La increíble historia de Lizy Tagliani, la revelación del Bailando
La reemplazante de Mariana Loly Antoniale en el certamen de baile contó su historia y lo difícil que fue su infancia y su sexualidad.
Lizy Tagliani se convirtió en la revelación del Bailando por un Sueño después de reemplazar a Loly Antoniale, que se fue de vacaciones a Europa con Jorge Rial. La ex peluquera se confesó con Baby Etchecopar en C5N y habló de su sexualidad y de la adolescencia, la parte más dura de su vida.
"Nací en Adrogué, en Zona Sur, en una familia compuesta por mi mamá (murió), mi papá (murió) y yo. A los 7 años ya me disfrazaron con una pollerita escocesa en el colegio en la fiesta del Día de la Raza y dije 'esto es lo mío'. Me senté en el auto frente a mi mamá y mi papá y les dije 'yo me quiero llamar Carla Marina Marconi', no sé de dónde saqué ese nombre", contó Lizy.
Tagliani agregó que todavía tiene en su DNI su nombre masculino: "Antes de ser Lizy fui Luisito. No me jode el nombre de varón, mi DN sigue diciendo Edgardo Luis porque me da fiaca hacer todos los trámites. Yo no me considero hombre. Me puse Lizy porque mi abuela me decía así".
La revelación del Bailando confesó como es la vida del travesti: "Lo viví como una sitcom. Todo lo conseguí y viví la vida tan naturalmente. No me interesa militar. Todos somos discriminados y discriminadores. Sólo nosotros somos capaces de ponerle freno a una palabra. Me pegaron por ser bocona, pero no por ser travesti. Desde los 13 años que me visto de mujer. Sumado a que no soy muy linda, imaginate las barbaridades que me decían. La mayoría se siente muy atraído por la parte masculina del travesti, pero te tienen que tratar como una mujer".
Luego de una adolescencia difícil, Lizy se siente más segura, pero advierte una gran discriminación: "No me considero que nací en un cuerpo equivocado, ni que tengo una mujer encerrada en el cuerpo de un hombre. Dentro de las mismas minorías hay mucha discriminación. Hay boliches gay friendly donde los travestis no pueden entrar".
Por último, Tagliani contó cómo llegó al Bailando: "Desde muy chiquita sabía que quería tener tetas y que no quería salir a ejercer la prostitución. Me vi mariquita, muy afeminado y dije 'bueno, me hago peluquera'. Me fue muy bien, empecé de muy abajo. No hice mi fortuna con los famosos, vinieron después. Siempre trabajé en la peluquería. Como era graciosa, me invitaron a un bar a hablar, después a la radio de Santiago del Moro un día y así arranqué".