La guillotina deportiva: Boca, Tigre, Argentinos, Piatti, Laverni y la violencia barra
El fin de semana deportivo dejó errores groseros de los jugadores, técnicos y árbitros. Pusimos bajo la lupa a todos los protagonistas. Entrá y sumanos tus quejas.
Por Luciano Fryszberg
@luchofry
lfryszberg@diarioveloz.com
La guillotina deportiva es una columna sobre lo que dejó el fin de semana deportivo poniendo bajo la lupa los errores más groseros de los jugadores, técnicos y árbitros. Además, todos los detalles de las pequeñas pastillas que nos dan vergüenza de nuestro fútbol. Obviamente, en estas líneas, no queremos que ninguno de los protagonistas se sienta ofendido ya que es un juego de palabras el que hacemos. Cómo diría un gran relator deportivo: "A jugar!!!... Con la guillotina''.
El 16 de mayo del 2010, la Asociación Atlética Argentinos Juniors se coronaba campeón del fútbol argentino. Luego de años subiendo y bajando del ascenso a primera, los hinchas del ''Bicho de La Paternal'' creían que el dolor no iba a volver a sus vidas. Dos partidos jugó en este torneo y ambos fueron derrota. Se encuentra a doce puntos de Independiente (equipo que necesita un milagro para no irse a la ''B'') y a tres de San Lorenzo (conjunto que peleó el torneo pasado por no descender). La defensa juega mal y los delanteros no pueden tener situaciones de peligro. Difícil momento para Argentinos. El viernes desde las 19.10 se enfrenta como local ante Arsenal de Sarandí. Cuentan que si no llega una victoria, el entrenador Gabriel Schurrer dejaría su cargo (lleva cinco derrotas consecutivas). Por todo lo contado, guillotina deportiva para el ''Bichito''.
Desde que llegó Juan Antonio Pizzi a San Lorenzo de Almagro, el aire y el juego del ''Ciclón'' cambió. La tenencia de pelota es algo que pocos equipos pueden lograr pero cuando no se llega al gol no tiene mucho sentido. El conjunto de ''Boedo'' no marcó tantos en lo que va del torneo y, además, sus figuras erran los que están hechos. El mediocampista Ignacio Piatti demostró con creces que tiene un talento notable pero en el partido que disputó el sábado frente a Belgrano cometió uno de los pecados más terribles para los futbolistas: errar un gol con el arco vacío. El querido ''Nacho'' a la guillotina.
En la previa, Tigre-Boca era un partido para alquilar balcones. El mal estado del campo de juego, la suma de infracciones y la falta de tacto del árbitro en cortar sistemáticamente el juego con pitazos hicieron que el duelo en Victoria sea horrendo. Por momentos parecía que ambos querían que pasen los 90 minutos e irse a las duchas. Los arqueros hicieron todo lo posible para demorar el juego en cada saque de arco. Feo, feo, feo. Ambos a la guillotina.
Los árbitros del fútbol argentino son cada vez más mediáticos y a algunos se les va de las manos. Es el caso de Saúl Laverni quien dirigió Quilmes-All Boys. Jugadores del plantel del conjunto de Floresta afirmaron que el juez les dijo que tengan cuidado a la hora de declarar ya que después de ver los resúmenes televisivos iba a realizar el informe. ¿Estamos todos locos? Increíble. Laverni a la guillotina deportiva.
Para finalizar vamos a hablar de la parte que menos nos gusta del fútbol. Fue en el ascenso. Jugaban por la Primera B Metropolitana, en la cancha de Defensores de Belgrano, el local y Deportivo Morón. Un futbolista se tuvo que enfrentar a golpes de puño con un barrabrava, quien fue increpar a los jugadores del equipo de Núñez cuando el encuentro lo ganaba el gallo por 3 a 0.
Como ''pancho por su casa'', el hincha trepó el alambrado, entró en el medio de una jugada y le arrojó una patada a un jugador de "Defe". Obviamente, Nahuel Fioretto, el volante que fue agredido, fue a buscar al simpatizante y se peleó mano a mano. El barra, quien después se encargó de arrojar con furia una silla, escapó sin problemas a la tribuna ante la pasividad policial.
El hecho terminó con la expulsión de Fioretto debido a que el árbitro Germán Bermúdez le mostró la tarjeta roja por su reacción y el barra logró su cometido regresando a la popular y escribiendo otra página triste del nuestro fútbol.