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La Iglesia expresó preocupación por la fragmentación social y la violencia

En Navidad los obispos llamaron a la esperanza que "no defrauda" y a la reconciliación, y criticaron el vaciamiento cultural que se hace del sentido "verdadero y cristiano" de la Navidad.

Los obispos argentinos expresaron en Navidad "preocupación" de la Iglesia por los desencuentros de los argentinos, la falta de diálogo político, la violencia verbal y física, la pobreza estructural, la proliferación de casinos y bingos que llevan al "flagelo" de la adicción al juego, y sobre todo por la fragmentación social.

También manifestaron la inquietud episcopal por el avance legislativo de los proyectos de ley para despenalizar el aborto, al recordar que la Conferencia Episcopal Argentina estableció que 2011 sea el Año de la Vida, 365 días para "resaltar el valor de la vida humana y su dignidad inviolable desde el momento mismo de la concepción hasta la muerte natural".

En los mensajes navideños, los obispos llamaron además a la esperanza que "no defrauda" y a la reconciliación, y criticaron el vaciamiento cultural que se hace del sentido "verdadero y cristiano" de la Navidad.

- Episcopado: "Los acontecimientos de estos últimos días han puesto en los corazones de millones de argentinos, la evidencia de serios problemas que manifiestan signos de fragmentación social: la persistencia de la pobreza e inequidad, la dificultad para el diálogo, la violencia y la agresión, el desprecio a los migrantes. Esta situación se presta a diversas manipulaciones que hieren en lo profundo la dignidad humana y acrecientan aún más la injusticia".

- Card. Jorge Bergoglio (Buenos Aires): "Abajate, sé humilde, sé manso, escucha, conviví, sé humilde y usa esa mansedumbre para reconocer la dignidad tuya y de los demás. No te disfraces de soberbio, de gritón ni de dominador, jugá a la mansedumbre... No le tengas miedo a la humildad, porque vas tener más que siendo vanidoso, más que (imponer) la fuerza o a los gritos, haciendo lío, o sembrando discordia".

- Mons. José María Arancedo (Santa Fe de la Vera Cruz): "Argentina debe avanzar en la reconciliación entre sectores y en la capacidad de diálogo, porque sigue siendo un país con heridas y enfrentamientos, a pesar de tener una sensibilidad especial por los derechos humanos. Recuperar la amistad social es tener la sabiduría del futuro. Al pasado no hay que negarlo, necesita de la memoria, la justicia, la reparación, pero también de la reconciliación. Reconciliación no significa olvido, pero sí no endurecer el corazón y abrirnos a un diálogo fecundo para construir el futuro".

- Mons. Mario Maulión (Paraná): "En la convivencia social junto con los grandes esfuerzos por lograr una convivencia que se acerque a ser una verdadera amistad social, se notan situaciones de enfrentamientos, luchas, fragmentaciones y un avance de los interesas personales o sectoriales sobre el auténtico Bien Común que caracteriza a una sociedad justa.

La convivencia social armónica, justa, solidaria no es sólo una saludable aspiración. Es, sobre todo, tarea de cada uno y de todos, para hacer de nuestra sociedad una patria de hermanos y amigos".

- Mons. José María Arancibia (Mendoza): "Hoy, muchas amenazas se ciernen sobre la vida de los jóvenes. Sólo señalaremos una: el flagelo de la droga. Se trata de un indicador especialmente elocuente: se puede matar la esperanza. Las adicciones crecen allí donde mengua el gusto por la vida. Es toda una radiografía de nuestros fallos como sociedad. Como Iglesia, queremos revisar qué estamos haciendo a favor de los jóvenes, cómo les estamos anunciando el Evangelio de la vida, cómo estamos sembrando en sus corazones la esperanza.

- Mons. Luis Villalba (Tucumán): "Nacer de nuevo es ser honrado, ser justo, ser sincero, ser solidario con todos, amar al prójimo, colaborar en todo lo que haga referencia al bien común de la sociedad, es pasar por este mundo haciendo el bien, como hizo Jesús. Nuestra sociedad no cambiará, sino cambia cada uno de nosotros".

- Mons. Carlos Ñáñez (Córdoba): Que el Padre bondadoso que en Jesús nos tendió una mano haciéndonos hijos suyos muy queridos, nos ayude en esta Navidad a descubrirnos hermanos y despierte en nosotros el deseo de ofrecernos mutuamente una mano, y hacernos cada vez más responsables del destino de nuestra querida Patria".