La guillotina deportiva: ¿cancelar el mercado de pases es una locura?

Luciano Fryszberg

Jefe de Redacción - @Luchofry

Un nuevo mercado de pases llegó a nuestras vidas y el humo (inventos y operaciones de la prensa) no nos deja ver y analizar el preocupante mundo del fútbol argentino: clubes endeudados y gastadores compulsivos. El hincha quiere ganar a toda costa y si en el receso no hay caras nuevas puede llegar a ser un momento decisivo para una futura elección.

Cuando uno tiene una deuda debe pagarla. De ingresar un dinero, lo primero que se debe hacer es saldar el pasivo, no salir a la carga por nuevas caras. Por lo menos, eso creemos en la guillotina deportiva.

Los cinco grandes de nuestro fútbol son los reyes de las deudas: según los últimos balances entre Boca, River, Independiente, Racing y San Lorenzo arrastran pasivos por más de 1.100 millones de pesos. ¡Una verdadera locura!

Pero claro, en vez de pagar deudas, los equipos salen a la carga y siguen incrementando las deudas. Por citar un ejemplo, Boca gasta dinero en el delantero Emmanuel Giglioti cuando en el plantel se encontraban Blandi, Viatri, Cangele, Martínez y Alan Aguirre.

Si hay un club que tiene récords en los balances y deudas es River. En el último contabilizó la venta de Gabriel Funes Mori en 34 millones de pesos sin que nadie pregunte por el precario ariete. Pese a esto, la dirigencia millonaria sale a la casa e intenta atraer a jugadores caros como lo son Fabbro, Iturbe, Teo Gutiérrez y Pillud. ¿Para qué están las inferiores?

Los balances en Avellaneda también arden. Por el lado de Racing, la tranquilidad llega en los pies de los juveniles cracks: Luciano Vietto, Luis Fariña, Roberto Centurión, Bruno Zuculini y Rodrigo De Paul. Todos nacidos en el club pueden llegar a saldar las deudas. En Independiente el descenso fue la muerte económica. Sin jugadores para vender y con un menor ingreso de plata por jugar en una categoría inferior, el conjunto rojo deberá hacer magia para poder salir adelante. Ambos salen al ataque en los mercados.

El único equipo grande que trabaja día y noche en tratar de salvarse del infierno es San Lorenzo. Su pasivo, esta vez, sería de 180 millones, una cifra significativamente inferior a los 324 que heredó la actual gestión en la que está involucrado Marcelo Tinelli.