La hora de los "vice"
*Por Mario Fiore. El paso de Cobos por la Vicepresidencia dejó secuelas. La incógnita de Cristina y las decisiones de Duhalde, Alfonsín y Binner. Asegurar la gobernabilidad o la lealtad.
Luego de que Julio Cobos se transformara de la noche a la mañana en el primer Vicepresidente opositor de su propio gobierno, elegir un compañero de fórmula para la Presidencia no es un tema menor para el oficialismo ni para la oposición.
Por estas horas, el kirchnerismo espera con ansiedad que Cristina Fernández de Kirchner ponga fecha y hora para su lanzamiento (tiene hasta el 25 del corriente y el anuncio no sería antes del 22) y hasta que la jefa de Estado no lo diga a todas voces, nadie se atreve a vaticinar a quién elegirá como su escolta. Espantada por la experiencia con Cobos, será sólo ella la que establezca el nombre de su eventual escolta.
Pero la gobernabilidad y la fidelidad serán dos atributos que -todos descuentan- deberá tener el bendecido por la Presidenta.
En la oposición, los compañeros de fórmula de los principales candidatos han generado más de un dolor de cabeza. El que más sufrió hasta ahora fue Ricardo Alfonsín, que esperaba el acompañamiento de Hermes Binner, gobernador socialista de Santa Fe. Pero Binner no será su escolta sino su rival, ya que está decidido a presentarse por un frente progresista que nuclea a varios sectores que no quieren ni un poquito al radicalismo.
El mismo día que Binner confirmó su desaire (por la alianza bonaerense del radicalismo con el centro-derechista Francisco De Narváez) Alfonsín se apuró a escoger al economista heterodoxo Javier González Fraga.
Por segunda vez consecutiva, el radicalismo encumbrará a un economista no radical en las elecciones presidenciales. En 2007, Roberto Lavagna, con el guiño del duhaldismo, fue candidato a presidente por la UCR, quien le puso como compañero al jujeño Gerardo Morales.
La elección de Alfonsín no sólo buscó sortear una coyuntura -los tironeos con el socialismo- sino que apuntó a dar una señal (al electorado independiente) de gobernabilidad. Ayer, en el acto de proclamación del tándem, Alfonsín y González Fraga prometieron luchar contra la inflación, ese karma que tienen los radicales desde los años '80 cuando el que gobernaba era Raúl Alfonsín.
El aporte de González Fraga, para casi todo el electorado un perfecto desconocido, no sería de volumen político sino más bien una señal de que hay ideas, planes y programas en marcha y no sólo el postulado de un voto anti-K.
El caso contrario es el de Eduardo Duhalde, quien se refugió en su otrora contrincante dentro del Peronismo Federal, Mario Das Neves, para armar su fórmula. Con el chubutense, que salvó de milagro la gobernación de su provincia en una durísima contienda electoral con el kirchnerismo, Duhalde espera nuclear el voto de la centro-derecha que dejó huérfano Mauricio Macri.
El mismo conglomerado de votos pretende seducir Alfonsín, con su elección de un economista moderado como vicepresidente quien, además, está ligado a Lavagna, el principal referente en la materia, del duhaldismo. Ante esta misma pretensión, la candidata de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, que quiere sumar también por derecha, acusó a Duhalde de ponerle el vice a Alfonsín. Es sabido la eterna rivalidad de la chaqueña y el ex gobernador bonaerense y ahora los dos aspiran a ser terceros en la elección nacional.
El sorpresivo Binner coquetea con otra bonaerense, la líder del GEN (un desprendimiento de la UCR), Margarita Stolbizer, para que lo secunde. Pero la fórmula no está definida, a pesar de que hay consenso entre los 8 partidos que integran el frente progresista nacional de que el tándem Binner- Stolbizer es el de mayor potencial.
Sucede que un sector del GEN la quiere a Margarita en la provincia de Buenos Aires, ya que es la única dirigente con instalación en la opinión pública; las otras tres opciones que maneja la centro-izquierda son muy desconocidas por el electorado. Uno es el sindicalista Víctor De Gennaro; otro el ex peronista Mario Cafiero y otro el "margarito" Jaime Linares, ex intendente de Bahía Blanca.
Si el GEN decide que Stolbizer "juegue" en provincia para quedarse con los votos del pan-radicalismo -la UCR no postula candidato porque lleva al peronista disidente Francisco De Narváez- Binner podría inclinarse por De Gennaro, un hombre que creó la CTA y de mucha sintonía política con el santafesino.
En el oficialismo la única certeza es que Cristina debe -subrayan la obligatoriedad- presentarse en las elecciones. "No tenemos plan B", aseguran. Las dudas surgen sobre el armado de la propuesta electoral. La Presidenta está teniendo más injerencia aún que el fallecido Néstor Kirchner en las listas de diputados y senadores nacionales, todo un signo de que está preparando un Congreso que le sea leal en su eventual segundo mandato.
Otro dato que los caciques provinciales arrojan en voz baja para convencerse de que la Presidenta será candidata es que los PJ de todos los distritos recibieron formularios para conseguir los avales que la nueva ley electoral exige para inscribir un frente. Según una fuente, se pide al afiliado peronista un respaldo a la reelección de Cristina. Un trámite que la Casa Rosada pide guardar en silencio para no arruinar el anuncio presidencial de su candidatura.
Sin embargo, son pocos los que saben quién será el vice de la mandataria. Una versión que surgió hace tres semanas comenzó a desinflarse. La misma indicaba la posibilidad de que la Presidenta pidiera a Daniel Scioli que la secundara. El objetivo -indicaba el rumor- era que el gobernador quedara a cargo del gobierno si la mandataria se enferma o necesita descansar (y hasta retirarse) si tiene problemas de salud.
Pero el congreso del PJ bonaerense ya ratificó a Scioli y hoy lo único que piden en el oficialismo es que la Presidenta asegure gobernabilidad con su decisión. Es que algunos temen que elija a un dirigente joven (como el secretario de Medios, Juan Abel Medina), que tiene cada vez más incidencia en sus decisiones.
La Presidenta jugará al misterio hasta el final, así como hizo transpirar a los tres candidatos K en la Ciudad de Buenos Aires hasta último minuto (finalmente eligió a Daniel Filmus). Está claro que la decisión no será del partido. "Tiene suficiente volumen electoral ella como para no consultar a nadie más; no necesita de los votos de otro", sostienen resignados en la Casa Rosada.