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La historia escrita en el rostro

*Por Silvia Lo Presti. ¿Pueden una nariz puntiaguda, los pómulos prominentes o un mentón pronunciado dar cuenta de las vivencias de una persona a lo largo de su vida?

Según la morfopsicología, las formas (morfología) que adquiere el rostro son la carta de presentación o mejor dicho "la ventana" del alma. "El rostro es como una arcilla que se va modelando con las experiencias", afirma Karina Mirich, licenciada en Psicología.

Según Mirich, la morfopsicología está poco difundida en el país pero es un recurso ampliamente desarrollado en Francia y España. La terapeuta, que actualmente está radicada en San Luis, viene con frecuencia a Rosario a ofrecer un curso sobre ésta y otras disciplinas orientadas al autoconocimiento.

A lo largo de la historia, desde Aristóteles e Hipócrates, hubo muchos autores que estudiaron las formas del rostro y del cuerpo con el propósito de definir las tipologías de personalidad. Considerada una herramienta más para el autoconocimiento, Mirich establece una diferencia con el lenguaje de los gestos, disciplina que cobró notoriedad a partir de la serie norteamericana "Lie to me" que se emite por el canal Fox. "La cara no miente —afirma—, los gestos,en cambio, pertenecen a la comunicación no verbal, lo que expresamos intencionalmente o no", aclara.

"A veces intentamos disimilar lo que sentimos pero desde la morfopsicología nos damos cuenta que es imposible mentir porque las formas dan cuenta que hay algo escondido", agrega.

"Así como se estudian a través de la mano las características de la persona y sus posibilidades de desarrollo personal, a través del rostro, podemos ver el pasado, el presente y hasta el futuro, porque a partir de lo que vemos podemos decidir cambiar aquellas cosas que son conflictivas y convertirlas en capacidades útiles", subraya Mirich.

A partir de lo que está grabado en el rostro se pueden observar los conflictos, los caminos equivocados, los dolores y sufrimientos. Como ocurre con los tests psicológicos que permiten descifrar rasgos de personalidad a través de los dibujos, el rostro es "nuestro propio dibujo".

Si observamos fotos del pasado vemos los cambios a través del tiempo, incluso a veces cuesta reconocernos e incluso hasta según el rostro, podemos inferir el momento que estamos atravesando. Las formas de los ojos, los pómulos, la nariz y la boca van adquiriendo formas según las situaciones buenas y malas que hemos vivido, resume Mirich. "Si bien hay aspectos que son hereditarios e identifican a los miembros de una familia, también las experiencias hacen que nos diferenciemos", dice.

La especialista sostiene que no se puede analizar una personalidad sólo por la forma de la nariz o el mentón, por el contrario se toman en cuenta todos los elementos que dan forma a un rostro y admite que las cirugías estéticas distorsionan las formas y complican la lectura de las experiencias vividas.

"El rostro no es un rasgo o una suma de rasgos, es una composición que interactúa sincrónicamente en cada uno de nosotros con matices diferentes", subraya Mirich. "Así como las conductas humanas influyen en las formas del rostro, esas formas pueden ir variando juntamente con los cambios conductuales", agrega.

Tendencias naturales

La morfopsicología fue creada en el año 1937 por el doctor Louis Corman, pediatra y psiquiatra infantil francés, a partir de la observación y el estudio de los rostros de sus pacientes, como modo de conocer y comprender a las personas, sus actitudes y aptitudes.

Originalmente fue creada como herramienta de diagnóstico, tratamiento y cons

ejo, pero actualmente, sólo se la utiliza como instrumento de diagnóstico para selección de personal en las empresas, para colaborar en los identikit de la policía, para estudios forenses y como tests psicodiagnósticos en la detección de patologías psicológicas.

"El morfopsicólogo está capacitado para anallizar las tendencias y competencias naturales y los puntos perfectibles; orientar hacia los estudios y profesiones dónde desarrollar al máximo las capacidades y competencias; en la mediación de conflictos; para la detección y orientación de problemas estructurales de la personalidad; en la evaluación, configuración y cohesión de equipos de trabajo y en la identificación de talentos dentro y fuera de la empresa", dice finalmente Karina Mirich.