Desde 2007 al pasado mes de noviembre de 2011, faltan cerca de 50 millones de kilos de canchada. Habían 231 mi-llones de kilos de canchada en noviembre de 2007; en no-viembre de 2011 se declararon 183 millones de yerba mate seca, lista para moler, en los secaderos de la zona productora. Los molinos perdieron 15 por ciento en cinco años; los secaderos, casi el 20% de materia prima stockeada. Se es-tán comiendo las reservas o están empezando a mezclarla con hoja verde (de hojas mango). Crece el piso sin molestar al consumidor. Es el peor momento de la industria yerbatera de los últimos 10 años.
Desde la creación del Inym, en junio de 2002, a 500 pesos la tonelada, el precio de la canchada registró un aumento de más del 1000 por ciento; el precio de un kilo de yerba molida, envasada, lista para su entrega en supermercados, registró, en cambio, no más del 350 por ciento de "inflación" para el consumidor.
Hace 10 años, la canchada representaba para la industria un tercio en el costo de elaboración de un kilo de molida: 0,50 pesos sobre 1,50 pesos. Hoy, los molinos dicen que si compran a 6,90 pesos la materia prima no pueden vender a menos de 12 pesos el kilo para que la góndola no ofrezca la bebida preferida por los argentinos por encima de los 20 pesos. Así y todo, a 10 pesos el medio kilo, tomar mate en Argentina costaría 1 peso por litro. Apuntan contra la in-dustria líder, pero atentan contra una economía regional que es mucho más que una cadena.
Con el techo marcado por los dueños de las góndolas, concentradas en pocas manos, y con la venia de la Secre-taría de Comercio Interior de la Nación, los molinos pequeños, familiares, colonos y cooperativos, se extinguen en el país y, además, hasta resignó el liderazgo en las exportaciones. Desde hace no menos de 5 años, Brasil es el primer exportador mundial de yerba mate con casi el 60 por ciento del mercado y con un cliente de lujo, cautivo, obediente: Uruguay, el primer consumidor de yerba mate brasileña. La República Oriental del Mate sólo compra ‘erva-mate gaúcha‘.