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La impresionante historia de Nicolás Flores, el nene del milagro del cura Brochero

Un chico de 13 años constituye la prueba del milagro de vida por la intercesión de ya beato José Gabriel Brochero.

Los padres del niño Nicolás Flores, de 13 años, aseguraron que la intercesión del cura José Gabriel Brochero -quien fue hoy sábado beatificado- permitió que el menor salvara su vida luego de un accidente en 2000 y que pudiera hablar y hacer una vida normal.

"El primer milagro es la propia vida de Nicolás, que se haya recuperado de tantos paros cardíacos, uno de ellos de 15 minutos de duración. Era imposible que un niño de esa edad se recuperara, que resistiera y que haya subsistido a eso", aseguró Sandra Violino, madre del pequeño.

La mujer destacó que "el segundo milagro" fue "que Nicolás volviera a hablar, porque había perdido su hemisferio izquierdo en forma completa, donde están cifradas las funciones del lenguaje y tenía afectada la zona frontoparietal derecha, que es el complemento de dicha función".

El padre de Nicolás, Osvaldo Flores, recordó que "el milagro" comenzó el mismo 28 de septiembre de 2000, cuando toda la familia se dirigía hacia Mina Clavero y en Falda del Cañete, a unos 25 kilómetros de la capital cordobesa, los chocó, de frente, una camioneta, sin luces.

"Ante el accidente, lo primero que atiné a hacer fue a sacar a Nicolás, de apenas 11 meses, de los brazos de su madre. Entonces, advertí que la mano se me llenaba de sangre por el fuerte golpe que había sufrido en la parte posterior de la cabeza y en ese momento le pedí a Brochero que intercediera por la vida de Nicolás, porque veía que se moría"
, relató Flores.

La segunda vez que Flores pidió a Brochero por su hijo fue cuando, luego de haber sido trasladado en una ambulancia al Hospital de Niños, de la capital cordobesa, el médico neurólogo Vicente Montenegro le dijo que tenían que operar a Nicolás.

"Tenían que operarlo. La sangre acumulada en el cerebro era mucha y estaba ejerciendo presión. El médico me dijo que las secuelas eran impredecibles, por la cantidad de paros cardíacos y porque había perdido masa ósea y masa encefálica, entonces, le pedí a Brochero que intercediera y le quedara la menor cantidad posible de secuelas", contó el hombre.

Tras un mes y medio de internación, Nicolás recibió el alta médica, pero, según su madre, debido a la vida vegetativa que le habían diagnosticado, era prácticamente "un niño de trapo", al que sólo cabía darle amor, según los médicos. "No efectuaba ninguna expresión, sólo respiraba y deglutía. Ni siquiera hacía los gestos propios del llanto, únicamente le caían lágrimas cuando sentía dolor o angustia", recordó.

Los médicos les habían recomendado a los padres que estudiaran lenguaje de señas y otras alternativas con el fin de que pudieran comunicarse con Nicolás, no obstante lo cual este, a los dos años de ocurrido el accidente, comenzó a hacer sonidos guturales para pedir comida.

Si bien los padres del menor, que eran devotos del cura Brochero de toda la vida, siempre estuvieron convencidos de que se trató de un milagro, Violino remarcó que "algo asombroso" sucedió el 1 de enero de 2001, cuando estaba preparada una cirugía, que finalmente no se realizó.

"Por una urgencia, la operación se suspendió y fue reprogramada para los seis meses posteriores, lapso durante el cual debían colocarle una prótesis. Pero no hizo falta, porque recuperó la masa ósea. Si bien esto puede suceder, es un proceso que tarda años y a él, en seis meses, se le cerró"
, subrayó la mujer.

La madre de Nicolás rememoró que, a fines de 2001, durante uno de los chequeos, el médico que los atendía les dijo: "si ustedes son creyentes o hicieron alguna promesa, empiecen a cumplirla, porque esto es un milagro, o requiere una explicación que excede a la ciencia", razón por la cual el 26 de enero de 2002 escribieron una carta a "la Comisión que llevaba el estudio de la causa de beatificación de Brochero".

El proceso comenzó en febrero de 2009 y en Córdoba duró tres meses y medio y estuvo a cargo de una comisión encabezada por el sacerdote Dante Simón, y en abril de ese año se abrió la causa en Roma, que concluyó con el decreto de beatificación, firmado por el papa Benedicto XVI el 20 de diciembre del año pasado.

Fuente: Télam