La hora de tragarse sapos
*Por Ricardo Roa.Ni el propio Kirchner se atrevió a usar el lápiz electoral como Cristina. La Presidenta se asignó a sí misma el papel de único y gran elector .
Y le ha pasado el escáner a todas sus listas de candidatos, casi sin negociar con ninguno. Ella bendice o excomulga.
Y todo con tal hermetismo que ni los más cercanos lo pueden perforar. Las boletas se cierran esta noche y casi nadie sabe si ha caído en desgracia o recibido el placet. Uno de los que peor está es Scioli . Y no porque ignore la decisión presidencial sino porque la imposición de Mariotto como su vice es una movida que le cae pésimo por todas partes.
Por eso, Scioli resiste: Mariotto no es el acompañante que él quería ni había propuesto. Es un kirchnerista al cuadrado con un estilo opuesto al rol componedor que a Scioli más le gusta. Y que estará en la gobernación para vigilarlo antes que para acompañarlo: será comisario político e infidente de la Rosada.
Internamente, Mariotto le complicará la relación con el peronismo provincial , que no es poco decir. Y hacia afuera también con la UCR, con la que Scioli suele anudar acuerdos racionales de gobernabilidad, a diferencia del poder central. Encima, le meterá ruidos en un espacio que Scioli cuida como el oro: el contacto con la prensa.
Es pagarle con la peor moneda a quien siempre hizo todo lo que los Kirchner quisieron. Pero así es el universo K. Y Scioli debería saberlo (Ver: Cristina impone a Mariotto para acompañar a Scioli en la fórmula).
También lo sabe Filmus, que es candidato sólo porque medía mejor que Boudou en las encuestas y no por haber purgado el desacato con las testimoniales y la ley de glaciares. El único nombre propio que logró colar en su lista está en el puesto 20. Además, Cristina le designó al vocero y le ordenó destruir los afiches de campaña encargados a Albistur. Cristina conduce y Cristina verticaliza.
Y ayer Filmus se tragó otro sapo: justificó la represión a los docentes de Santa Cruz . Descubrió, de pronto, que existe el derecho a transitar, aunque los cortes frente al Ministerio de Trabajo son cosa de todos los días . Obvio, este no es cualquier bloqueo: es en contra de la provincia de la Presidenta