La hechicería de ayer, la magia de hoy
Hace muchos siglos la palabra magia forma parte del lenguaje común, no obstante, su significado fue cambiando a través de la historia.
Cuando en la actualidad hablamos de “mago” lo relacionamos al arte de la magia y la ilusión entendiéndose como la capacidad de crear ilusiones visuales con objetivos recreativos. Sin embargo, el verdadero significado viene de tiempos muy antiguos.
En término magia deriva de “magi”, uno de los elementos religiosos incorporados en la antigua Babilonia en el marco de los siglos VII al VI a. C. Los magos eran conocidos en Roma, Grecia y en casi todo el mundo occidental y oriental. En la antigüedad, la magia estaba ligada a la hechicería relacionada con los ritos de fertilidad e iniciación en el conocimiento de los viejos pueblos, principalmente en los celtas o a las creencias de los pueblos orientales en los que el mago o chamán, era un sanador y conocedor del mundo invisible de los espíritus.
El cambio de significado del término, que pasa a designar a alguien que practica la magia o hechicería, con la brujería y prácticas similares se debió a asimilación de la Iglesia Católica con toda creencia que no fuera fiel a su religión.
En un sentido muy diferente, en épocas recientes el título de "Mago" se ha asignado a los artistas que practican el ilusionismo, es decir a quienes buscan entretener y hacernos cuestionar la realidad y todo lo que vemos mezclando técnicas físicas, psicológicas e imaginativas.
Jean Paul Olhaberry incursionó en la magia y el ilusionismo a los 8 años y, actualmente es un artista premiado mundialmente. Para él, la vida es un acto de magia y nosotros tenemos todas las herramientas para hacer lo que creemos imposible a través de nuestra voluntad.
“Lo real y lo imaginario comparten la misma fuente física en el cerebro, por lo que la imaginación es el principal valor de la magia. Los actos de ilusión nos muestran con claridad nuestra falta de percepción de la realidad, creemos que somos conscientes de lo que sucede a nuestro alrededor, pero por lo general desechamos un 95% de lo que ocurre. Los ilusionistas recurrimos a estos procesos cerebrales y errores de percepción para crear nuestras ilusiones”, explicó el artista.
En el caso de Jean Paul, la magia y el ilusionismo no sólo le hicieron ver la vida de otra manera sino que también lo ayudó a superar barreras en su vida. El joven mago recurrió a la magia ancestral para poder conectarse con la misma desde otro lado: sus orígenes. “El aprender de los primeros magos y chamanes que se dedicaban a observar la naturaleza, extraer conocimientos de ellas y utilizarlos para sanar enfermedades y traumas me sirvió para volver a inspirarme en mi carrera. Hace cuatro años que practico ceremonias chamánicas en el sur de Chile y siento que me abrió puertas en mi vida que nunca imaginé que serían posibles”, comentó.
Gracias al aprendizaje de la magia ancestral, hoy en día el artista chileno encontró una conección entre los actos de escapismo de Harry Houdini y las ceremonias chamánicas. “Ambos son un rito personal de vencer miedos y traumas enfrentándose a los desconocido”, señaló.
“Mi primer acto de escapismo tuvo que ver con el agua. Cuando era niño casi me ahogo en una piscina y mi hermano me salvó”, recordó Paul y agregó, “Desde ese momento nunca más me animé a meterme al agua hasta que la historia del escapista Harry Houdini me sirvió de inspiración con la frase ‘Todas las llaves que te liberan están en tu mente’, a partir de ese momento logré hacer el acto de la cámara de agua y sobrepasar todo lo que había pensado, incluso llegando a romper un récord mundial de apnea y escapes”.
Luego le siguieron otros desafíos realizados mediante intervenciones urbanas: logró liberarse de cadenas luego de ser encadenado en la proa de un barco y lanzado con peso a las profundidades del lago LLanquihue, realizó un acto de suspensión en el aire apoyado con sus manos en un bus turístico, escapó de una camisa de fuerza colgando desde el puente peatonal de “Los candados” sobre el Río Mapocho y, fue enterrado vivo en un ataúd de acrílico transparente con 200 kilos de tierra durante más de 5 minutos.
Para Jean Paul Olhaberry, cada acto de escapismo es un desafío personal, un pequeño rito enfocado en alguna idea que quiere romper. Actualmente, su próxima meta se basa en un proyecto en el que está trabajando llamado “Volar”, en donde buscara volar como un pájaro, manejando el estado de energía de los mismos.
“En cada momento, en cada instante que vivimos, la magia está presente. Cuando creemos realmente en lo que hacemos, no hay límites y comenzamos a vivir nuestro sueño” - Jean Paul Olhaberry.
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